Nuevas denuncias contra Apip-Acam en Abejar

S.Almoguera
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Las dos últimas fueron presentadas la semana pasada por 12 demandantes de asilo de distintas nacionalidades tras lo que consideran una situación insostenible de "abusos verbales, discriminación, retrasos u omisión de ayudas..."

Imagen de archivo de denuncias contra Apip-Acam en Abejar

La Subdelegación del Gobierno de Soria   dará traslado de las nuevas denuncias efectuadas por un nuevo grupo de usuarios del programa de protección internacional que gestiona la Fundación Apip-Acam en el antiguo Hotel Puerta de Pinares de Abejar al Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. «Es nuestra obligación», destaca el subdelegado, Miguel Latorre. Desde que el pasado mes de febrero ocho familias de Venezuela, Perú, Siria y Argelia denunciaran el trato recibido en este espacio reconvertido en dispositivo de acogida de protección internacional por la Fundación Apip-Acam,  se han ido sucediendo otras nuevas ante la Policía Nacional y la Guardia Civil. Las últimas, las que el pasado viernes realizaron y remitieron a la Subdelegación del Gobierno dos demandantes de asilo de Argentina, Eileen y Constance, y otra conjunta de 12 usuarios que el sábado 20 de mayo se efectuó ante el puesto de la Guardia Civil en Abejar y que también hicieron llegar el lunes a la Subdelegación. La situación, lejos de solucionarse, continúa. Inmersas en una posición de vulnerabilidad, argumentan, denunciar se ha convertido en la única opción que les queda. «No tenemos miedo, ya lo hemos perdido todo», insiste Eileen en alusión a la situación que les llevó a tener que abandonar Buenos Aires, dejando todo atrás, obligadas a solicitar asilo en España. «Nos da más miedo que esto no cambie», declara. 

Retrasos en el ingreso de la ayuda de bolsillo de 50 euros mensuales que reciben las personas que forman parte del programa y omisión de otras prestaciones como para la adquisición de gafas, que recoge el manual del procedimiento, están siendo vulneradas, según la denuncia de los usuarios del dispositivo de Abejar, de forma sistemática por la Fundación Apip-Acam. Pero duelen más otras cuestiones, aseguran, como los gritos, malos modos y el trato discriminatorio que dicen recibir de los trabajadores del centro. «Su personal no cesa en el abuso verbal, aprovechándose de su posición de poder», asegura Eileen. Para los usuarios que no hablan castellano la situación es incluso peor. No cuentan con traductor (algo que se debe garantizar según el manual) y los documentos que les dan a firmar no están traducidos, tal como marca el procedimiento, a varios idiomas, entre ellos el árabe. Firman sin saber qué firman y sin recibir copia del documento y, ante la menor alegación, señala Eileen en su denuncia, les espetan un: «Te voy a poner una nota en tu expediente y te van a echar del país». 

En su denuncia conjunta este último grupo de 12 refugiados hace constar que «la falta de transparencia en el accionar de Apip-Acam es manifiesta y constante». La información sobre las ayudas a las que se tienen derecho, así como los requisitos para obtenerlas y los plazos para solicitarlas no se comunican en «las reuniones generales, sino que son por unidad familiar». Su concesión, insisten los denunciantes, no es igualitaria para todos. Hay personas «a las que se aprueban, otras a las que no. Unos a los que se les hace esperar y otros a los que no», añaden. Porque, corroboran, entre los usuarios hay quienes se benefician de un trato más ventajoso. Apip-Acam niega también este extremo y declara que las ayudas son «transparentes» y que se conceden en función de un «itinerario personalizado» que conlleva sus trámites.

Nuevas denuncias contra Apip-Acam en Abejar Nuevas denuncias contra Apip-Acam en Abejar «hará que nos deporten». El pasado 3 de abril una familia siria denunció ante la Policía Nacional de Soria que el psicólogo del centro les había pedido a sus tres hijos de 12, tres y dos años de edad, que le llamaran padre. «Les ha dicho en varias ocasiones que se quedará con ellos, mientras que a nosotros [sus padres] nos enviarán a Barcelona o hará que nos deporten del país», señalaba el padre en la denuncia. Los progenitores de esta familia siria también consignaron ante la Policía que este trabajador había tratado de llevarse a sus hijos fuera del centro sin su consentimiento en varias ocasiones. En su escrito remitido a la Subdelegación, las dos denunciantes de nacionalidad argentina también señalan cuestiones que afectan a otros usuarios como la vulneración de la confidencialidad por parte de los trabajadores de sus respectivos casos, una cuestión que, asegura Eileen, utilizan en muchas ocasiones como herramienta de poder y, en otras, para enfrentar a los diferentes usuarios «comentando con ellos los motivos que llevaron a otras unidades familiares a solicitar asilo» o incluso las incidencias o novedades del día a día. No hay privacidad cuando necesitan realizar gestiones vinculadas a sus casos. «Nosotras tuvimos que hablar en conversación telefónica con nuestra abogada de todo lo que nos ocurrió para pedir asilo en la oficina donde está el personal administrativo [de Apip-Acam] seguía atendiendo a otros usuarios», relatan.

Desde la Fundación Apip-Acam se rechazan categóricamente todas las acusaciones. «Es un equipo multidisciplinar con titulación acreditada, que tiene experiencia y que, certificamos, trabaja con respeto y dignidad a las personas», declara Patricia Urzola, directora de la entidad.

Los usuarios también denuncian las trabas que reciben cuando solicitan la ayuda de vestuario (90 euros por persona cada seis meses), incluso con la insistencia de registrar su habitación para comprobar si la necesitan, cuando, como apunta Constance, «oscilamos mucho de peso» a causa de su estado anímico como refugiados. Asimismo, también han demandado en reiteradas ocasiones que Apip-Acam aclare qué elementos de higiene personal están incluidos. Cuando llegaron sólo les hicieron entrega de dos cepillos de dientes, un paquete de papel higiénico, un gel, ocho compresas y 10 bolsas de basura. Todo para compartir. «Nos dijeron que la entrega de productos era mensual, pero es imposible suplir las necesidades mensuales de dos mujeres con un paquete de ocho compresas », asegura Eileen. Otra de las familias alega que sólo les entregan «dos o tres pañales al mes» para atender las demandas de sus dos bebés. Eileen y Constance también ponen en relieve los obstáculos que han recibido para la homologación de su grado universitario en Derecho y Administración de Empresas (166,50 euros) e incluso la del título de Bachiller (49,76 euros). Aunque son conscientes de que poder volver a ejercer sus respectivas profesiones en España precisará una adaptación académica que podría llevar años, consideran muy importante el primer paso de homologación de sus respectivos títulos. La directora de Apip-Acam confirma que en estos días ya se ha llevado a cabo la tramitación de estas homologaciones.

Nuevas denuncias contra Apip-Acam en Abejar Nuevas denuncias contra Apip-Acam en Abejar sólo cuatro billetes. Mientras tanto, han hecho un curso de manejo de drones en la capital soriana. Apip-Acam, según detallan en la denuncia que presentaron ante la Subdelegación del Gobierno, tampoco quiere abonarles los desplazamientos en autobús desde Abejar (2,45 euros cada viaje, aunque si el billete es de ida y vuelta uno de ellos sale a 1,50 euros) aduciendo que no se ajustaba a su perfil formativo. En otras entidades que también se ocupan de gestionar el programa de protección internacional, como Cruz Roja, no ponen límite al número de viajes que se necesiten. El hecho de que el centro esté en Abejar limita, insisten los denunciantes, en sus gestiones de cara a su solicitud de asilo, y que cuenta con servicio médico sólo unos días a la semana. Para Apip-Acam el dispositivo de Abejar, que cuenta con un máximo de 60 plazas, reúne todas las condiciones necesarias para dar cumplimiento «al itinerario personalizado» y dispone de «los recursos necesarios»: colegio, médico... «Hay que aprovechar la estancia en un sitio privilegiado como es Abejar», afirma Urzola.

Los responsables de Apip-Acam en Soria mantuvieron una reunión esta semana con los denunciantes. Este jueves los demandantes han remitido un burofax con la denuncia y las quejas a la sede central de la Fundación en Barcelona.

Comida cruda, en poca cantidad, servida de forma antihigiénica y en la que prevalecen los alimentos fritos 

Día 29 de abril: dos pequeños filetes empanados (crudos) y unas patatas fritas. 4 de mayo: calamares (cinco) rebozados, tres empanadillas pequeñas (congeladas) y carne. 6 de mayo: carne (cruda) con ketchup. Día 7 de mayo: una patata cocida y seis albóndigas [las fotografías son del menú recibido entre finales de abril y principios de mayo]… Pero no es la única deficiencia que los usuarios denuncian en el servicio de comida que la Fundación Apip-Acam ofrece en el centro que ha habilitado en el antiguo Hotel Puerta de Pinares de Abejar para acoger el Programa de Acogida de Protección Internacional del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social del Gobierno de España. Deficiente, escaso y no saludable son los epítetos que ofrecen muchos de los usuarios. «Es antihigiénico y no se cumplen las normas de manejo de alimentos. El servicio de desayuno consta por persona de tres galletas dulces y pan duro. Las galletas se dejan servidas en la mesa y el pan queda en un canasto de protección desde la noche anterior. La comida se sirve regularmente fría y consiste en alimentos fritos y cuando se sirve proteína (carne vacuna, pollo, cerdo) invariablemente se sirve cruda», expresa Eileen, argentina demandante de asilo que, junto a su pareja, lleva desde el pasado 30 de marzo en Abejar. Ambas declaran haber sufrido ya una intoxicación alimentaria para la que precisaron medicinas (que tuvieron que abonar ellas mismas). Los usuarios dejan constancia de la mala calidad de la comida que reciben (y que muchos devuelven a veces sin tocar) en las hojas de asistencia que deben firmar, aunque, destaca Eileen, muchas veces esas hojas se retiran con la excusa de que se han manchado y que deben volver a firmarse «sin que quede evidencia de las reclamaciones anteriormente vertidas en ellas». El colmo del cinismo, afirma esta usuaria, es que los trabajadores aleguen ante las quejas que los «españoles comen así» o que señalen que no alcanza el presupuesto para más. En este sentido, insisten los denunciantes, otras entidades como Cruz Roja ofrecen cinco comidas al día. 

Los trabajadores del dispositivo de Apip-Acam comentaron a los usuarios, en una reunión celebrada el pasado 26 de abril, que la comida era responsabilidad de la cocinera, «que iba a ser sustituida, que el menú iba a ser cambiado, que sería definido por nutricionistas y que ellos podrán tener el control de la situación, puesto que esa persona sería contratada por Apip-Acam, a diferencia de ahora que es un personal externo», insiste la usuaria. A día de hoy no se ha producido dicho cambio. Sólo después de la denuncia que realizó el martes de la semana pasada ante la Policía Nacional y que comunicaron a la sede Fundación en la capital soriana, se notó una mejoría.  

Nuevas denuncias contra Apip-Acam en Abejar Nuevas denuncias contra Apip-Acam en Abejar sin biberones. Lo peor, insiste, se lo llevan los niños. A las familias con hijos no se les dan leche específicamente para ellos, por lo que «se ven obligadas a tomar la que se coloca para el desayuno de todos los usuarios» dejando al resto sin ella. El pasado 3 de abril una familia siria, con dos niños entre los tres y los dos años de edad, denunció ante el Policía Nacional que sólo les entregaban una botella de 250 mililitros de leche de fórmula para bebés al mes. A la hija mayor, de 12 años, según consta en la denuncia, la cocinera del centro le dijo que para obtener leche debía trabajar y ayudar en la cocina. 

Previamente, el 13 de marzo, también ante la Policía Nacional, otra familia siria denunció que no les daban un biberón cada dos días  para sus bebés, como estipula el procedimiento, y que les pusieron comida para tres personas a pesar de ser cinco en la unidad familiar. 

Desde la Fundación Apip-Acam aclaran que la comida es elaborada por una empresa contratada y rechazan estas acusaciones. «Es saludable», certifica Patricia Urziola, directora de la entidad gestora del programa de acogimiento. «Ellos tienen colgado en el tablón el menú de cada día. También el certificado halal al igual que otro del Ayuntamiento de Abejar en el que se dice que el agua es apta para consumo humano», insiste. Eso sí, tras las denuncias efectuadas la semana pasada, afirman los usuarios, se sirve la comida caliente y debidamente cocinada, no cruda.