"Luché para que se viera que ya había libertad»

A.P.L.
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La adnamatina Manuela Pascual se convirtió en 1979 en la primera concejala socialista de Soria, con 29 años y tras haber estudiado Derecho

"Luché para que se viera que ya había libertad» - Foto: E.G.M

En enero de 1979 el BOE publicó la convocatoria de las primeras elecciones locales de la democracia el 3 de abril de ese mismo año. La joven adnamantina Manuela Pascual, de 29 años, había regresado al pueblo tras licenciarse en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y colegiarse. Ángel Martín Vizcaíno y Silvio Orofino (con el que se casaría después) le animaron a ir en listas, lo que aceptó sin dudar. «Me presenté y luché para que se viera que ya había  libertad», enfatiza. «Yo ya había estado en política en Madrid, aunque esos años convulsos no eran los mejores para involucrarse... En esas elecciones estábamos ya en democracia pero todavía había miedo. Los partidos no estaban tan definidos y asentados [...] y muchos políticos inmovilistas eran de corporaciones franquistas anteriores», añade.

Aquella campaña electoral no tenía nada que ver con las actuales. «Era suficiente con los típicos mítines y, al ser un pueblo pequeño, la gente te conocía y hablabas por la calle, no había tanto despliegue ni merchandising. Pero no estuvo mal, recuerdo que hablé la primera vez en mi vida en un mitin en el Teatro Calderón, muy ilusionada, con el apadrinamiento de Javier Solana, a quien le tengo mucho cariño», relata Manuela. «Eran las primeras elecciones y todos íbamos con un poco de miedo pero a la vez con mucha ilusión, porque no iba a ser un alcalde impuesto por el sistema sino elegido por la gente», como principio democrático. «Yo venía de Madrid, de hacer la carrera con la policía en los pasillos de la universidad. Parece que ese miedo lo tenías aún, pero menos...», relata respecto a 1979.

 Tras los comicios, en Almazán UCD logró ocho concejales, con Francisco de Miguel Huerta como alcalde, cuatro el PSOE y uno AP (el PP de ahora). «Una corporación con doce hombres y una mujer», ya que Manuela se convirtió en la primera concejala socialista de la democracia. «El trato bien, porque en un pueblo nos conocemos todos e incluso somos familia», pero sí que tuvo que soportar algún comentario machista y desafortunado (le llegaron a llamar 'la roja que se coló en el Ayuntamiento' o le preguntaban por qué iba a la misa y la procesión). «A veces había connotaciones que no eran de mucho agrado [...] y me sentía como un florero», sostiene destacando lo mucho que se ha avanzado en igualdad. También le tocó presidir un día de fiestas de Jesús las vaquillas, lo que fue un festejo algo accidentado.

situaciones. Los cuatro concejales del PSOE no pudieron hacer mucho en gestión frente a los de UCD, que tenían el apoyo del de AP; aunque sí hicieron numerosas propuestas (como la construcción de la plaza de toros), que muy a su pesar no fueron contempladas. Como concejala, le tocó vivir el intento de golpe de Estado del 23F. «En el Ayuntamiento se suspendió la reunión que había por parte del alcalde, que esperaba noticias de la Capitanía de Valladolid, en vez de rechazarlo de entrada. Yo acudí al CIT, donde sí que aprobamos un manifiesto de repulsa», comenta refiriéndose al «temor» en aquella jornada incierta.

No volvió a presentarse como concejala en Almazán porque se trasladó a trabajar a Valladolid, pero seguía participando en las reuniones del partido, que logró la Alcaldía ocho años después. Actualmente, es presidenta de la Agrupación Municipal 'Pedro Marrón' del PSOE de Soria y va como suplente en la lista del Ayuntamiento. Por ahora no quiere volver a ser concejala, aunque tampoco lo descarta.

Manuela quita importancia a lo de ser pionera como concejala socialista en democracia y califica su experiencia de «ilusionante» en «un marco totalmente diferente al de ahora», «recién salidos de una dictadura» y «cuando el concepto de democracia era aún muy reciente». También la organización de los ayuntamientos era muy distinta, ya que no había Comisión de Gobierno, sino Comisión Permanente con un representante de cada partido. Con su paso por la universidad y su acercamiento al PSOE fue forjando esa idea de lucha y libertad, que pudo aportar en Almazán, «aunque fuera en un pueblo pequeño».