Por qué nos cuesta tanto cambiar? Nos cuesta, porque no se pueden modificar los hábitos de toda una vida en un momento, pues nuestro comportamiento diario va forjándonos y porque el autoengaño y la idealización del yo, son dos farsantes dispuestos a justificarlo todo, con tal de no abandonar la zona de confort, por más errados que andemos. Sólo la conciencia de nuestra finitud y pobreza es la llave que abre la puerta. Culpar a los demás o culparse, no funciona. La vida no es lo que pasa, sino lo que haces que pase. A ello quiero dedicar esta gacetilla de hoy.  Lo primero que  hay que entender es que el sentimiento de culpa no resuelve nada. Al contrario: provoca angustia y tribulación y acrecienta la ansiedad. Culpar o culparse no soluciona nada; magnifica los problemas y nos atenaza al pasado. Entrar en el juego del victimismo, hacerte la mártir o hacerte el mártir no sirve, ya que  genera un bloqueo que te impide superar cualquier encrucijada. De todo esto va la última novela de Javier Iriondo, 'Este es tu momento', que acabo de terminar; un autor que sabe mucho de superación, motivación, desarrollo personal y liderazgo, además de ser autor de varios libros de éxito. Lo primero, en la vida, es la aceptación para asumir que el mundo no va a ser como nosotros queremos o esperamos. Es más: ni siquiera sabemos cómo será; razón por la cual debemos estar siempre abiertos al cambio. Esa flexibilidad es fundamental, porque probablemente habrá que reinventarse en más de una ocasión, aprender actitudes nuevas y afrontar otros retos. La de Iriondo, es una historia por la que desfilan todo tipo de seres, como Paula o Sergio, dispuestos a ser protagonistas de sus vidas y a tomar la iniciativa con determinación, en vez de ser espectadores pasivos a la espera de lo que llegue. Me ha gustado, especialmente, el personaje de Martín, que guarda todos sus miedos en un cajón que denomina de las mentiras, porque casi todos los miedos, ansiedades y fatigas anticipadas son eso: mentiras. Autoengaños generados por las temerosas consecuencias que nuestra mente calenturienta puede llegar a imaginar y que son inagotables. Toda una ficción que llegamos a interiorizar como si fuese la verdad más absoluta. error, inmenso error. Pero, lo mejor de esta narración, es una enseñanza que me parece valiosa en los tiempos que vivimos: tenemos que aprender a tomarnos las cosas menos en serio, a desdramatizar y a reírnos de nosotros mismos y del otro. en resumidas cuentas: a quitar hierro a los asuntos. Estarás de acuerdo conmigo, amable lector, en que de forma inconsciente, estamos constantemente dando prioridad a lo que no la tiene. De la lectura de esta nueva obra de Iriondo se saca una conclusión muy útil: que tenemos que ser capaces de separar nuestra valía personal del hecho final; porque los resultados son la consecuencia de muchos factores, y no todos están en nuestras manos, ni dependen de nosotros.