Fermín Bocos

CRÓNICA POLÍTICA

Fermín Bocos

Periodista y escritor. Analista político


Bildu, renuncia táctica

17/05/2023

La renuncia de algunos candidatos de Bildu, antiguos miembros de la ETA que fueron condenados por asesinato, cambia de pantalla el escenario, pero no anula el escarnio político que supone su presencia en las listas junto a una treintena más que también fueron miembros de la banda terrorista. En el comunicado en el que anuncian la decisión aclaran que caso de resultar elegidos no tomarían posesión de sus actas de concejales pero al no retirar sus nombres de las listas, el efecto que perseguía la dirección de Bildu -blanquear la memoria del terrorismo-, permanece.

La formidable polémica que había generado la presencia de estos individuos en las listas había cambiado el sesgo político de la campaña al colocar en el centro del debate no las cuestiones municipales o autonómicas sino los pactos de Pedro Sánchez con Bildu. Sánchez, que se vio forzado a calificar de indecente la presencia en las listas de estos siete asesinos, tuvo que aguantar que desde la oposición Alberto Núñez Feijóo le recordara que la indecencia previa había sido pactar con Bildu, los herederos políticos de la ETA.

Acorralados dialécticamente por el señalamiento de este hecho irrefutable -hasta 10 pactos fueron suscritos durante la legislatura entre el PSOE y Bildu- algunos miembros del Gobierno, caso de la vicepresidenta Nadia Calviño, han llegado a negar la evidencia mientras que Pedro Sánchez intenta desviar la cuestión acusando al PP de echar mano del terrorismo cuando -según dice- ven que pueden perder las elecciones. Es el mundo al revés, porque quien ha introducido el terrorismo en el debate de la campaña electoral ha sido Bildu al incluir en las listas a cuarenta y tantos antiguos miembros de la ETA.

Ante el anuncio de la renuncia de siete de ellos cabe preguntarse si no estaremos asistiendo a un paso táctico en la estrategia de Bildu para presentarse ante la sociedad vasca como una fuerza política democrática. Las encuestas les anuncian un escenario en el que en el País Vasco están en puertas de arrebatar al PNV la hegemonía del voto "abertzale" y en Navarra podrían ser la segunda fuerza política.

En ese horizonte el cambio en el asunto de las listas parece un movimiento de peones para facilitar las siguientes jugadas, haciendo de paso un favor al PSOE cuyos candidatos municipales y autonómicos -y también algún ministro- habrán sentido alivio al saber que ya no tendrán que esconderse y salir corriendo cuando les pregunten por los pactos de Pedro Sánchez con Bildu. Seguirán las preguntas, pero no serán las mismas.