La imparable progresión de Diego Miguel en el voleibol

S.Recio
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El canterano del Grupo Herce Soria ha pasado en menos de cuatro años de no jugar nunca al voleibol a ser convocado con la selección española sub-18

La imparable progresión de Diego Miguel en el voleibol

Diego Miguel disfruta estos días de su primera experiencia con la selección española sub-18. Lo hace en Alemania, donde se celebra un torneo europeo. Semanas antes, en diciembre de 2023, se producía su debut. «Es algo que todavía no me termino de creer», reconoce el canterano del Grupo Herce Soria de tan solo 16 años. «He pasado en poco tiempo de jugar con mis amigos a estar aquí», sentencia.

Todavía recuerda como si fuese ayer esa llamada. «Estaba ya concentrado con un grupo de 19 jugadores, pero tenía que haber descartes», detalla el joven. «Había más gente en mi posición de receptor y era el novato, pero tenía buenas sensaciones y estaba trabajando bien», añade. «Cuando me lo dijeron me puse casi a saltar de alegría y lo primero que hice fue llamar a mis padres, para mí la familia es lo más importante», asegura. 

Esta convocatoria confirma el crecimiento de la cantera celeste, potenciada en los últimos tiempos e impulsada por el buen momento del primer equipo, una referencia que hace más sencillo el captar jugadores que deciden formarse en el voleibol. El caso de Diego Miguel es más llamativo por lo rápido que ha crecido en tan poco tiempo.

Progresión. El voleibol nunca fue la primera opción de Diego Miguel cuando comenzó a hacer deporte. «Empecé jugando al fútbol», recuerda. «Era lo más accesible y lo que más visibilidad tenía», explica el canterano celeste. El voleibol no estaba contemplado y nunca había jugado hasta el año 2020. «Ahora me hubiese gustado que fuese mi primer deporte», lamenta.

Todo comenzó en un entrenamiento con el Río Duero. «Empecé completamente de cero», cuenta con sinceridad. Su conexión con el balón, con la cancha, con el deporte, fue prácticamente inmediato y su progresión es absolutamente espectacular. «Todo ha pasado en un periodo de tiempo muy corto y se lo debo a los entrenadores que han ido formándome todo este tiempo», puntualiza con mucha humildad.

No le gusta hablar de talento. «Puede que me lo digan, pero creo que todo lo que voy mejorando es gracias al trabajo y a tomarme en serio cada entrenamiento», explica con mucha madurez. «Soy consciente de que cuento con unas condiciones físicas muy favorables, pero cuando me hablan de ese talento no lo considero como tal», sentencia.

Esa mejora fulgurante le ha llevado incluso a entrenar en alguna ocasión con el equipo dirigido por Alberto Toribio. «Es todo un profesional, un entrenador buenísimo», describe Miguel. «Conmigo siempre ha sido muy claro y sincero, me dice que voy allí a ayudar, que debo aprovechar todo lo que puedo aprender», analiza.

Todavía se ve muy lejos de esos jugadores. «Para ellos cada día es rutina y para mí es lo máximo, me queda muchísimo para poder estar en ese nivel», reconoce. A ello ayudará su experiencia en la selección española sub-18 en la que, como no podía ser de otra forma, se está adaptando con más facilidad de la que creía.

La selección. El proceso de Diego Miguel de pasar de la rutina con la concentración permanente de Palencia de la Federación a la selección española sub-18 se ha desarrollado de forma natural, aunque con lógicas diferencias. «Me he adaptado de forma sencilla al grupo, aunque con trabajo y perseverancia cada día», afirma. «También ha ayudado la buena acogida de mis compañeros», matiza.

La exigencia aumenta. «En un entrenamiento normal te puedes llegar a permitir un día malo, pero aquí eso no sirve", aclara. «Tienes que darlo todo porque aquí estás para currar», añade. «Hay gente que está por delante de ti y otra que está por detrás buscando progresar, por eso siempre tienes que ser profesional», continúa. «No vale la pereza o que no te apetezca entrenar», sentencia.

En cuanto a sus objetivos, solo mira al grupo. «Estamos en un buen nivel y hay que recordar que la pasada campaña quedamos terceros de Europa», comenta Diego Miguel. «Pensar en qué puede pasar cuando seamos absolutos son ya palabras mayores, pero si seguimos con esta progresión podemos dar un gran salto en el futuro», cuenta con rotundidad.

Mientras tanto seguirá también con su evolución a nivel individual. Su sueño lo tiene claro. «Me gustaría debutar en Superliga en Soria, pero para eso creo que tienen que pasar todavía cinco o seis años», aclara. Viendo su meteórico ascenso, seguramente ese plazo también sea más corto de lo que piensa.