Una cuarta parte del cereal soriano, siniestrado por la sequía

A.I.P
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Según los partes registrados por Agroseguro, la falta de precipitaciones podría afectar, al menos, a 42.000 hectáreas en Soria, a lo que hay que sumar otras 800 por pedrisco e inundaciones

Una cuarta parte del cereal soriano, siniestrado por la sequía - Foto: E.G.M

La campaña de cereal será nefasta. Sin paliativos. Aunque las lluvias tardías de primavera, siempre que no hayan sido torrenciales o acompañadas de pedrisco, hayan permitido mejorar el desarrollo de «lo más tardío», aunque en zonas puntuales y no en todas las parcelas cultivadas. Mal para el cereal y poco halagüeño para el girasol, oleaginosa de la que estaba previsto destinar unas 50.000 hectáreas en la provincia de Soria y las tormentas han impedido su siembra o han coartado su nacimiento si el cultivo era reciente. Así lo explica el técnico de Asaja Soria, Nacho Marcos: «Para el cereal el agua ha llegado tarde y, aunque haya podido mejorar un poco, la cosecha va a ser mala por la sequía que arrastra. Además, tiene que dejar de llover para continuar sembrando el girasol». 

Este escenario lo ha rematado el pedrisco. Ana Pastor, presidenta de Asaja Soria, ha sido una de las 'víctimas'. El hielo precipitado de forma abrupta a principios de la semana arrasó cereal y remolacha en sus fincas de Santa María del Prado. «La sequía nos ha hecho mucho daño y ahora esto…», lamenta.  

Por el momento, no conoce el alcance de los daños, a la espera de la conclusión del peritaje. «Con las tormentas no se puede generalizar, puede haber una gran diferencia en una distancia de un kilómetro […] Y con el seguro recuperas una parte, pero no todo», puntualiza Pastor. 

Mientras en otras campañas de cereal existían diferencias sustanciales entre unas u otras comarcas, este año «se salva poco», aunque la «peor» parte, claramente, se la lleva el Sur de la provincia, la zona de Arcos de Jalón y de las Vicarías, donde hay «parcelas arrasadas por la sequía», y quizás en Tierras Altas el panorama pinta algo mejor, advierte Nacho Marcos. Coincide con la presidenta de Asaja en que los seguros suponen una «ayuda» para el agricultor, pero no cubrirán los costes de producción, teniendo en cuenta que abonos y fertilizantes se han pagado a precios desorbitados como consecuencia de la guerra en Ucrania. 

Habrá que esperar a conocer las cifras que cuantifiquen el desastre del campo por la ausencia de lluvias durante el invierno y la primera parte de la primavera y, al mismo tiempo, el impacto de las tormentas del mes de junio. «Este año se va a dar la controversia de la coincidencia de partes de siniestro por sequía, inundaciones y pedrisco en una misma finca», advierte la directora territorial de la Zona Norte de Agroseguro, María Luz Cano.  

Es pronto para concretar «una estimación económica» porque se trata de «un año muy enrevesado». Y desde luego, atípico. Mientras lo habitual es que los agricultores sorianos empiecen a comunicar sus incidencias a la aseguradora desde finales de junio, teniendo en cuenta que la cosecha es más tardía que en otros puntos de la Comunidad y del país, Agroseguro ya ha recibido partes de siniestro por sequía de unas 42.000 hectáreas de cereal, lo que supone el 23% de la superficie contratada (que abarca alrededor del 90% provincial). Y mientras continúan recibiendo comunicaciones por los perjuicios causados por la falta de agua, comienzan a registrar partes por pedrisco. «Ya tenemos de 23 términos municipales de Soria, sobre todo de la zona de El Burgo de Osma, Campo de Gómara y Almazán. Alrededor de unas 800 hectáreas afectadas», sostiene Cano. 

previsión. La responsable de área de Agroseguro reitera que una misma finca puede estar aquejada por la sequía y por las lluvias torrenciales de las últimas semanas. «No obstante, el siniestro generalizado en la provincia de Soria es por sequía. Habitualmente, llegan a finales de junio y este año se ha adelantado muchísimo», aclara. Y apostilla: «Las 42.000 hectáreas no serán ni la mitad de lo que vamos a recibir, porque muchos asegurados esperan al final para verificar los siniestros». Como dato a tener en cuenta, en 2022, año que también estuvo marcado por la sequía y por las altas temperaturas, los siniestros afectaron a más de 140.000 hectáreas en la provincia, no solo de cereal, en esta cifra también se incluye el girasol. «Cobertura de sequía tienen unas 182.000 hectáreas de cereal, leguminosas y colza, y se estima que los siniestros alcanzarán al 70%-80%», sostiene María Luz Cano.  

El adelanto de la comunicación de los daños en las parcelas implica, evidentemente, que se haya anticipado la tasación de los mismos. En la zona de las Vicarías ya se ha empezado esta misma semana y en los próximos días se incorporarán más peritos por toda la provincia, «unos 15», avanza la directora territorial de la Zona Norte de Agroseguro, que «son muchos para la época del año en la que estamos». 

Así las cosas, Cano pone de relieve que el sistema español de seguros agrarios es «muy solvente» en cuanto a la cobertura que presta tanto a los agricultores como ganaderos. Si bien, admite que es una evidencia que el incremento de siniestralidad en los últimos años es muy significativo como consecuencia de la nueva realidad climática. «Estamos tasando sequía desde final del verano pasado y ahora llegan las inundaciones», significa. 

amapolas. Una curiosidad del campo de cereal soriano de esta primavera es que se ve salpicado de grandes extensiones cubiertas por amapolas. No es un buen síntoma, ya que responde, a juicio de la presidenta y del técnico de Asaja Soria, Ana Pastor y Nacho Marcos, a que no se aplicaron fitosanitarios en las fincas en abril y mayo en la misma proporción que en años anteriores debido, precisamente, a la ausencia de lluvias, y también que algunos herbicidas no funcionaron al estar todo más seco y por las altas temperaturas de abril, por lo que las flores  rojas han ocupado más fincas.