Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Sánchez cruzó el Rubicón

07/11/2023

Hasta el momento en que se produjo la firma del acuerdo entre el PSOE y ERC para que el partido independentista apoye la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, el PP mantenía una cierta esperanza de que finalmente se llegara a una repetición de las elecciones generales como ocurrió en 2015 y 2019, con la esperanza de que las derechas sobrepasaran a los partidos de izquierda. No ha cejado en esa estrategia e incluso ha vuelto a hacer una llamada al transfuguismo durante el fin de semana para que algunos socialistas buenos - ya no utilizan ese concepto- explicitaran con su voto contra Sánchez la contrariedad que expresan en privado por el chantaje de que han sido objeto y al que ha cedido su partido.

Hasta la firma el pasado jueves del acuerdo con ERC, el PSOE podría haber rechazado las exigencias de los partidos independentistas, haber utilizado la coartada de que no cedieron a sus pretensiones y basar en ese gesto de dignidad la campaña electoral -con la amnistía como eje-. Pero Sánchez cruzó el Rubicón -alea jacta est- Y ya no puede volverse atrás. Solo le queda continuar hacia la investidura, por muchas exigencias que Junts, además de las pagadas a ERC, le ponga encima de la mesa, le humille con el manejo del calendario y le amenace con no apoyarle. Como Hernán Cortés, Sánchez ha quemado las naves,y mediante la consulta a la militancia con una pregunta en la que no aparecía la palabra amnistía, ha llevado a su partido a un escenario en el que se va a encontrar con un PP dispuesto a llevar al límite todos los mecanismos de oposición y contestación, de la calle a las instituciones, sin tener atado el apoyo de los partidos independentistas durante toda la legislatura, que quedará condicionado al cumplimiento de las condiciones del pacto con los "indepes".

La tardanza en cerrarse el pacto con Junts ha impedido conocer si la ley de amnistía cae dentro de los límites constitucionales o fuerza tanto las costuras que las rompe por algún lado. Una dilación debida al desliz estratégico de ceder todo el protagonismo de las mayores concesiones a ERC -Cercanías, condonación de parte de la deuda autonómica, mediador en la mesa de partidos-, cuando es Junts la que recibe mayores presiones de los sectores más irredentos del independentismo catalán para que rompa la baraja, y porque al todavía prófugo Carles Puigdemont le resuena en los oídos la palabra botifler.

Pedro Sánchez arrastra en su decisión ineludible de avanzar hacia la investidura a Sumar, que en caso de repetición electoral tendría que afrontarlas desde una posición muy delicada, tanto por apoyar los acuerdos firmados por el PSOE como por la crisis interna que ya se avecina con Podemos, que califica a la formación de Yolanda Díaz de "izquierda servil", que exige presencia en el Consejo de Ministros, y que tras la investidura tampoco garantiza un apoyo total a la gobernabilidad.