Se cumplen 15 años de la Copa del Rey ganada por el extinto Numancia en Teruel, tres lustros del último gran triunfo del voleibol soriano, de una larga travesía por el desierto de un Río Duero Soria que nunca se ha bajado del tren de la Superliga, pero en ese trayecto las estaciones que marcaban los grandes triunfos no eran parada obligatoria.
La llegada de Alberto Toribio al banquillo ha dotado al equipo en apenas un año y medio de un nivel que les ha llevado a ser segundos en Superliga y el gran aspirante al invicto Guaguas al título. «Insistiré y lo diré una y otra vez, para nosotros la Copa es Almería», advierte el técnico del conjunto celeste.
El partido de cuartos de final marca el camino, pero después el discurso del líder de este vestuario se muestra ambicioso. «A partir de ahí, a por todas», sentencia mientras se le escapa una sonrisa. El Río Duero Soria es precavido en el objetivo, todo lo contrario a su reflejo en la cancha. Un equipo sólido, competitivo y con el talento suficiente para optar a todo.
Sentimiento. Si hay un jugador que va a vivir con un sentimiento especial esta Copa, ese es Manu Salvador. La dolorosa derrota contra Ibiza en 2018 en cuartos de final en el mismo escenario, es una herida demasiado reciente. «No jugamos bien, demasiados nervios, pero ya hemos aprendido esa lección», asegura el capitán del Río Duero Soria.
En el canto del fénix de su carrera deportiva, hay que recordar al jugador que levantar el título sería la rúbrica perfecta a su trayectoria. «Si es final es ese, sería el broche perfecto», manifiesta, aunque resistiéndose a hablar de una retirada.
En la otra cara de la moneda soriana está el joven Lucas Lorente. En su segunda temporada con el equipo ya es el colocador titular de los celestes. Si alguien representa la ilusión y el hambre competitivo, es él. «Según va la temporada y jugando la Copa en Los Pajaritos, para mí esto es muy especial», reconoce.
Es el ejemplo del joven talento que este año ha hecho dar un salto de calidad al equipo. «Estamos haciendo una gran temporada, pero la Copa pasa primero por el partido de Almería», asegura repitiendo el discurso de su entrenador. «Esta es una competición de sorpresas y hay que ir paso a paso», sentencia.
Corazón celeste. El vestuario del Río Duero cuenta ya con más de un soriano adoptivo. Es el caso de Mario Dos Santos. El central cumple su cuarta temporada en el equipo. «Sabemos la ilusión que tiene la afición y sabemos que nos empujará en cada partido», detalla. «Hay opciones, pero tenemos que salir con el cuchillo entre los dientes ante Almería», finaliza.
Pepe Villalba ya es leyenda en Soria. Es el segundo jugador en llegar a los 1.000 puntos en el Río Duero y uno de los hombres clave en ataque. «Podemos ganar, tenemos opciones», cuenta con rotundidad. «La temporada que estamos haciendo es motivo suficiente para pensarlo», añade. La plantilla está convencida y en el ambiente se respira que puede pasar algo grande. Del 23 al 26 de febrero, Soria tiene una cita con la historia del deporte y del voleibol.