Un combate al tiempo

Agencias-SPC
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La última derrota del Real Madrid en el derbi evidencia el cansancio del plantel en un duro calendario

Dani Ceballos se lamenta del gol que marcó en fuera de juego y que hubiera supuesto el empate en la prórroga - Foto: Juanjo Martín (EFE)

La derrota del Real Madrid en los octavos de final de la Copa del Rey evidenció la exigencia del duro calendario. El conjunto blanco acusó el cansancio físico de un encuentro trepidante ante un rival de mucha entidad, cayendo en la prórroga contra su 'eterno rival'. 

El duelo deja a los merengues sin la posibilidad de pelear por uno de los títulos que estaba en juego a inicios de 2024. Pese al éxito reciente de la Supercopa de España, el tropiezo frente a los colchoneros deja un sabor amargo, pocos días después, para un conjunto en el que la exigencia es máxima.

Su oponente, en cambio, tuvo más aplomo y fe cuando llegó el tiempo de la prórroga. Los rojiblancos supieron 'golpear' en el momento más adecuado, con un magnífico tanto de Griezmann en el 100' de partido frente a un equipo que llegó exhausto y que fue a remolque en el resultado durante los 90 minutos anteriores.

Porque el cuadro de Carlo Ancelotti no fue tan incisivo como la anterior semana en Riad, con la verticalidad ofensiva a la que había acostumbrado en los últimos compromisos. El tridente conformado por Rodrygo, Bellingham y Vinícius no fue capaz de doblegar a Jan Oblak en la portería contraria.

En especial este último no tuvo su mejor actuación. Había muchas expectativas puestas en el brasileño, en un escenario hostil, y más tras el magnífico choque ante el Barcelona en Arabia Saudí solo unos días antes. Pero el atacante, aunque no dejó de intentarlo y tuvo sus momentos, estuvo falto de chispa y de colmillo en el área contraria. El extremo brasileño, además, perdió 32 posesiones, por las 15 de su último choque ante los azulgranas.

Solo Rodrygo tuvo oportunidad de generar peligro en dos acercamientos claros, uno de ellos repelido por el esloveno y el otro que se estrelló en el larguero. También Jude Bellingham lo intentó, pero su presencia, muy notoria al inicio del choque, se acabó por diluir con el paso de los minutos.

un complicado rival. El mérito radica también en la figura de Diego Pablo Simeone, que fue capaz de desarticular el ataque blanco y reducirlo, al contrario de lo que ocurrió en su duelo de la anterior semana. 

El técnico rojiblanco consiguió infringir otra derrota al Real Madrid, la segunda este curso. El Atlético es el único equipo que ha sido capaz hasta este momento de doblegar a los merengues durante esta campaña. 

Con la derrota muy reciente, el Real Madrid deberá preparar, a contrarreloj, otro desafío liguero contra el Almería. El encuentro, que se disputa en el Santiago Bernabéu, apunta a ser a priori sencillo por la entidad del rival. Pero las urgencias de la escuadra andaluza, que aún no ha conseguido ganar en el campeonato doméstico, invitan al Real Madrid a no relajarse. Más aún teniendo en cuenta que su inmediato competidor, el Girona, sigue manteniendo el pulso en la lucha por el liderato.

Los últimos precedentes en el torneo también son una señal de alerta para los de Concha Espina. Sus últimos triunfos han sido por la mínima, frente al Alavés y el Mallorca. De hecho, la producción ofensiva fue bastante menor de lo que es habitual en ambos duelos, con cuatro disparos a puerta frente a los vascos y cinco contra los 'bermellones'. 

Ante el constante trasiego de partidos semana a semana, está por ver si el cuerpo técnico dará entrada a otros jugadores. Uno de ellos podría ser Lucas Vázquez, recuperado de la pequeña rotura muscular que sufrió el 5 de enero en el músculo semitendinoso del muslo derecho.

Sin embargo, existe preocupación con el estado de Rodrygo, que jugó en el Metropolitano con molestias físicas y fue sustituido con una sobrecarga muscular, y con el centrocampista Eduardo Camavinga, tras superar una lesión de rodilla y dejar el partido con dolores. Las rotaciones, por tanto, son casi obligadas para Ancelotti, tras el desgaste acumulado.

El Real Madrid no solo está obligado a ganar, también deberá despejar dudas tras estos partidos ligueros y después del doloroso tropiezo en Copa del Rey. Y, todo ello, desafiando al cansancio y a la exigencia del calendario, en un momento clave de la campaña en el que cada enfrentamiento se antoja decisivo con los títulos en juego.