Alertan de la merma de aves nocturnas en Soria

S.Ledesma
-

Las noches sorianas se van quedando con menos rapaces que viven en zonas agrícolas, como los mochuelos y las lechuzas, pero el búho real o el cárabo van ganando terreno en lugares hasta ahora insospechados

Alertan de la merma de aves nocturnas en Soria

El impacto antropogénico (alteraciones ambientales causadas por actividades humanas) y climático son una realidad que, en ocasiones, pasa inadvertida a primera vista. Otras veces basta con pasear por el campo y pararse a contemplar la naturaleza, detenerse a escucharla, para percibir que la pérdida de biodiversidad no es ningún invento y que las especies animales que antes eran habituales ahora son más difíciles de encontrar o, por desgracia, ya no se encuentran. 

Sucede con la avifauna nocturna de la provincia de Soria, donde, paradójicamente, se da la circunstancia de que algunas especies se encuentran en claro declive, principalmente por la acción humana, y otras no sólo mantienen sus poblaciones, sino que han ganado terreno en ubicaciones insospechadas. Un (des)equilibrio que, inevitablemente, da que pensar. De nuevo, la naturaleza lanza sus mensajes. Interpretrarlos correctamente está en manos de los expertos para que el resto podamos volver a escuchar el ulular de las diferentes especies de búho donde  habitualmente se encontraban en la provincia. Uno de estos especialistas es Juan Luis Hernández, coordinador del grupo local de Seo BirdLife en Soria, quien ilustra sobre cuál es la situación de las aves nocturnas en tierras sorianas.  

«La tendencia, en buena parte de las especies, no es buena, aunque siempre hay excepciones», condensa antes de comenzar a hablar tanto de lo bueno como de lo malo. Y empezamos por esto último, pues no han sido pocas las ocasiones en las que Seo BirdLife ha hablado de una «pérdida significativa de biodiversidad en la avifauna nativa europea» con estudios. En ellos se advierte de que «la naturaleza multifacética de la biodiversidad y los conjuntos de datos de monitoreo imperfectos pueden explicar parcialmente» el contrasentido de que algunas especies estén desapareciendo de su hábitat acostumbrado mientras que otras hayan cambiado sus territorios. Gracias al programa Noctua de la asociación conservacionista, desde 2006 se hace un seguimiento de la avifauna nocturna gracias a la colaboración de los voluntarios. 

uso masivo de herbicidas. El coordinador del grupo local de Seo BirdLife en Soria aclara que la situación de la avifauna soriana, «en general», no es optimista porque muchas especies de pájaros «están ligadas al medio agrícola, a las artes tradicionales». Cabe recordar que en el último  Atlas de las Aves en Época de Reproducción en España de Seo BirdLife ya se reflejaba que especies comunes en las zonas de cultivo hace un par de décadas, como la alondra, la calandria, la codorniz, la collalba rubia, el sisón común o la perdiz común ya acusaban una merma de sus poblaciones. 

En el caso de las aves nocturnas, la tendencia es similar. De entre todas ellas, Hernández destaca a dos «a las que les va especialmente mal:el mochuelo y, sobre todo, la lechuza». Recuerda que en la provincia esas especies «antaño estaban distribuidas por doquier» y «no era raro encontrarte lechuzas en cada pueblo, incluso en Soria capital». Al respecto, rememora que hasta los años 90 del pasado siglo «había una pareja que vivía por la [ermita] Virgen del Mirón, otra que se movía por la senda de Santa Bárbara, otra por Santa Cruz....». Pero actualmente, «todas las lechuzas del entorno cercano a Soria capital han desaparecido. Es una cosa increíble». 

Las causas de esta decadencia de la población de lechuzas se encuentran en «una confluencia de cosas que, seguramente, tienen que ver con el uso masivo de químicos (herbicidas) para eliminar roedores en los campos». La alimentación de las lechuzas, describe el experto, se centra en estos pequeños animales (ratones, topillos, musarañas) que se encuentran «en zonas abiertas de campos, en zonas agrícolas». De este modo, «el uso masivo de venenos tiene que ser una de las causas principales de este declive en el caso de la lechuza, aunque otro tanto pasa en el caso del mochuelo».

vacío biológico. El mochuelo «era otra de las especies que se veía en todas partes, salvo en la alta montaña». Estas aves «se alimentan de grillos, de saltamontes, de pequeñas lagartijas, como mucho, así que están en declive asociados al vacío biológico que supone la agricultura moderna», recalca Hernández. 

Sobre el impacto de la agricultura «de secano», que es la que mayoritariamente se practica en la provincia, el especialista evidencia que «implica un uso masivo de herbicidas en primavera, de insecticidas, de productos fertilizantes que eliminan cualquier tipo de vida, primero vegetal y luego la vida que puede ser sustentada por esas malas hierbas». Y esto genera, evidentemente, una espiral: «Como no hay malas hierbas no puede haber insectos, si no hay insectos no puede haber animales que se coman los insectos; es algo bastante lógico». Asimismo, menciona la eliminación de las tierras de barbecho, algo que ayudaría al mantenimiento no sólo de aves nocturnas, sino de la avifauna agraria. Cabe recordar que la superficie de tierra agrícola en barbecho sufrió una acusada reducción cuando se eliminó de la PAC en 2010 la obligatoriedad de mantener una fracción de la tierra arable en barbecho.

Al búho chico, «que cría en bosques muy ligados a las zonas agrícolas», también «le afecta» esta situación y «su población ha caído bastante». Otra especie nocturna «cuyas poblaciones van a menos es el chotacabras gris o europeo, que en Soria se conoce como gallinita ciega». Aunque aquí las causas de su declive «no están del todo claras». 

posibles soluciones. Ante la progresiva transformación e intensificación de la agricultura, enfocada sobre todo en la productividad, con uso generalizado de plaguicidas y herbicidas de origen químico; la expansión de los monocultivos y la simplificación de los paisajes; la reducción de los espacios silvestres y de los barbechos; la transformación de grandes áreas de secano en regadío y la utilización de semillas con productos altamente tóxicos, una de las soluciones para evitar la extinción de este tipo de rapaces (también de otras especies animales) pasaría por evitar el empleo masivo de este tipo de químicos y reemplazarlos por productos menos dañinos, en definitiva, por desarrollar «medidas y políticas para una agricultura más ecológica». Sin embargo, abordar plenamente esta opción en la agricultura extensiva «es complejo» y la tendencia «no parece que vaya por ahí».

Entre las posibles soluciones por el empeoramiento de los hábitats de esta avifauna también se plantea facilitarles las zonas de nidificación, algo que ya se está desarrollando «en algunas zonas de Castilla» con las lechuzas. El coordinador del grupo local de Seo BirdLife en Soria describe que lo que se hace es «es colocar cajas-nido porque es verdad que muchas veces los huecos en los que criaban, casas viejas o campanarios, están cerrados. En el caso de los campanarios para que no entren las palomas». Estas cajas-nido se colocan «en palos fijos propios o acopladas a tendidos eléctricos». Porque la realidad es que estas especies habitan «en zonas inmensas abiertas en las que no hay mucha posibilidad de que ellas críen», así que ofrecerles facilidades para la nidificación puede ser una solución.  

en auge. Aunque no todo es declive y en el ámbito de las aves nocturnas hay una especie que ha tenido «un alza muy significativa». Curiosamente es «la más grande de todos los búhos de España: el búho real». No obstante, su auge «está limitado por la falta de conejos». Las razones estarían en la posibilidad de encontrar otro tipo de presas:las de tamaño medio, «desde una rata a un gato callejero no muy grande, un erizo a pesar de la coraza de pinchos [esto se ha visto en Soria], o incluso una gallina, un cernícalo o un halcón que se despista o los pollos de un águila calzada». Y «predar sobre cualquier animal de tamaño medio» le procura una «dieta variada». 

Además, la protección de esta rapaz, la más grande de las aves nocturnas de Europa, es otro de los aspectos fundamentales, pues «en los años 50-60 estaba permitida su caza, se expoliaban nidos...».  

Juan Luis Hernández recuerda que cuando él empezó a interesarse por las aves en los años 80 el búho real «estaba muy acantonado en determinadas zonas: tenías que ir al Cañón del Río Lobos o al Cañón del Valle del Jalón; en sitios bastante escarpados, lejanos y bien conservados». En la actualidad, «entre la protección y que es un animal que puede explorar muchos nichos ecológicos, hay más búhos reales que lechuzas, lo cual es increíble».

De hecho, revela sin descubrir su ubicación, «hay un búho real criando en Soria capital». Y destaca que, pese a lo sorprendente, se han detectado en ciudades más pobladas y contaminadas, como Madrid. «En el parque del Retiro hay un par de parejas y creen que se alimentan de gatos», especifica. 

anidar por primera vez. Otra curiosidad que han detectado desde el grupo local de Seo BirdLife en Soria es la expansión del cárabo a otras zonas de la provincia, una especie cuya población «más o menos se mantiene». Hernández menciona que este ave «es relativamente común en todos los bosques del tercio norte de Soria y se mete en agujeros para criar, en pinos viejos también». Pero «este año ha criado una pareja de cárabos en la catedral de El Burgo de Osma». Los especialistas de la organización habían visto «anidar en torres de iglesias en El Valle (en Sotillo del Rincón o en Almarza), pero ésta es «la primera vez que constatamos la nidificación en El Burgo». Uno de los pollos de esta pareja de cárabos se cayó al suelo y fue rescatado para su tratamiento y posterior suelta en libertad en un futuro (es el de la imagen de la página anterior).

Hérnandez hace un repaso sobre otros búhos que pueden verse en la provincia. El autillo «más o menos todavía es relativamente frecuente». «Aparece en las choperas, cerca de los pueblos, incluso en parques y jardines», especifica. Menciona la existencia de una pareja de autillos que cría en La Dehesa, donde «lleva mucho tiempo», aunque también «hay en el río Duero, en el parque de La Arboleda, entre La Arboleda y el Castillo... Es un ave urbana muchas veces porque se alimenta de polillas», y contar con ese alimento permite que su población se mantenga. En cuanto al búho campestre, destaca que «básicamente es invernante y sólo viene a pasar el invierno aquí». Eso sí, «a veces, cuando hay plaga de topillos sí que podemos ver más, si no es muy escaso».