La soriana Ana Sanz ha llevado toda su experiencia en el bádminton nacional hasta Gambia. "Queríamos ir unos amigos de voluntarios y surgió desde el Club Bádminton Valladolid, donde estoy federada", comenta la jugadora. "Ha servido para llevar además mucho material deportivo", comenta.
Ropa, raquetal y volantes ha sido una parte de todo lo que se han llevado hasta el país africano. "Son gente con casi ningún recurso y cuando das una raqueta a un niño están muy agradecidos y alucinados", expresa la soriana. "No he conocido gente más generosa y buena", se sincera. "Comparte lo poquito que tienen", añade. "A Gambia le llaman el país de las sonrisas y lo puedo confirma", sentencia.
En Gambia ha estado junto con otros tres jugadores. Ahora buscan que el bádminton evolucione durante mucho tiempo. "Hemos tratado de formar a unos monitores para que esto continúe cuando no estemos", comenta Ana. "Ya estamos planificando cuando volver", anuncia.
Además han conseguido recaudar 60 pupitres y mil euros para la construcción de un pozo de agua en un colegio. Un acto solidario a través de un deporte que busca seguir creciendo en cualquier rincón del mundo.