Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


Sorpresa

29/09/2023

Marcos Ana me decía con frecuencia que cuando el ser humano pierde la capacidad de sorprenderse, está muerto. Él murió a los 96 años, muy vivo, porque mantuvo hasta el final esa innata facultad para sorprenderse ante lo nuevo y aprender de ello. Me encanta el factor sorpresa. Por eso releo y reveo libros y películas con finales inesperados. Recomiendo, La nieta del Señor Linh, una novela deliciosa del escritor francés, Philippe Claudel, con un final tan imprevisible como impactante. En cine, me viene a la memoria, El planeta de los simios, El golpe, Los otros, Nueve reinas.
Por eso me he divertido tanto esta semana, por el factor sorpresa con el que Pedro Sánchez consiguió convertir en un delirio lo que se presentaba como una aburrida y fracasada investidura. Durante la tarde en la que Óscar Puente subió a la tribuna y durante la mañana siguiente, no se hablaba ya ni de la investidura inservible ni del aspirante a líder de la oposición ni del fracaso de Feijóo ni de la amnistía. Sólo se hablaba de la sorpresa que guardaba, como un as en la manga, el próximo candidato a la investidura como Presidente del Gobierno. Lo volvió a hacer. Pedro Sánchez ya demostró sus dotes estrategas cuando al día siguiente de las municipales anunció el adelanto de las generales quitando todo el protagonismo a un PP y a un Vox exultantes de triunfo y borrachos de éxito al mismo tiempo que aliviaba un poco el estrepitoso fracaso socialista en los ayuntamientos y comunidades autónomas. ¡Sorpresa! Ese anuncio sorpresivo le salió bien en mayo y es bastante probable que esta decisión sorprendente, delegando la réplica a un Feijóo ojiplático a un recién estrenado diputado, aunque bregado en política, también le salga bien.
Frente a esos momentos de entretenimiento y diversión inesperados, también, no sé si tan inesperados, asistí a los de la vergüenza ajena. La reacción en la bancada popular, levantándose al grito de «¡cobarde, cobarde!»; es intolerable. Parecía la escena de cualquier película de época con el público en el circo romano jaleando, ¡a los leones, a los leones!, como si Sánchez fuera el cristiano o el perseguido de turno que hubieran echado a las fieras. ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Cuándo se ha convertido el hemiciclo en un circo romano? Lamentablemente, este  grotesco espectáculo no sólo lo vemos en las Cortes Generales que representan al pueblo español. También se evidencia en las Cortes Autonómicas de Castilla y León. Les invito a que se conecten a través de la web de las propias Cortes a cualquiera de las sesiones plenarias que se celebran cada dos semanas. Además de que últimamente el orden del día llega carente de actividad real, de esa que sirve para sacar adelante la comunidad, el nivel de oratoria es tan paupérrimo y las faltas de respeto tan habituales que una se cuestiona de nuevo, ¿cómo hemos llegado a esto?