La mejor época de la cultura española va de la crisis del 98 al comienzo de la dictadura de Franco tras la Guerra Civil ( 1936-1939). Generaciones de escritores, investigadores, médicos y artistas extendieron el acceso a la Educación y elevaron el nivel cultural patrio hasta las más altas cotas europeas. Nombres como Pérez Galdós, Joaquín Sorolla, Miguel deUnamuno, Ortega y Gasset, Ramón y Cajal, Antonio Machado, Isaac Albéniz y García Lorca son algunos de los que integrantes de esta Edad de Plata.
Todo empezó con la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico; el fin del Imperio de ultramar español del que tanto se presumía en el Antiguo Régimen mientras, de puertas adentro, nos llevaba a una situación penosa social, económica y cultural – analfabetismo, pobreza, caciques omnipotentes, nobleza y monarquía corruptas…-. Del desastre colonial, salió la idea de Regeneración, muy crítica con la situación descrita pero muy pragmática en la búsqueda de soluciones. El aragonés Joaquín Costa tenía una receta para los males de España: «Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro del Cid». En la misma línea, trabajaban Fernando Gíner de los Ríos, creador de la Institución Libre de Enseñanza; Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina, que dirigía la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE), María de Maeztu, directora de la Residencia de Señoritas y del Lyceum Club Femenino….
Estas y otras instituciones similares contaban con el apoyo del Estado porque el regeneracionismo caló igual en políticos liberales como Manuel Azaña y José Canalejas y conservadores como Antonio Maura y Francisco Silvela. Eso hacía que un gobierno recién elegido no destruyera los logros del anterior. ¡Igualito que ahora! En 40 años de democracia llevamos ocho leyes generales de educación más toneladas de reglamentos y normas autonómicas. Maravilla que los estudiantes salgan del Instituto sabiendo siquiera llegar a sus casas.