40 denuncias en una campaña micológica escasa

Nuria Zaragoza
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Este otoño se han registrado 40 denuncias y se han decomisado 350 kilos de setas. El último parte de Cesefor apunta que es ya improbable coger boletus, no así níscalos

40 denuncias en una campaña micológica escasa - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Con la entrada del invierno «ya se puede  dar por concluida la  campaña micológica, sobre todo para especies termófilas como Boletus edulis». Es el último parte micológico elaborado por Cesefor, que desde primeros de septiembre viene realizando muestreos de las parcelas micológicas permanentes y muestreos  mediante recorridos variables  por las masas forestales de la Comunidad. «El descenso de las temperaturas y las frecuentes heladas» que ha traído consigo la recién estrenada estación provocan que sea ya «improbable la recolección de algún ejemplar de estas especies», apuntan desde el centro de investigación soriano. 

todavía hay níscalos. También las producciones de Lactarius deliciosus (níscalos) se han visto afectadas por estas condiciones climatológicas, «disminuyendo considerablemente». No obstante, «en este caso aún es posible la recolección de ejemplares de esta especie, sobre todo en pinares de llanura», apuntan desde Cesefor en su parte micológico de la semana pasada. De hecho, en los muestreos realizados por los técnicos del Cesefor en montes de la región «se estiman producciones de níscalos entorno a un kilo por hectárea». «Sin embargo, es muy raro encontrar ejemplares que no hayan sido afectados por las heladas», avisan. En estos casos, cabe advertir, parte de sus láminas adquieren tonalidades verdosas, lo que no afecta a su comestibilidad pero modifica sus propiedades organolépticas y su aspecto físico. 

En cuanto a la setas de cardo (Pleurotus eryngii), su presencia es ya «nula o muy escasa». «Las fructificaciones de esta especie saprofita son de las más afectadas por el descenso de las temperaturas y las heladas severas», justifican. En este caso, de los muestreos realizados se estiman rendimientos «muy próximos a produc-ciones nulas».

paso a otras especies. Llegados a este punto del calendario, desde Cesefor consideran que es el «momento de salir a recolectar otras especies micológicas que, a pesar de su gran valor gastronómico, no  son tan populares y, en consecuencia, el número de recolectores que las buscan no es muy elevado». Es el caso de la capuchina (Tricholoma  portentosum), las negrillas (Tricholoma terreum), las trompetas amarillas (Cantharelus  lutescens) y la lengua de vaca (Hydnum repandum) o la lengua de gato (Hydnum rubescens). «Todas estas especies las podemos encontrar en estos momentos en los pinares de nuestra Comunidad y, en el caso de algunas de ellas, su fructificación se puede prolongar hasta mediados del mes de enero», consideran desde el centro soriano. 

40 denuncias este otoño. La campaña cierra, y lo hace con un inicio de temporada muy flojo que luego remontó, ya prácticamente metidos en el mes de diciembre. El balance es por tanto una temporada exigua para el boletus edulis, y algo más optimista para el níscalo y la seta de cardo. Ha sido una temporada escasa, y la prueba de ello está también en los kilos de setas que han sido decomisados por los agentes medioambientales de la Junta y por la Guardia Civil. En total, 350 kilos durante toda la primavera y el otoño,  muy lejos de las cantidades de años pasados. En 2015, cabe recordar, se llegaron a decomisar 5.277 kilos y se interpusieron 204 denuncias. 

Este año, el primero con el nuevo decreto micológico ya vigente (Decreto 31/2017, por el que se regula el Recurso Micológico en Castilla y León), se han puesto 40 denuncias durante el otoño, a las que hay que sumar cuatro de la primavera. La amplia mayoría (37) ha sido por recolectar recursos micológicos sin la pertinente autorización. Una denuncia se corresponde a circular por una zona prohibida y seis al incumplimiento del decreto. En cuanto al perfil del denunciado, uno ha sido una empresa, 29 son ciudadanos extranjeros y 14 son nacionales. El 61% de las denuncias fueron interpuestas por agentes medioambientales de la Junta y el 39% restante por la Guardia Civil. El año pasado, que fue también una temporada floja, se registraron 15 denuncias y se decomisaron 113 kilos. Ahora hay que valorar los expedientes, todos ellos administrativos.