Ainara, Lucía, Pablo, Douae... son algunos de los menores cuya búsqueda ha impulsado este verano el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDes), de cuyos informes se deduce que dos de cada tres desaparecidos en España son menores, casi la mitad vuelve entre el primer y el tercer día y en torno a un 30 por ciento reincide.
Son algunos de los datos que destacó ayer la directora de esta institución, Pilar Muniesa, que recordó que en la actualidad hay activas más de 6.000 denuncias de desaparición de menores, la mayoría de edades comprendidas entre los 13 y los 17 años.
En un principio podría pensarse que los adolescentes desaparecen más en verano, pero el repaso de los últimos 10 años indican que, aunque los porcentajes son similares en todos los meses, la mayor incidencia se produce en octubre, con un 9,5 por ciento sobre el total.
Le siguen junio y septiembre, con un 9,1 por ciento; y agosto (8,8). Cuando menos desaparecen es en abril y diciembre (el 7,4 por ciento del total del año).
El CNDes, dependiente del Ministerio del Interior, ha diseñado un Plan Estratégico esta materia y entre sus medidas incluye un estudio para determinar las razones por la que los menores desaparecen.
Así, los responsables del Centro apuntan algunas causas y su relación con el mes de la desaparición. Por ejemplo, en mayo y junio, cuando termina el curso escolar, uno de los motivos puede ser el miedo del menor a anunciar en casa que no ha aprobado.
Los cambios estacionales también afectan psicológicamente. Además, en octubre se producen más separaciones de las parejas tras el verano y también vuelven las normas más rígidas del día a día.
Se trata, en suma, de fugas voluntarias por motivos muy diferentes. En algunos casos, huyen de abusos y problemas familiares o de relaciones conflictivas con los padres. En otros, incluso son estos quienes les echan de casa.
Del informe también se desprende que el 49,6 por ciento de los menores vuelve a casa -bien de forma voluntaria o porque son encontrados por las Fuerzas de Seguridad- entre el primer y el tercer día de su marcha.Se deduce, igualmente, que un 28,7 por ciento de los menores desaparecidos se ha ido de casa en más de una ocasión.
Otra de las preocupaciones de Interior es el fenómeno de la sustracción de menores, muchas veces realizada por uno de los progenitores. No en vano, estas cifras siguen al alza. Si en 2019, el año anterior a la pandemia, fueron 369, en 2021 alcanzaron las 434 y el año pasado las 428. El año de la COVID bajaron hasta las 294.