Contra la "humanización" de los animales

Ical
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El veterinario donostiarra, afincado en Soria, Óscar Caso, defiende en 'La desconexión rural' la ganadería intensiva contra la corriente de humanizar a los animales

Contra la "humanización" de los animales

Óscar Caso (San Sebastián) está convencido de que existe una corriente de "adoctrinamiento" en las urbes, que enseña que cazar es "maltratar y atrapar a los animales"; el lobo no come otros animales porque es "majo y dócil"; la ganadería es responsable de la contaminación del medio ambiente y la falta de biodiversidad; y que hay que comer brócoli porque comer carne roja es malo.

Este veterinario soriano de adopción afirma que, cada vez es más grande la brecha entre el mundo urbano y el rural, y por ello para desterrar "falsos mitos" ha publicado 'La desconexión rural', una obra que intenta evidenciar de la manipulación desde pequeños a los niños que viven en las grandes ciudades. Desde bien pequeños se les insta a humanizar a los animales, que pasan a tener derechos que no deberes." Se les atribuyen sentimientos y cualidades propias del hombre. Un pollo no se enamora de otro pollo y el dolor y el frío no son sentimientos. Para tener sentimientos tienes que ser conscientes de que los tienes", expresa. 

En su opinión, en la actualidad las personas que viven en el mundo urbano están desconectadas del mundo rural, es decir, de la naturaleza, de los animales y de las profesiones del sector primario. Además, la humanización de los animales ha derivado a que exista una corriente alimentaria -el veganismo- que quiere prescindir de la ganadería. 

"Si a un urbanita le dejan en la isla como único superviviente, ¿qué come? Va a comer proteína animal, es decir, se convierte en lo que nunca he dejado de ser: un cazador. Su cuerpo le pide comer algo que se mueva y eso es genética. Además sí sueltan un perro en la naturaleza se convierte en carnívoro", remarca.

La obra, que es la continuación de 'La desconexión urbana' cuenta con el apoyo del Colegio Oficial de Veterinarios de Soria, Soria Edita, Caja Rural de Soria, Asaja, Aporso, Gepisa, Malvasía, Las Heras y Embutidos Moreno Sáez.

El veterinario asegura que su único propósito es defender a la ganadería a la que se le acusa de utilizar una práctica de maltrato; ser una actividad insostenible medio ambientalmente; y producir alimentos poco sanos.

"Se persigue a los ganaderos de intensivo, es decir a los propietarios de macrogranjas, a los que se les identifica con que encierran a los animales más que con el maltrato. Existe una normativa de bienestar animal que se cumple a raja tabla. Esta corriente defiende la ganadería extensiva pero no hay nadie que quiera ir al monte todos los días porque es un trabajo muy duro y poco rentable. Además, hay una normativa de gestión ambiental que ahoga al sector y  provoca el aumento de los costes de producción", relata.


Óscar Caso manifiesta que a este un 'lobby medioambientalista' que trata de culpar a los ganaderos de ser los causantes de la contaminación de los acuíferos, cuando, en su gran mayoría, cumplen la normativa de vertido y los casos de exceso de nitratos en el agua obedecen a abonos inorgánicos.

"Los purines de los cerdos son orgánicos y su función sobre el suelo es buena cuando se vierte cumpliendo las normas. Pero la mayoría de las contaminaciones de los acuíferos se debe a la utilización en la agricultura de abonos inorgánicos, procedentes de combustibles fósiles. Esto en el suelo sí se filtran a los acuíferos", explica. 

Es por ello, que defiende la instalación de granjas de porcinos, que sufren "campañas de ataques constantes", entre otras razones, porque se intenta humanizar a los cerdos.  "Existe mucha hipocresía porque en el bar del medio rural se vende torreznos y esto sí se lo comen y lo quieren, pero que la granja se instale en otro pueblo porque huele. Es lo mismo que cuando se quiere tener wifi pero la antena que se la pongan al vecino", compara.

Otra disyuntiva que trata en su libro tiene que ver con la prohibición de cazar al lobo, una normativa, recuerda, que contó con el voto a favor de aquellas comunidades autónomas que no tienen a este animal en sus bosques. 
En este aspecto, resalta que la normativa anterior había propiciado que el censo del lobo aumentara y con la actual lo que se ha conseguido es que cada vez haya menos ganaderos.

El autor llama a tener sentido común y a explicar la función biológica y natural de los animales. "Cada vez es más frecuentes ver a los perros vestidos, duchados y enamorados y ahora pueden entrar a las tiendas. Sin embargo, los niños del medio rural saben lo qué es un conejo y un perro. En el medio urbano estas creencias se quedan impregnadas y es el germen del animalismo", critica para agregar que esto no es una moda pasajera porque está extendido en las grandes ciudades, donde hay millones de votos y opiniones. 

Óscar Caso reconoce que los perros son los más humanos de los animales, pero advierte que para reconocerse siguen "oliéndose el culo", y agrega que si se atiende a la ley de bienestar animal ni un galgo ni los perros con aptitudes de caza pueden vivir en un apartamento .