Tras cinco temporadas como entrenador de la SD Almazán, Diego Rojas deja el banquillo tras una temporada en la que ha rozado un playoff de ascenso que ya consiguió el año anterior. En su currículum queda esa fase por estar en Segunda Federación con una segunda plaza de liga que permitió jugar el histórico partido de Copa del Rey ante el Atlético de Madrid.

¿Por qué ha decidido marcharse justo ahora de la SD Almazán?

Se cumple un ciclo, no hemos podido conseguir el playoff y creo que es el momento de salir. Estar cinco años en un equipo de estos niveles no es fácil, hemos trabajado a gusto y este año ha tenido muchas dificultades porque se decidió no fichar y hemos tenido bajas de inicio

¿No poder fichar a tenido importancia a la hora de tomar esa decisión?

Era el año de fichar porque había dinero, pero se decide que no y los que lo han pagado han sido los jugadores que han llegado con la gasolina justa al final de temporada. 

¿Cómo se ha desarrollado la temporada y en qué momento echó en falta refuerzos?

Justo antes de las vacaciones de Navidad ganamos a Tordesillas en casa 2-1 y nos metimos en playoff, nos quedamos 15 días sin poder entrenar y le dije a la directiva que habíamos hecho un scouting de más de 100 jugadores. Necesitábamos un par de refuerzos por lesiones, pero se decide no firmar.

¿Después de Navidad esas lesiones lastraron al equipo?

Volvemos y perdemos dos partidos seguidos, ahí estuvo la oportunidad y no nos hemos dado cuenta de que hemos jugado con fuego porque con un tropezón podríamos hacer como el Bembibre que se puede ir a Preferente. Almazán ha dejado escapar una gran oportunidad de ascenso.

¿Le ha dolido tener que irse del Almazán?

Me da mucha pena. Explicarlo en casa a mis hijos ha sido complicado porque el niño tenía solo dos años cuando llegué y solo ha mamado Almazán, él que es muy futbolero, no lo entiende.

¿Con qué se queda de estas temporadas?

Me quedo con todo lo vivido, éramos un equipo de abajo que luchábamos por mitad de tabla y yo siempre decía que éramos equipo de playoff y al final el año pasado lo hicimos.

Ha vivido una gran racha en casa estas últimas dos temporadas.

De cara a la afición no se valora, pero dos partidos en dos años y medio es la magia de La Arboleda, te llevan en volandas. Creo que esa cifra es digna de destacar.

Siempre se ha destacado sus viajes de Burgos a Almazán cada día para ir a entrenar.

A mí nadie me ha obligado a hacer todos esos kilómetros, yo cogía el coche y era feliz yendo a entrenar. Lo he hecho siempre porque me gustaba hacerlo.

¿Perder el playoff en casa la temporada pasada es su peor momento?

No es una espina perder el partido de playoff porque el objetivo era estar en él. Fueron 3.000 personas al campo, en casa y con presión. Los jugadores no son profesionales y su cabeza no es la misma. Ese año conseguimos estar en el playoff y después nos llevó a jugar a la Copa del Rey. 

¿Y ahora hacia va dirigido su futuro?

Ya veremos, pero tengo algo claro, nadie te va a llamar, en estas categorías no llegan ofertas. A partir de mañana ya pensaré en ello.