El Numancia visitaba al Intercity con la intención de darse una última oportunidad de estar en la zona de arriba y puede que soñar con un puesto de playoff de ascenso. Para ello solo valía ganar a un rival que atravesaba un mal momento y que estaba metido en la lucha por el descenso.

Los primeros minutos fueron para lo de Iñaki Bea. A través del balón dominaban el juego, aunque con el mismo problema de falta de ocasiones sin contar un disparo lejano de Rubén Mesa a los 7 minutos. Todo parecía controlado, pero no.

Un balón largo y una mala decisión de la defensa acababa en las botas de Aarón Piñán. El delantero era derribado por Gaizka Ayesa en un penalti muy evitable. Álvaro no perdonaba desde los 11 metros y sembraba de dudas al conjunto soriano.

A partir de ese momento el Numancia mostraba una versión muy dubitativa. Si había un equipo cerca de poder marcar ese era el Intercity, que lo basaba todo en una buena presión y en los errores de los rojillos. El descanso era la mejor noticia para los de Iñaki Bea.

Salía de vestuarios el Numancia con un punto más de agresividad, pero el Intercity no necesitaba al balón para seguir multiplicando sus llegadas al área de Gaizka Ayesa. En el minuto 60 llegaba un nuevo punto de inflexión.

Íñigo Muñoz botaba un corner cerradito y al primer palo. Los jugadores inundaban esa zona del área y allí el más grande triunfaba. Fer Román cabeceaba a la red la pelota para empatar, un auténtico balón de oxígeno para los rojillos.

Los locales acusaron el golpe y los de Soria tenían la oportunidad de intentar hurgar en la herida de un conjunto alicantino que necesitaba los tres puntos. El balón parado era el mejor arma de los visitantes, pero faltaba claridad en el resto de facetas del juego.

Nuevamente no hubo arreón final a pesar de las entradas al campo de Mahicas, Zarzana y Mario Barco. El partido moría con tablas en el marcador y con la sensación de que si había alguna oportunidad de aspirar a estar en la zona alta, se había escapado con el viento de Levante.