Probablemente, era inevitable pero lo cierto es que estamos viviendo dos campañas en una. Por un lado, los candidatos a alcaldes y presidentes de comunidades autónomas hacen y harán lo que puedan en sus respectivos territorios y, por otro, Pedro Sanchez y Núñez Feijóo, que se están empleando a fondo, estan inmersos en la pugna por ver quién se hace con la Moncloa en el próximo mes de Diciembre.
Hasta el momento parece tener más poderío esta última pugna. De lo contrario el jefe del Ejecutivo no hubiera ido al Senado tan contento. Ya sabemos que es único a la hora de elegir sus presencias. Se ausentó de la votación de la reforma del sí es si y no acudió a la entrega del Premio Cervantes. En Sánchez, y en política en general, nada es inocente. Lo asombroso es que afeara a Nuñez Feijoo que el martes no se quedara hasta el final de la sesión. El que en la sesión de control no contesta nunca a nada de lo que se le pregunta y el que, como ya se ha señalado, se ausentó de la votación en la que gracias al PP se ha solucionado el dislate de la ley del si es si.
La pugna Sánchez-Feijóo, es decir en la campaña para las generales, el presidente no solo no se empacha haciendo anuncios de imposible cumplimiento sino que además la estrategia elegida es poner en la picota, ridiculizar a su adversario hasta extremos absolutamente innecesarios. Feijóo, por su parte, no quiere apartarse de su estilo más institucional sin caer en las apelaciones personales pero todo puede llegar dada la altivez de su adversario. Sus carcajadas ante determinadas intervenciones de Feijóo resultan casi tabernarias.
La dureza, por no decir fiereza, de las dos campañas en una que ya estamos viviendo y que viviremos con mayor intensidad en los próximos días y semanas, se puede convertir en insoportable para la mayoría de los ciudadanos. Ignoro los réditos electorales del durísimo cuerpo a cuerpo entre Sánchez y Feijóo. Lo que sí es seguro es que la maquinaria de Moncloa supera con creces a la de Génova. Y la supera no solo porque objetivamente tiene más medios y más información, sino porque al frente de la misma está un hombre capaz de aparcar todo aquello que le molesta, pero que es verdad, con una naturalidad que llama la atención.
Núñez Feijóo debe estar preparado para lo que va a ser una auténtica trituradora, no tanto hacia sus propuestas como hacia su persona al que están tratando de presentar como un insolvente que no sabe por donde le da el aire. Yolanda Diaz ya ha reconocido que Feijoo es un buen adversario en el sentido de que no es un adolescente que se maneja a trompicones pero tanto Sánchez como la maquinaria que le acompaña tienen el convencimiento de que el líder del PP en su propósito de presentarse como alternativa al líder socialista "se va a disolver como un azucarillo". De eso se van a encargar ellos.
Siempre quien está en el Gobierno juega con cierta ventaja sobre su adversario, pero en el caso que nos ocupa la clave está en la falta de pudor, y hay que tener poco, muy poco, cuando en una semana se prometen miles y miles de viviendas que nunca veremos. Y cuidado porque cuando la falta de pudor te lleva a decir lo que la gente quiere oír se puede convertir en una herramienta potentisima que Feijóo debe tener en cuenta. No van contra el PP, que también, van a por Feijóo para que se disuelva como un azucarillo.