El compromiso es parte consustancial de la amistad. Y, aunque se dé por supuesto, hay que demostrarlo. Sin duda, el paso dado por Laura Hernández Palomar para que Víctor Martínez Garijo cumpla uno de sus sueños desde niño es un ejemplo incontestable de lo que significa ser amigos. Son los jurados de Santa Bárbara, la Cuadrilla de toda la vida de Víctor (hasta que este año, con la reordenación, ha pasado a ser vecino de Santo Tomé, San Clemente y San Martín).
Ambos se conocieron «después de la pandemia» a través de amigos comunes. Una vez Laura supo del deseo de Víctor, se mostró dispuesta a embarcarse en esta aventura sanjuanera. Los compromisos laborales y formativos impidieron que fueran alcaldes de barrio en las pasadas Fiestas de San Juan, pero el Martes a Escuela no perdieron el tiempo y fueron a apuntarse. «Era su sueño desde pequeño. Hace dos años ya me ofreció ser jurada», cuenta Laura.
Víctor recuerda que, desde niño, veía el desfile de coches antiguos del Miércoles El Pregón con su madre en casa. A ella le propuso que fueran Jurados, a sus tías, a otras amigas... pero «nadie quiso». Hasta que Laura dio un paso adelante. «Conocí a Laura, no me dijo que sí, pero tampoco, no. La fui embaucando y este año ya nos decidimos», explica.
Los jurados de Santa Bárbara relatan que han vivido las fiestas «más o menos igual». «Somos sorianos y hemos visto San Juan desde la perspectiva del vecino. Queríamos hacerlo como jurados», confiesa Laura. En el caso de Víctor, ha formado parte de las filas de la Peña El Cuadro y también es caballista de La Saca.
Coinciden en que su día preferido de los sanjuanes es el jueves y Víctor admite que echará de menos no hacer en caballo el recorrido de la traída de los novillos desde Cañada Honda a la plaza de toros de la capital «Pero esto se vive una vez. Ser jurado es vivir las fiestas desde dentro, desde lo más profundo de San Juan», subraya.
implicación. Este año se estrenan con la reorganización de las cuadrillas. En este aspecto, Víctor y Laura se están encontrando con todo tipo de reacciones del vecindario. Aunque mayoritariamente reciben el apoyo con la entrada en fiestas, algunos prefieren colaborar con la «Cuadrilla de toda la vida». «Hay de todo. Hay gente que es más cerrada y otros que saben que las fiestas tienen que salir adelante, que la ciudad está creciendo en unas zonas y hay que dar un poco el brazo a torcer», sostiene Víctor.
En la inmersión en esta andanza sanjuanera iniciaron el camino acompañados por sus amigos, pero la familia se ha implicado al 100% desde el primer día, «por la ilusión que tienen sus hijos». «Hemos hecho un buen grupo, estamos muy contentos», confiesa el jurado.
Respecto a los preparativos, todo está organizado para el rodaje de las fiestas en sí. «Es mucho trabajo, pero está muy bien organizado. Vamos bien, poco a poco», destaca Laura. También tienen elegidos y listos, desde el mes de febrero, los trajes que lucirán durante las fiestas. Para el Domingo de Calderas se han decantado por la tradición y vestirán de piñorros, y las sorpresas, en cuanto a la indumentaria se refiere, las reservan para el Miércoles El Pregón y la procesión de Lunes de Bailas.
No les tocó en el sorteo ser pregoneros de las fiestas, pero aguardan con entusiasmo el primer contacto con la ciudadanía, después del primer gran acto en el barrio que fue El Catapán. «El Miércoles El Pregón lo esperamos con ganas», asume Víctor.
La cuenta atrás para el desfile y el pistoletazo de salida de las fiestas es imparable. Ya solo falta rematar esos flecos que siempre se dejan para el final en los eventos más importantes.