San Juan se arrodilla ante la Dolorosa en León

iCAL
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Trece pasos acompañan con su 'baile' el acto central de la Procesión de los Pasos que recupera la normalidad tras los cambios sufridos el año pasado

San Juan se arrodilla ante la Dolorosa en León - Foto: CAMPILLO

El reloj daba las diez horas en esta mañana de Viernes Santo cuando San Juan se arrodilló ante la Dolorosa en 'El Encuentro', el acto central de la Semana Santa leonesa en el transcurso de la procesión de Los Pasos, mención especial en la Declaración de Interés Turístico Internacional de la Semana Santa de León, ante el aplauso emocionado de los miles de fieles asistentes.

Alrededor de ellos, en la Plaza Mayor de la capital leonesa se encontraban 'bailando' el total de trece pasos de la denominada Procesión de los Pasos, que este año recuperó su formato original tras las modificaciones vividas el año pasado, cuando el desfile contó con otro ritmo al no detenerse los pasos participantes para acompañar 'El Encuentro', sino que continuaron su recorrido.

Con quince minutos de adelanto respecto al horario previsto, el cortejo procesional partió a las siete de la mañana desde la capilla de Santa Nonia y estuvo acompañado de numero público en el trayecto que recorre el casco antiguo de la ciudad hasta llegar a la Plaza Mayor, donde tanto pasos como papones, con unos 1.200 braceros, se congregaron para recibir a la Dolorosa y a San Juan en una soleada mañana de abril.

Durante cerca de dos horas, los trece pasos que conforman la procesión rodearon la plaza Mayor de León, abarrotada de fieles repartidos en gradas, sillas habilitadas en el recinto y los balcones de todo el perímetro, que un año más, presentaron el lleno total.

El abad de la Colegiata de San Isidoro, Luis García, fue el encargado de pronunciar el preceptivo pregón, en el que definió a la Procesión de los Pasos como "una verdadera catequesis y alabanza a nuestro padre Jesús Nazareno, que consumo su vida en el Gólgota para que todos tuviéramos una esperanza cierta".

En un "nuevo viernes santo", el abad reconoció que cada presente lleva en su corazón "la oración, la súplica, la lágrima callada y el recuerdo lleno de alegría o de nostalgia", que se dejan "a los pies del nazareno sabiendo que queda en las mejores manos posibles".

"Fe y tradición se aúnan en este acontecimiento con siglos de historia y generaciones de devotos en el que la mirada se centra en el Encuentro de San Juan y la Dolorosa, del discípulo amado del Señor con la primera discípula", apuntó sobre un acto que calificó como "importante" y que afirmó que "es mucho más que una sencilla devoción", al tratarse de "toda una parábola de la vida de las personas, a las que el Encuentro saca del ego y abre a comprender el corazón del otro".

Con el emocionante encuentro de los pasos que tiene su punto álgido en el momento en el que los braceros de San Juan ponen rodilla en tierra ante la Virgen, así como el baile de los pasos en representación de alegría, el Viernes Santo de León cumplió un año más con su cita más relevante, organizada por la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, que fue fundada en 1611 y que recrea en sus conjuntos escultóricos momentos de la Pasión que van desde la Oración en Getsemaní hasta la muerte de Jesucristo.

Prácticamente sin descanso, los pasos continuaron su recorrido en dirección a la catedral de León para seguir posteriormente por toda la ciudad antes de llegar nuevamente a la iglesia de Santa Nonia donde pondrá el punto y final a una de las procesiones más esperadas de la Semana Santa leonesa y que mayor número de papones y de fieles congrega cada año.