Un pacto a dos bandas

Carlos Cuesta (SPC)
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Los trabajadores cuentan desde esta semana con un acuerdo histórico que marca el camino de las empresas para mejorar las condiciones salariales al menos un 10% hasta 2025, en un momento de pérdida de poder adquisitivo

Los presidentes de CEPYME y CEOE y los secretarios generales de CCOO y UGT, tras la firma del concierto laboral que actúa como recomendación en los convenios - Foto: EFE

La foto que nos deja el acuerdo alcanzado esta semana entre la patronal y los sindicatos tiene una especial simbología en el contexto económico nacional que muestra como, a pesar de las enormes diferencias que existen entre las partes negociadoras, han conseguido llegar finalmente a un consenso. Se trata de un pacto que busca, en primer lugar, el bien de los trabajadores a los que afecta directamente al mejorar sus retribuciones salariales un mínimo de 10% en tres años y, en segundo lugar, demuestra la sensibilidad de los empresarios por estar a la altura de las circunstancias y apoyar a los asalariados en un momento tan delicado que, además, les garantiza a ellos la paz social hasta 2025.

Siempre se habla de que los empleados son el capital más importante que tienen las empresas, y que en la medida que se les cuida, se les forma y se les retribuye repercute en la viabilidad, la productividad y la rentabilidad de la compañía.

La negociación cerrada por la patronal CEOE y Cepyme para los próximos tres años con CCOO y UGT pone de manifiesto que era imprescindible un incremento de las retribuciones ante la disparada inflación que asola la economía y ante la merma de poder adquisitivo que se viene registrando en España desde la crisis de 2008, que se agravó luego con la pandemia y, en el último año, con la guerra de Ucrania, donde se han disparado los precios de la energía, las materias primas, la cesta de la compra y, en general, de todos los productos y servicios.

El propio presidente de la patronal, Antonio Garamendi, validó los términos del pacto asegurando que «las subidas salariales son razonables», además de defender que se ha conseguido limitar al máximo la cláusula de revisión en el caso de que haya desviaciones del índice de precios de consumo sobre los aumentos de sueldo acordados de manera que cualquier incremento adicional no será superior al 1%.

Asimismo, para los trabajadores, que son los que se están llevando la peor parte de esta crisis, significa una garantía y, sobre todo, un mensaje de tranquilidad y seguridad para los próximos tres años al ver que, al menos la recomendación general de los agentes sociales en las negociaciones de sus convenio fijarán una subida de salarios del 4% para este año, y del 3% tanto para 2024 como para 2025. 

Aunque el aumento del sueldo consensuado del 10% hasta 2025 no es de obligado cumplimiento, sin embargo, sí que tendrá una gran repercusión en la negociación colectiva entre empresarios y sindicatos, en la que actualmente están involucrados al menos 10 millones de trabajadores en España.

Entre las mayores pegas que se le ponen a este concierto es que no se incluye el pago de atrasos ante la pérdida de poder adquisitivo de 2022, que fue un mal año para la inflación, cuando el IPC medio alcanzó el 8,4%, en diciembre se situó en el 5,7% y la tasa subyacente de diciembre escaló hasta el 7%. 

Asimismo, aunque ha sido aprobado por unanimidad en los diferentes comités ejecutivos, el pacto ha contado con las reticencias de algunos de sus miembros sobre la cláusula de revisión, que han sido disipadas por el presidente al insistir en que «está muy limitada» y que las «garantías son máximas».

Veto al gobierno

Una de las condiciones de la patronal es que en la firma no estuviera ningún miembro del Gobierno, ni Pedro Sánchez ni tampoco la titular de Trabajo,Yolanda Díaz, al entender que es un pacto «bipartito» entre la CEOE, Cepyme, CCOO y UGT. «No se ha vetado a nadie», sostenía Garemendi mientras el Ejecutivo también quitaba hierro felicitando a las partes.

La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, destacó que con esta firma, «además de paz social, se da tranquilidad a los trabajadores y se inyecta confianza en las inversiones de los empresarios».

En definitiva, España afronta con mayor tranquilidad y garantías un contexto laboral incierto por la alta inflación, pero que evidencia que para seguir creciendo la economía precisa de acuerdos y de la confianza entre la patronal y los sindicatos.