Los insumos se encarecieron más que la cesta de la compra

M.H. (SPC)
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El incremento del precio de los alimentos rondó en España el 16%, algo que debería haber beneficiado a los productores si no fuera porque los bienes necesarios para poder cultivar la tierra o criar ganado costaron casi un 34% más

Los insumos se encarecieron más que la cesta de la compra

Cuando un año llega a su fin es habitual echar la vista atrás y hacer balance, una costumbre que también practican las organizaciones agrarias. Hace escasas fechas, Cultum recogía la visión que ASAJA, UPA, COAG o Unión de Uniones tenían de los últimos doce meses y la impresión general era similar en todos los casos: un ejercicio malo, sin paliativos, condicionado sobre todo por dos factores: el clima y el encarecimiento de los costes de producción.

Este segundo problema ha sido el principal culpable de que la rentabilidad para los profesionales del campo no haya crecido. De hecho, la renta agraria ha menguado más de un 5% en 2022 a pesar de que los precios en origen por los productos agrícolas y ganaderos han aumentado, en algunos casos de manera bastante importante, como ha ocurrido con la leche. Aumento que, por supuesto, se ha trasladado a la cesta de la compra de todos los consumidores.

En concreto, la cesta de la compra alimentaria subió más que el Índice de Precios de Consumo (IPC) general, que registró un repunte del 5,7% interanual; los huevos (29,8%), la leche (37,2%), los aceites y grasas (38,1%) y el azúcar (50,6%) fueron los alimentos que más se encarecieron en 2022 en los lineales de los supermercados españoles. También destacan los repuntes de los productos lácteos (23,4%), las patatas (22,6%), la carne de ave (15,1%), los preparados de legumbres y de hortalizas (15,7%) y la carne de porcino (13,8%). Se trata de la variación más alta de los precios anuales de los alimentos desde el comienzo de la serie histórica, en enero de 1994, según el Instituto Nacional de Estadística; todas las categorías de productos alimentarios registraron subidas.

Los insumos se encarecieron más que la cesta de la compraLos insumos se encarecieron más que la cesta de la compra - Foto: Alberto RodrigoEstas cifras se refieren a lo que pagamos las personas de a pie a la hora de adquirir los alimentos en el supermercado o la tienda del barrio, pero, ¿qué ha ocurrido con lo que cobran quienes producen esos alimentos? ¿También se les está pagando más, como sería lo lógico? ¿Coinciden las mayores subidas en origen con las registradas en los diferentes comercios?

Lo cierto es que casi todos los precios en origen de los alimentos repuntaron en 2022. En la comparativa interanual entre la última semana del pasado ejercicio y la de 2021 destaca la cebolla, cuya cotización se disparó un 238% a pesar de que no es uno de los artículos cuyo encarecimiento llame más la atención de los consumidores. La naranja (101%), los huevos (85%), la patata (84%), el limón (83%), las judías verdes (82%), las balas de alfalfa (76%), el aceite de oliva (63%), la zanahoria (60%), la carne de cerdo (59%) y la leche cruda de vaca (57%) también forman parte de esta lista de alimentos por los que los productores han obtenido una mayor facturación (que no tiene por qué coincidir con una aumento en los beneficios finales).

También hay que tener en cuenta que las cifras con las que se termina el año no necesariamente representan lo que ha ocurrido durante esos doce meses. Es, por ejemplo, el caso del trigo duro, que terminó diciembre costando un 15% menos que a finales de 2021, pero por el que se han estado pagando precios mucho más altos durante casi toda la campaña. Otro caso de este tipo es el del plátano que, a pesar de pasar casi todo el año con cotizaciones superiores a las de 2021 (hasta la semana 45) ha terminado el año con un precio en origen un 55% menor.

Los insumos se encarecieron más que la cesta de la compraLos insumos se encarecieron más que la cesta de la compra - Foto: Javier PozoEl gerente de la Asociación de Productores de Cebolla de Castilla-La Mancha (Procecam), Luis Fernando Rubio, ha explicado las razones del alza de esta hortaliza: «los costes se han disparado, se ha plantado la mitad de hectáreas tras los bajos precios de anteriores campañas y el clima ha recortado los rendimientos de producción». Estos motivos pueden valer también para muchas otras producciones, aunque no todas se hayan pagado un 238% más caras. Baja producción por la sequía y otros factores climáticos en general y aumento de los costes de producción han sido claves. Pero, ¿cuánto han aumentado esos costes?

 

No solo en España.

Según el último balance ministerial con datos hasta el 30 de septiembre, los costes de producción crecieron de media en el campo un 33,72% interanual, con los fertilizantes (79,81 %), los carburantes (66,66 %), la electricidad (37,34 %) y los piensos para el ganado (35,54 %) como los insumos más que más sufrieron la inflación. El problema, según el técnico de ASAJA José Ugarrio, radica en que «el incremento de los costes de las materias primas no se ha transferido completamente», lo que, a pesar de la subida de las cotizaciones, ha provocado una reducción de márgenes que, según Rubio, no ha hecho que los agricultores y ganaderos se hayan beneficiado del mejor precio percibido. Es decir, han cobrado más por sus cosechas o sus animales, pero no lo suficiente como para compensar el esfuerzo económico extra que les ha supuesto obtenerlos.

Desde la Comisión Ejecutiva de COAG, Andrés Góngora ha indicado que en 2022 se ha combinado un alza de costes con la «montaña rusa» de precios en origen que tradicionalmente sufre la agricultura, lo que ha puesto a prueba, sin éxito, la nueva premisa de la Ley de la Cadena Alimentaria de no vender por debajo de costes. «Ha sido un año muy irregular, en el que hay gente que no ha podido seguir adelante tras perder su cosecha por las adversidades climáticas mientras que a otros les ha ido muy bien», ha dicho, antes de mostrar su preocupación por las crecientes importaciones de alimentos procedentes de países terceros.

Lo cierto es que esta subida de cotizaciones en origen y también la de los supermercados no ha sido cosa solo de España. Los precios de la mayoría de los productos agrícolas, así como de los insumos clave para producirlos, fueron «sustancialmente» más altos en 2022 en la Unión Europea, con un aumento del 24% respecto al año anterior, según la estimación preliminar de la oficina de estadística comunitaria (Eurostat). El principal motivo de esta subida de precio fue el efecto de la invasión rusa en los mercados agrícolas, pues ambos países son grandes exportadores de cereal, trigo, maíz, oleaginosas (en particular girasol) y fertilizantes, ha explicado este organismo. Además, las presiones inflacionarias, como el encarecimiento de la energía a partir de las medidas que se tomaron para eliminar gradualmente la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos, también afectaron a la subida de precios de los productos e insumos agrícolas.

Las subidas más pronunciadas se dieron en los cereales (45%), los huevos (43%) y la leche (31%), productos que se encarecieron en todos los Estados miembros en 2022. En el caso de los cereales, Finlandia registró el mayor aumento de precios, un 70%, seguido de Hungría, con un 67%, y Letonia, un 34%. Los precios de los huevos también crecieron exponencialmente en Francia (76%), Bélgica (74%), y Países Bajos (68%). En el caso de la leche, las mayores subidas se registraron en Bélgica, Lituania, Hungría y Letonia, con un incremento del 50%. En España, el precio de este producto aumentó, aunque por debajo de la media comunitaria.

También hubo fuertes incrementos, un 30%, en el precio promedio de los bienes y servicios que se consumen actualmente en la agricultura (es decir, insumos no relacionados con la inversión). Si la subida media de estos elementos junto con los productos agrícolas es del 24%, pero los insumos han aumentado un 30%, se ve claro que la rentabilidad para los profesionales del campo también ha mermado en el resto de la Unión Europea. En cualquier caso, la generalización de este hecho no ha a los agricultores españoles.

Entre estos insumos que se han encarecido destacan las «considerables» subidas en los precios de fertilizantes y mejoradores de suelo (87%), y en la energía y lubricantes (59%), siempre hablando de medias relativas a la UE.

 

IPOD.

Como todos los meses, COAG ha elaborado el Índice de Precios en Origen y Destino, el IPOD, que refleja las diferencias entre lo que se paga a los productores y lo que desembolsan los consumidores por una serie de productos, que van cambiando a los largo del año atendiendo a ciertas cosechas que tienen un marcado carácter estacional. En este caso llama la atención el ajo, que en el camino que sigue desde que sale de la tierra hasta que acaba en la mesa multiplica su precio casi por 10.