Xena y Bolita son perros de búsqueda y rescate de personas desaparecidas. Son los únicos que prestan este servicio en la provincia de Soria, una actividad altruista que desarrollan junto a Jesús Demarco, su instructor y compañero de recorrido, al que muchas veces se suma algún voluntario. Gracias a su trabajo se simplifica y abrevia la tarea de rastreo, «porque un solo perro puede batir zonas en 20 minutos, que es lo que tardaríamos 50 personas en línea recta durante un día entero». El equipo de canes colabora en «búsqueda y rescate en grandes áreas, donde hay bosques», pero «también los tenemos para avalanchas y movimientos de tierra». Al ser Demarco guía de montaña «utilizamos mucho los mapas topográficos», aunque «nosotros también intentamos buscar rutas cercanas [para el rastreo] dependiendo de la edad, el estado físico y la salud que pueda tener la persona que ha desaparecido».
Acaban de participar en la búsqueda del joven Raúl Tierno Elvira, a quien afortunadamente se encontró sano y salvo al cabo de dos días. «Un contacto de Castellón nos pidió echar una mano a la familia y eso es lo que hicimos», asegura Demarco, quien recuerda haber colaborado también en el caso del anciano desaparecido en Ciria en el verano de 2022. Sin embargo, por cuestiones climáticas por altas temperaturas, no pudieron salir a ayudar en el dispositivo de búsqueda de la mujer desaparecida hace más de un año tras marcharse del servicio de Urgencias del Hospital Santa Bárbara de Soria. «Si no se dan buenas condiciones, los perros no pueden salir», matiza. En cualquier caso, siempre están dispuestos y en forma para actuar allá donde sea necesaria su intervención.
Además de adiestrador canino y guía de montaña, Jesús Demarco es técnico en atención a múltiples víctimas de catástrofe, actividades que desarrolla a través de su empresa de turismo activo (Demarco Natura). En activo desde hace dos años y medio, desde el principio se persigue una actividad de voluntariado organizada. «Estamos intentando sacar la agrupación mediante Protección Civil de Golmayo, con la que colaboramos, pero estamos esperando», admite. Además de la agrupación local, también reciben avisos de la Guardia Civil, pues su actividad es apreciada.
Perros sorianos con instinto - Foto: E.G.Mtalleres y actividades. Los talleres de educación canina y actuación en situaciones de catástrofes se imparten en Velilla de la Sierra, donde se encuentran las estructuras para la instrucción canina. Al contar con «certificados de adiestramiento», ya tiene solicitudes para «enseñar a algún perro para búsqueda de personas». Además, durante las salidas a los espacios naturales de la provincia, «llevamos a un perro para que la gente vea qué tiene que hacer en el momento en que se desorienta o le pasa algo, y también para que sepan cómo buscan los perros. Si hay niños o personas mayores les hacemos esconderse para que les busquen».
Todo comenzó cuando «vimos cómo trabajaban estos animales en los Picos de Europa», a partir de ahí, y gracias «a los contactos que tenemos en la Guardia Civil y en la Policía Nacional supimos que no había ningún perro para estos casos en la provincia». «Ya que nos quedamos un perrito, que nos lo regalaron, se nos ocurrió la idea de iniciarnos en la búsqueda de personas», explica Demarco, quien asegura que «no nos supone un trabajo porque nos gustan los animales desde pequeños». Gracias a la Unidad Canina de Rescate (UCR) de La Rioja comenzaron en este mundo. «Nos enseñaron y también colaboramos con ellos», recalca.
los más adecuados. Ahora, Bolita, un border collie de tres años, y Xena, un pastor belga malinois de un año y tres meses, son los protagonistas de esta historia que persigue ofrecer su altruismo dentro de la Agrupación de Protección Civil de Golmayo. Pero, ¿sirve cualquier perro para su adiestramiento para la búsqueda de personas desparecidas? Demarco resuelve la incógnita con humor:«Podemos adiestrar a cualquier tipo de perro, pero es verdad que tienen que tener un tamaño medio y resistencia. No nos sirve de nada adiestrar a un chihuahua si va a andar cuatro metros y lo vamos a tener que coger. O un mastín, porque al final pesan mucho».
Para el adiestrador canino y guía de montaña «los perros ideales son los que son de pastoreo; son los que más nos gustan». Aunque Xena y Bolita «son totalmente diferentes, sólo que a nosotros eso nos ayuda mucho y nos llevamos a uno u otro dependiendo de cómo sea la zona (si es más abrupta o menos) o de la época del año (verano o invierno)». Entre las cualidades, además de contar con agilidad, resistencia, una excelente forma física, en definitiva, «ser muy activos», deben tener otras cualidades, como «ser nobles, que se dejen tocar por todo el mundo». También «es importante que tengan ese instinto de caza y de presa porque nosotros les enseñamos todo con juegos. Tenemos unos mordedores que son su recompensa».
el olfato, decisivo. Los animales están entrenados para «realizar dos tipos de búsqueda» de «personas vivas o recientemente fallecidas» en las que el olfato es un factor decisivo. Así, según explica su adiestrador, estos dos patrones de rastreo de personas desaparecidas se hacen «por olor de referencia, dándole una prenda o un objeto que haya tocado esa persona, o por olor genérico». Los animales «lo que van buscando son las hormonas y feromonas que nosotros desprendemos mediante la piel muerta», es «un poquito como los perros de caza, que con un aire encuentra a una persona rápidamente, sobre todo en zonas de escasa vegetación».
En cuanto a la búsqueda por olor genérico, Demarco especifica que encontrarían a «cualquier persona que olieran», pero «la descartan si se está moviendo o de pie; no si está sentada o tumbada». De esta forma, explica el adiestrador, cuando alguien se pierde en una zona que no conoce «es importante que se quede en un punto sentado, que tenga paciencia y que se siente a la espera, que no se vaya moviendo, porque si en ese momento pasa el perro, lo descartaría». De todas forma, «a nosotros nos lo señala, va marcando con ladridos».
Una cuestión importante es que los perros «normalmente suelen llevar cascabel» como forma de alertar a la persona perdida de su cercanía y de que ésta «al escucharlo, pueda gritarnos para pedir ayuda» y, a su vez, el animal «también la pueda oír» para llevar a los rescatadores hasta el punto donde se encuentre.