La absorción de CO2 en Soria anima a propietarios y empresas

A.P.L.
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Las principales novedades son el requisito de la adicionalidad y la inclusión de la gestión forestal sostenible, con lo que se contabiliza una gran cantidad de absorción

La absorción de CO2 en Soria anima a propietarios y empresas - Foto: E.G.M

Soria es la segunda provincia de Castilla y León en fijación de carbono y en diez años ha absorbido casi un millón de toneladas de CO2, lo que se debe a las 600.000 hectáreas de superficie forestal y 420.000 hectáreas de superficie arbolada. Estas cifras se traducirían en unos ingresos por venta de derechos de emisión de 187 millones de euros en un sector/negocio en auge en el que trabajan ya desde hace diez años empresas sorianas como Gesforma (Gestión Forestal y del Medio Agrícola) y Föra Forest Technologies. Además de los beneficios que ha supuesto en Soria el requisito de adicionalidad, se podría incluir la gestión forestal sostenible para computar como absorción de carbono, que engloban a 140.000 hectáreas de bosque, aumentando el potencial.

Desde 1990 la lucha contra los efectos del cambio climático ha sido una prioridad de la política ambiental a nivel mundial y en la Unión Europea (UE). En España, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cuenta con organismos específicos y desarrolla mecanismos para compensar y controlar las emisiones de CO2. Entre ellos, se incluye el 'Registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono', en el que ya se han inscrito empresas e iniciativas que se desarrollan en Soria (se pueden consultar en la web). Igualmente, hay mercado de regulado por el ministerio para los grandes emisores y otro de carácter voluntario para la venta de créditos de carbono. Así, las empresas buscan suelos en áreas despobladas como Soria para reforestar y obtener derechos de emisión, al tiempo que avanzan en la tecnificación y la investigación.

objetivos. Los ingenieros de Montes Ángel Ramos del Rey e Ignacio Lafuente crearon en 2013 la empresa  Gesforma, coincidiendo con el germen del sector del CO2 y en base a la idea de que una plantación forestal absorbe una determinada cantidad de carbono. Su objetivo era hacerse con un determinado patrimonio forestal, comprando fincas y realizando repoblaciones forestales; pero el último impulso al protocolo de Kyoto estableció el requisito de adicionalidad «para contabilizar toda la absorción de carbono cuando se hacía algo nuevo o añadido, como plantaciones». De esta manera, en los terrenos no arbolados que adquirían para hacer plantaciones se cumplía este requisito y «se podía contabilizar una gran cantidad de absorción de carbono por unos determinados años». Así, fueron avanzando y en 2023 cuentan con multitud de propiedades en Soria, principalmente, y en el resto de Castilla y León y provincias colindantes, como Guadalajara o Zaragoza. «Somos  una empresa joven con un equipo de siete personas en la nueva oficina de calle San Benito», indica.

Gesforma adquiere una determinada propiedad; realiza la reforestación con sus medios y cuadrillas (subcontratando la maquinaria para la preparación del terreno), incluido el mantenimiento y seguimiento; lo inscribe en el registro de proyectos de absorción del ministerio; y, para finalizar el ciclo y como última pata del banco, comercializa esos derechos o toneladas de absorción de carbono, por lo que contrata personal de marketing y publicidad. Se realiza todo el proceso pero, como este área «avanza muy deprisa», han decidido ir más allá porque los clientes no solo quieren los derechos, sino el proyecto completo, desde que se les busque una parcela hasta quedarse con el bosque nuevo. 

Ramos del Rey explica que básicamente son estas que demandan todo el proyecto son empresas grandes y medianas, aunque también hay pymes. «Las hay que no quieren parcela, por lo que nos quedamos la propiedad y la alquilamos; pero sí quieren que se realice el seguimiento del bosque, el registro, poner el carbono a su nombre...», concreta. Por ello, esta compañía ofrece a pequeñas-medianas empresas que quieren buscar su reducción de la huella de carbono que adquieran derechos de una serie de toneladas en sus propiedades; y a empresas medianas-grandes que puedan quedarse con un proyecto de absorción. Algunas de estas últimas no se inscriben en el registro, sino que simplemente desarrollan una iniciativa de marketing verde, como un bosque corporativo de responsabilidad social; e incluso van más allá y quieren reconocimiento o créditos reconocidos a nivel internacional, con otras verificadoras. Por ello, Gesforma les acompaña en todo el proceso ajustándose a sus necesidades. 

evolución. Cuando Gesforma daba sus primeros pasos en Soria, «prácticamente aún no se hablaba de este tema en España», recuerda Ángel Ramos del Rey, ya que el decreto se aprobó en 2014 y hasta 2019 no se inscribieron los cuatro primeros proyectos de manera oficial. «Ahora mismo son más de cien proyectos al año en el registro», por lo que «la evolución del mercado del carbono es muy importante y exponencial». «No se sabe hasta dónde podría llegar», ya que se van introduciendo novedades. En la actualidad, se realizan modificaciones en el decreto para cambiar determinados aspectos y el principal requisito ahora es el de la adicionalidad, hacer algo nuevo en un terreno para conseguir carbono. «Y, en la medida que se plantea algo nuevo, da como resultado ese crecimiento exponencial», sostiene el experto.

Con la expansión del sector del carbono, Gesforma experimentado un gran crecimiento y en la actualidad está avanzando con grandes proyectos de absorción de carbono en Soria. Igualmente, trabajan para empresas de Madrid, que escogen Soria para tener su bosque cercano, en zonas como Medinaceli y Arcos de Jalón, y que sus empleados se puedan acercar a conocerlo o hacer pequeñas plantaciones el Día del Árbol.

Para Ramos del Rey, aunque no pueda calificarse el crecimiento del sector de boom, es importante que se están creando empresas en zonas como la provincia de Soria, que fijan población y que enfocan su trabajo en zonas rurales abandonadas en las que en el que hay multitud de propietarios que pueden verse beneficiados. Gesforma trabaja en Arancón, donde realizó su primera plantación con sabinas y enebros; además de Berlanga de Duero, Serón de Nágima, Arcos de Jalón, Ines, San Esteban, Cueva de Ágreda... La empresa tiene previstas actuaciones en Retortillo y Santa Cruz de Yanguas.

Además del sector forestal, con las plantaciones como actuaciones clave, «está empezando a desarrollarse el mercado en la agricultura» a través de determinadas prácticas de conservación para retener carbono en el suelo, como puede ser hacer antes un labrado y volteo del terreno y después agricultura de conservación con siembra directa. «Hay verificadoras que certifican cuánto carbono se queda en el suelo, así que el agricultor puede vender en créditos las toneladas y obtener todos los años una pequeña rentabilidad», concreta haciendo hincapié en que «el mercado ha evolucionado mucho y cada vez va a implicar a más sectores». 

innovación forestal. Por su parte, Föra es una «compañía de tecnología e innovación forestal» fundada hace diez años por Íñigo Lizarralde y Francisco Rodríguez. En la actualidad cuenta con un equipo de 16 personas, que trabaja en las instalaciones de la empresa en el edificio de I+D+i del campus universitario Duques de Soria o a distancia desde otras provincias. La actividad principal de Föra es la evaluación de recursos forestales (madera, biomasa, carbono...) mediante sensores remotos (LIDAR e imágenes de satélite) para tomar datos con los que después se desarrollan algoritmos que predicen variables forestales (cantidad de madera, altura del bosque, carbono que absorbe...).

Además, la empresa se dedica también a otras líneas de trabajo, ya que desde 2018 cuenta con su propio departamento de Desarrollo en el que desarrollan software. «Desarrollamos uno propio y así, a partir de las soluciones que ofrecemos a nuestros clientes, tienen la posibilidad de solicitar un proyecto normal con llave en mano o servicios a través del software», comenta Lizarralde. A ello se suma, en relación con la absorción de CO2, una línea de trabajo centrada en el cálculo de huella de carbono para empresas y el estudio de la relación entre el cambio climático y el bosque, «en cómo los bosques absorben y compensan».

En estas áreas, Föra abarca toda España y tiene clientes tanto públicos como privados. «Hemos trabajado en Soria, principalmente, y el resto de Castilla y León, pero puede decirse que nos movemos a nivel nacional y tenemos actuaciones en todas las comunidades autónomas», concreta. Igualmente, en estos diez años de trayectoria han realizado diferentes proyectos en ocho países. En cuanto a otras iniciativas medioambientales de Föra, destacar que trabaja para Cruz Roja Española, «ayudándoles en su estrategia de compensación de huella mediante proyectos forestales a través del proyecto +CO(mpensa)2».

Sobre la absorción de CO2, el cofundador de Föra coincide en que «es un tema que ha estado en boga desde hace mucho tiempo, prácticamente desde 1990, con la firma del Protocolo de Kyoto. «Sí es cierto que ha tenido altibajos porque ha habido momentos en los que parecía que se le daba importancia mientras que después se diluía, pero llevamos unos cuantos años en los que es un mercado muy amplio, que se mueve y que despierta gran interés», concreta Lizarralde. El experto considera importante diferenciar entre ese mercado obligatorio, que implica a grandes empresas que «deben calcular y compensar su huella de carbono como grandes emisoras de CO2, como pueden ser eléctricas o cementeras»; y el mercado voluntario, abierto también otros actores de menor tamaño y que «es el que ahora está en auge». 

«Éste mercado voluntario permite a todas las empresas calcular su huella de carbono y poder compensarla» y, para ello, recuerda que el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico creó el registro de para calcular y registrar la huella de carbono, obteniendo un certificado.  Esta firma soriana, consciente de necesidad de las empresas, ofrece entre sus servicios «ayudar a las empresas a calcular esa huella» y registrar proyectos de absorción de carbono. «Föra también inscribe iniciativas que absorben una cantidad de toneladas de carbono que pueden servir para compensar las emisiones de los que tienen una huella de carbono calculada», concreta.

De esta manera, casi todas las empresas pueden estar dentro del mercado voluntario para compensar la huella de carbono, «es totalmente independiente del sector, del tamaño y de cualquier otro criterio. Todas las empresas son susceptibles de poder hacerlo». En Soria hay cada vez más empresas que se han acogido y que tienen interés en hacerlo, destaca el experto. Así, Föra está ahora mismo en conversaciones con alguna de ellas para poder calcular la huella y que pueda contar con su certificado. Pero, para Lizarralde, «lo que es más interesante es que puedan compensarla con proyectos forestales». Hay dos tipos de iniciativas de este tipo que se pueden registrar: las nuevas reforestaciones en terrenos que han sufrido un cambio de uso de suelo y las plantaciones en zonas incendiadas (que son menos).

En Soria existe mucho terreno y estos proyectos tienen que desarrollarse sobre nuevas superficies, ya que afortunadamente no hay gran superficie quemada. «Hay municipios o propietarios privados que están haciendo plantaciones en sus terrenos, lo que sirve para que otra gente pueda compensar con ello su huella de carbono», subraya Lizarralde.

Sobre los precios de este sector en auge, el mercado voluntario de derechos de emisión a nivel europeo (funciona como una bolsa que fluctúa y no hay una cantidad fija) «ha ido cambiando mucho» y, en la actualidad, la tonelada de carbono ronda los 80-90 euros. «Una empresa calcula su huella y quiere compensarla con un proyecto forestal (nueva plantación o zona que se ha quemado), así que se llega a un acuerdo de precio con el propietario del monte que lo ha registrado para compensar la huella. El ministerio no interviene y puede fluctuar, pero los precios que se están moviendo en plantaciones del registro pueden estar en los 20-40 euros», explica, por lo que «hay una diferencia importante». La tendencia es que «en un futuro va a seguir creciendo el sector» y si en España se incluye la gestión forestal como forma de compensar las emisiones «irá todavía más allá».