Decepcionado. Así se siente el alcalde de Noviercas, Pedro Millán, por las últimas acciones llevadas a cabo por Greenpeace para rechazar el proyecto de la granja de ganado de vacuno de leche. De hecho, está valorando denunciarlo en los tribunales.

"Si ustedes traen un producto, por favor, llévenselo. ¿Desde dónde lo traen? ¿Eso es una imagen para Greenpeace?", se ha preguntado el regidor, al tiempo que ha dicho que "se brindaron a traerme puestos de trabajo con unas iniciativas, cosa que no han hecho".

El director del proyecto ha preferido no pronunciarse respecto a las reivindicaciones de los ecologistas y ha defendido la sostenibilidad de la iniciativa de Valle de Odieta. Ha puesto en valor que se contempla la construcción de una planta de biodigestión de purines con tecnología avanzada para que no haya ni olores ni ningún otro tipo de contaminación. "Se recoge el purín en fresco sin dar lugar a su putrefacción ni a la emisión de gases de efecto invernadero como pueda ser el metano, se confinan en unos grandes depósitos cerrados que se llaman  biodigestores", ha explicado José Jiménez. Así, el metano no se liberaría a la atmósfera sino que haría que la granja de ciclo cerrado fuera autosuficiente desde el punto de vista energético.

Además, se contempla la construcción de dos balsas para recoger líquidos sin cargas contaminantes como nitrógeno, fósforo y potasio.

La granja se pretende ubicar en unos terrenos de 85 hectáreas del paraje de La Pared, a 3 kilómetros de Noviercas, con agua suficiente según Jiménez para abastecer a los más de 23.000 animales entre vacas de ordeño (14.950) y sus crías. La inversión prevista asciende a 98 millones de euros, que generarían un centenar de empleos directos durante la construcción y unos 250 puestos de trabajo cuando la explotación estuviera a pleno rendimiento.

De momento los promotores están a la espera de que la Junta de Castilla y León conceda la autorización ambiental integrada, trámite que todavía puede demorarse varios meses.