'Los mil días de Allende', rigurosa y emocionante

EFE
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Es la primera producción de RTVE que muestra de forma clara la experiencia de la Unidad Popular desde las vivencias del que fuera presidente de Chile, asesorada por Mario Amorós, periodista español y biógrafo del mandatario

Este trabajo se ha llevado a cabo en el marco del 50 aniversario del derrocamiento y muerte del dirigente.

Radio Televisión Española y la televisión pública chilena presentaron la serie histórica realizada en coproducción Los mil días de Allende, que narra, con todo rigor y emoción, los tres años de gobierno de la Unidad Popular hasta la muerte del presidente Salvador Allende.

La historia, que se estrenará a mediados de este mes, se cuenta desde el punto de vista de Manuel Ruiz, interpretado por el actor Pablo Capuz, un joven abogado español que se convirtió en uno de los asesores más cercanos del presidente chileno, inspirado en el prestigioso jurista Joan Garcés. 

En la producción se verán las dificultades de Allende (Alfredo Castro) y sus colaboradores más cercanos y círculo íntimo, como su secretaria personal Payita (Francisca Gavilán), y su esposa Hortensia Bussi (Aline Kuppenheim) por cumplir con su programa de gobierno, que promete terminar con las desigualdades sociales, y lograr la independencia económica del país sudamericano.

Además, la ficción muestra la intervención de Estados Unidos para desestabilizar el gobierno y empujar a las Fuerzas Armadas a realizar un golpe de estado; las contradicciones en la izquierda, que se agudizan con la visita del dirigente cubano Fidel Castro (Benjamín Vicuña) a Chile; así como la lealtad que el general Augusto Pinochet (Daniel Alcaíno) le jura a Allende y su brutal traición. 

La miniserie, que se presentó pocos días después de cumplirse 50 años del golpe de estado y la muerte del presidente Salvador Allende (11 de septiembre de 1973), busca promover y fortalecer la memoria colectiva, abrir espacios de diálogo y creatividad para generaciones futuras y mostrar el compromiso con la democracia. 

Con un impresionante cuadro de actores encabezado por un irreconocible Alfredo Castro, convertido en Salvador Allende tras no menos de tres horas diarias de maquillaje, Los mil días de Allende es la primera coproducción entre Chile y España, fruto de los acuerdos firmados entre ambos gobiernos el pasado mes de julio.

Con la voz en off del asesor Manuel Ruiz comienza el primer capítulo, en medio del terrible bombardeo del Palacio de la Moneda, los minutos últimos de un Allende ya vencido que le pide que huya. «Alguien tiene que contar lo que hemos vivido, Manuel. Andate», le ordena Allende. Y así comienza el relato, en lo más alto de la emoción y del dolor del cuento.

Dirigida por Nicolás Acuña, que reconoció «el miedo al reto», y no solo por el enorme proyecto, tal y como indicó, sino por la fecha y el protagonista, fue Leonora González Jelincic quien ha estado al frente de un equipo de guionistas asesorados por un sólido grupo de investigadores.

La serie, además, se apoya en numerosos documentos fílmicos reales, y otros, como la llegada de Fidel Castro a Buenos Aires, recreados en blanco y negro.

Educar e inspirar

La directora de Radio Televisión Española, Elena Sánchez Caballero, expresó «el compromiso de la corporación pública con producciones de calidad que eduquen e inspiren a los espectadores, y Los mil días de Allende es un ejemplo de esta filosofía. Espero que llegue a las mentes y los corazones e inspire reflexiones significativas». 

Por su parte, la ministra de Cultura chilena, Carolina Arrendondo precisó que «a través de series como ésta y otras obras, tenemos la capacidad de reflexionar sobre el país que queremos. Hay mucho talento en todas las áreas». 

Por su parte, la directora de Comunicación y Participación de RTVE, María Eizaguirre destacó que esta miniserie «es un proyecto que refleja cómo Chile se convirtió en eje de los equilibrios geopolíticos del mundo en los años 70 y lo hace con gran rigor histórico y desde la intimidad del círculo más cercano al presidente». 

Por último, la creadora de la seria, Leonora González, habló del valor de Allende, «un personaje magnético y muy atractivo a nivel dramático. Su proyecto político fue algo único, iba a contracorriente y era novedoso. Nuestra serie es Allendista, pero no condescendiente ni panfletaria, e invita a reflexionar sobre el valor de la democracia», concluyó.