Los bosques sorianos se anticipan al cambio climático

Sonia Almoguera
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El programa Life Soria Forest Adapt estudia en 15 montes de de la provincia cómo afecta el calentamiento global del planeta a ocho especies arbóreas para crear herramientas de gestión forestal que permitan luchar contra él

Un técnico del Cesefor en el dispositivo de seguimiento del Amogable. - Foto: Eugenio Gutiérrez.

La temperatura del pasado mes de julio a nivel mundial fue 1,5 grados superior a la de la era pre industrial, a mediados del siglo XIX, según el servicio meteorológico Copernicus de la Unión Europea, y Soria no es ajena a los efectos del calentamiento global del planeta. El pasado abril se alcanzaron los 30 grados de temperatura, récord de la serie histórica. Además, los valores térmicos máximos absolutos hasta la fecha se han alcanzado entre 2019 y 2022 unidos a un importante ciclo de sequía. El cambio climático comienza a sentirse en la provincia. También en sus montes. A falta aún de conclusiones definitivas, «con carácter general, se vienen observando síntomas de decaimiento y mortalidad asociadas al estrés hídrico, principalmente en masas arboladas que se encuentran en el límite de su nicho ecológico, también problemas puntuales de regeneración natural relacionados con el registro de altas temperaturas y episodios de sequía. Asociada a esta situación de debilitamiento de estas masas, se está registrando una mayor incidencia de plagas y enfermedades. Este año, concretamente, se están produciendo ataques excepcionales de plagas de perforadores sobre coníferas», explica Adela Trassierra, responsable del Life Soria Forest Adapt en Cesefor, un programa de investigación que comenzó su andadura en octubre de 2020.

Por ello, este proyecto busca crear herramientas prácticas que el sector de la gestión forestal pueda implantar para adelantarse a posibles afectaciones del cambio climático a través de medidas de adaptación. En la iniciativa, que coordina la Fundación Global Nature y cuenta con la colaboración activa de la Junta de Castilla y León, participan como socios el Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), la Fundación Empresa y Clima (FEC), la Asociación Española para la Certificación Española Forestal (PEFC), Forest Stewardship Council España (FSC) y la Universidad de Valladolid (UVa). El Life está centrado en el estudio de ocho especies vegetales muy representativas de la masa forestal soriana como el pino albar, el pino pudio, el pino negral, la sabina, el rebollo, la encina, el quejigo y el haya en 15 montes piloto distribuidos en diferentes puntos de la provincia: Moncayo, Retortillo de Soria, Santa María de las Hoyas, Pinar Grande, Valonsadero, Santa Cruz de Yanguas, Covaleda, Cabrejas del Pinar, El Burgo de Osma, Tardelcuende, Arcos de Jalón, El Royo, Cubo de la Solana y La Póveda.

Allí, explica Adela Trassierra, se han habilitado una parcelas de seguimiento de 20 por 20 metros cuadrados en las que el estado de vitalidad de las especies vegetales se monitoriza tres veces al año. «Se analizan cambios en la defoliación y coloración de las hojas, la posible afectación de plagas o enfermedades, la mortalidad de las especies y el estado de regeneración de nuevos ejemplares o plántulas». Estos dispositivos de observación se compatibilizan con los datos que arrojan las cuatro estaciones meteorológicas que se han instalado en El Amogable, en Santa Cruz de Yanguas, en Bayubas de Abajo y en Layna. La colocación de estos equipos se ha completado hace apenas dos meses y van a arrojar una importante información climática sobre los bosques sorianos cubriendo el vacío de datos que existía hasta ahora en estos entornos. Y, de hecho, apunta Trassierra, estas cuatro estaciones que en breve podrán enviar por sí mismas datos en remoto, tienen como objetivo incluirse en la red del Sistema de Información Agriclimática para el Regadío (SIAR) a través del sistema InfoRiego, que actualmente recoge datos en enclaves agrícolas.

El proyecto, a través de una colaboración con el Real Jardín Botánico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), centra también una de sus partes en el estudio de los briofitos (musgos) y líquenes, especies que responden a las variaciones climáticas de forma más rápida que los árboles y que actúan como indicadores de cambios en la dinámica forestal. En este sentido, se está realizando un estudio de aumento de la temperatura a través de la instalación de cámaras de policarbonato sobre el terreno para inrementar, entre 1,5 y 2 grados centígrados, las condiciones térmicas ambientales y observar la reacción de esta tipología de plantas.

Toda la información recogida en cada una de las áreas de este estudio permitirá hacer un análisis de riesgos para identificar qué impacto va a producir en el futuro el cambio climático sobre la base de un mapa de idoneidad de especies, modelos de distribución potencial del arbolado, que se está elaborando a dos escalas territoriales: una provincial, desarrollada por el grupo de investigación Cambium del Campus Duques de Soria de la Universidad de Valladolid, y otra regional, a cargo de técnicos forestales de la Junta de Castilla y León. Estos recursos resultan de utilidad «para identificar cuál podría ser la evolución de nuestros bosques» y proponer posibles soluciones en el ámbito de la gestión forestal de la provincia soriana, apunta Trassierra. El objetivo, insiste: «anticiparnos al efecto» ofreciendo soluciones.

Precisamente, la principal función del Cesefor dentro de este Life es la de transferir todo el conocimiento recabado a lo largo de la investigación «al ámbito de la acción», explica la responsable del Life Soria Forest Adapt en esta entidad. Entre otras acciones, su labor central consistirá en la elaboración de una guía técnica que permita llevar a la práctica medidas de adaptación a los agentes encargados de la gestión de los montes (de los 15 modelos piloto, 10 son de titularidad pública y otros cinco privados). «El objetivo es poner a disposición de los gestores recursos de interés para la toma de decisiones », añade Trassierra.

Ya en el ecuador de este proyecto (previsiblemente concluirá a finales de 2024 se prevé que este otoño esté lista una herramienta web que permita el análisis de los impactos del cambio climático sobre la superficie forestal que resulta idónea para cada especie y, por tanto, predecir los posibles cambios en la distribución de las diferentes tipologías de bosque y de especies en el futuro sobre la base de los escenarios que prevé el sexto informe del Panel Intergubernamentalde Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). Asimismo, entre los objetivos del Life, se encuentra el diseño de «modelos de colaboración que faciliten la financiación del sector privado en la puesta en marcha de medidas encaminadas a la adaptación de los bosques al cambio climático como parte de su Responsabilidad Social Corporativa», añade Trassierra.

La sensibilización sobre el cambio climático es también una parte muy importante de esta iniciativa. En este sentido, se han celebrado ya 42 charlas en centros educativos sorianos de Primaria y Secundaria, al tiempo que unas 19.600 personas han podido contemplar una exposición sobre el tema expuesta en 25 lugares de la provincia.

Pero, en realidad, declara Trassierra, Soria Forest Adapt es «una semilla», un punto de partida para integrar la perspectiva de cambio climático en las políticas forestales que se apliquen en los montes de la provincia, la oportunidad de introducir «estrategias» que permitan conservar mejor la masa forestal soriana con bosques «mejor preparados». La línea con la que se trabaja actualmente, en este sentido, incide en la necesidad de introducir medidas de gestión que hagan hincapié en la diversidad de especies. Cuanto más heterogénea y variopinta sea la composición de un bosque, mayores posibilidades de que sea más resistente a los problemas que se asocian a la incidencia del calentamiento global del planeta: sequía, temperaturas más altas, enfermedades y plagas. Algo muy interesante de cara a posibles reforestaciones.

Soria Forest Adapt busca ser un cuaderno de ruta en este sentido y una guía de actuación y gestión para la conservación y explotación de los bosques de la provincia, pero extrapolable también a otras. Aún con líneas de trabajo abiertas, la coordinación de los diferentes grupos de investigación y gestión del programa es periódica. Semestralmente se evalúan técnica y económicamente los resultados obtenidos de forma presencial. La próxima reunión tendrá lugar de nuevo en la capital soriana en octubre.