El Numancia se presentaba ante su afición en un estadio de Los Pajaritos con menos gente de la habitual en un 15 de agosto en el que recibían a uno de sus rivales más exigentes de la pretemporada, el Eibar de Segunda División. Javi Moreno mostraba además una alineación (con permiso de Lupu y de las bajas en defensa) que contaba con muchos mimbres de los que apuntan a titulares.
La primera media hora estuvo marcada por el gran ritmo de partido. Los rojillos apretaban al conjunto vasco y Moustapha enviaba una improvisada chilena al larguero en la primera gran ocasión de los locales. Era el minuto 22.
El cuadro soriano seguía dominando y acumulando hombres en tres cuartos de campo y el premio llegaría a la media hora. Una buena combinación entre Diamanka y Rubén Sanchidrián, termianav con este último entrando al área. Tras un pase y un rebote, Primo cabeceaba a la red el primer gol del partido.
Con la pausa para hidratación el Numancia bajo un punto su nivel de presión y termino sufriendo en un último cuarto de hora en el que la mala fortuna hacia que un disparo de Feullassier fuese desviado por Sanchidrián para colocar el empate justo antes del descanso.
En la segunda parte comenzaba el carrusel de cambios y un partido mucho más trabado. Ambos equipos tenían dificultades para crear en el centro del campo y en los primeros 20 minutos no se produjeron ocasiones de peligro en ninguna de las dos áreas.
El balón parado rompía esa dinámica. En el minuto 70, un gran centro de Bonilla lo peinaba de forma imprecisa Moustapha con todo a su favor. Serían cinco minutos vertiginosos hasta la pausa de hidratación con un paradón de Kudakovskiy a cabezazo de Bautista y un segundo gol del Eibar en el que Arana solo tenía que empujar la pelota.
Un Numancia repleto de canteranos sufría ante un conjunto vasco más entero y poco después Arana firmaba su segundo gol plantándose solo ante el portero rojillo. Quedaban todavía 10 minutos en los que los de Javi Moreno no pudieron reducir distancias. Buena imagen de un conjunto soriano de más a menos que mostró buenos mimbres cuando tuvo en el cbo a sus teóricos titulares.