El Cañada Real Balonmano Soria daba la pasada temporada el paso definitivo con su fundación como equipo femenino absoluto. Sustentado por una buena generación en edad juvenil, formaban una plantilla en la Primera Nacional de Castilla y León. Fue un año de adaptación con cuatro victorias en 22 partidos, pero la primera piedra estaba puesta.

Conseguía la entidad mantener la mitad del vestuario para su segunda temporada, cambiaban de entrenador (Jorge Antoraz) y fichaban jugadoras que llegaban de categorías superiores como la pivote Ariadna Callero, pero la realidad sigue siendo complicada. «Esta categoría es muy exigente, con jugadores que llevan muchos años juntas», analiza el propio Antoraz.

Con mucho camino por recorrer y con la premisa de seguir adaptándose a lo que pide una liga regional, el Balonmano Soria se marca como lema 'paciencia y trabajo' para conseguir que el paso del tiempo sea con viento a favor y poner el nombre de este equipo entre los mejores de Castilla y León a medio plazo.

Problemas. Con una plantilla oficial de 14 jugadoras, parecía en septiembre que no habría problemas para armar un bloque, pero el Balonmano Soria no contaba con un serio contratiempo, no tenían portera. «No es fácil encontrarla y entre todas las integrantes del equipo no había ninguna», recuerda Jorge Antoraz.

La búsqueda no daba resultado y en las dos primeras jornadas tan solo contaron con una guardameta del juvenil. «Eso al final condiciona toda la preparación», lamenta. Si faltaba, debían colocar a una de sus mejores defensas. «Era un problema y encontramos una solución que no esperábamos», comenta con una sonrisa. 

La portera se llama Alicia Blasco, pero no se dedicaba al balonmano. «Jugaba al rugby», asegura el técnico de forma sorprendente. «En realidad no hubo que insistir, ella estaba dispuesta», añade Antoraz. Su buena predisposición en el día a día y la ayuda de sus compañeras está siendo determinante. «La actitud de la plantilla es muy buena, están concienciadas en trabajar y mejorar», sentencia.

La mentalidad será importante en una temporada que ha comenzado con dos derrotas y que cuenta con equipos prácticamente inalcanzables en provincias como Valladolid.

El campeonato. «No tener portera lleva a no poder trabajar el sistema defensivo de una forma adecuada y eso condiciona todo en un partido», lamenta Jorge Antoraz. Así han tenido que entrenar las jugadoras del Balonmano Soria en las primeras semanas. «Ahora eso debe cambiar y cada una de ellas va a poder ejercer su papel, así podremos evolucionar», comenta con esperanza. 

El objetivo ahora es ya poder competir con todo en su sitio. «Tenemos la lesión de Ariadna Callero en el último partido», recuerda el técnico. Se trata de un gran contratiempo por ser una pieza determinante en el pivote. «En las próximas semanas debemos tener ya más clara la idea de juego y empezar a buscar mejores resultados», resume.

No se marca plazos más cortos por otro factor, la falta de entrenamientos. «No es normal que un equipo en Primera Nacional cuente con tan pocas horas disponibles», alerta. «Le pasa a muchos más clubes aquí», aclara. «No tenemos el suficiente espacio para poder realizar un día a día como nos gustaría», puntualiza el entrenador. Solo cuentan con una hora a la semana en la pista en la que compiten.

En cuanto a la liga, no se cierra a terminar la temporada peleando por objetivos. «Las cuatro primeras van al playoff de ascenso y podemos estar ahí con una buena evolución», predice Antoraz. Los próximos meses hasta Navidad serán determinantes para saber si la consolidación del BM Soria femenino puede fructificar de manera satisfactoria.