Final de una temporada rara, dónde se ha logrado el objetivo principal, pero que ha sabido igual que la salsa de color naranja que ponen en los restaurantes chinos, agridulce. Pero ahora fríamente,yo creo que ha sido una grandísima temporada, porque el objetivo principal es el mantenerse en la categoría y ¡clic! ¡Conseguido! 
Es verdad que se ha sufrido hasta el final, pero si sufrimos porque sufrimos, si nos salvamos a falta de cinco jornadas, que vaya aburrimiento que no nos jugamos nada. Está claro que nunca llueve a gusto de todos, pero no hay más ciego que el que no quiere ver o hay obstáculos que no nos permiten ver. -¡Cariño! ¿Qué tal me queda el tanga con estos michelines?, -¿Qué tanga? Yo creo que si hiciésemos una encuesta con todos los entrenadores y preguntásemos cuál es el equipo que más dificultades les ha planteado, yo creo que el 90% diría que el Numancia. Pero el pueblo paga, opina y decide. Es verdad que ha habido muchas veces que el juego del equipo era lento, predecible y cansino, por eso he titulado así esta columna ‘Se acabó lo que sedaba’, o para que quede más claro, ‘Se acabó lo que nos dormía’. 
Además del éxito del primer equipo de mantenerse, hemos tenido al Numancia B acariciando el ascenso a Segunda B y al Numancia Juvenil de División de Honor como campeón de liga y jugando la Copa del Rey, codeándose con canteras de primer nivel nacional. ¡Increíble! Tenemos equipo, tenemos cantera, ahora solo falta tener más afición y más socios, porque cuantos más seamos mayores serán los objetivos y los éxitos. No solo hay que llenar cuando vienen los equipos grandes, hay que hacer rebosar Los Pajaritos siempre, para que esos equipos grandes puedan venir más a menudo y como dice el chiste. -¡Papá, quiero ir al circo!, -¡No, hijo! Quien quiera verte que venga a casa. 
¡¡Feliz San Juan!! ¡¡Feliz Verano!! Y nos vemos ya mismo porque la siguiente gesta está a la vuelta de la esquina.