A solo cuatro kilómetros de Guadalajara, en la localidad de Marchamalo, el restaurante Las Llaves es toda una referencia en la gastronomía alcarreña y ofrece una cocina técnica y de fusión, con diversidad de producto estacional, nacional e internacional.
Regentado desde hace un cuarto de siglo por María González Prats y Roberto Rodríguez Barros, el establecimiento, enclavado en la Casa Palacio Ramírez de Arellano, una bellísima construcción civil del siglo XVI, ofrece mucho más que una experiencia culinaria, siendo todo un refugio de la gastronomía, de la tradición del buen comer y la innovación en el paladar.
En la línea de apostar por la tradición y combinarla con la innovación, que convive con una diversidad notable en su carta, Las Llaves reúne las características de la marca Raíz Culinaria promovida por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, base de platos, técnicas y sabores ancestrales que son ya patrimonio culinario de la humanidad.
Singularidad
En este restaurante que respira historia, singularidad, tradición e intimidad, un lugar que fue visitado por el propio Felipe II hace 400 años y que está enclavado en pleno valle del Río Henares, a apenas media hora de la capital de España, comer o cenar es una excusa perfecta para visitar la provincia alcarreña y los innumerables tesoros que salvaguarda.
Como revela su propietaria, María González, el próximo día 4 de febrero cumplirán 25 años de una más que brillante trayectoria profesional, dominada por la constancia y el afán de mejorar y no dejar nunca de evolucionar. Una fecha singular para un restaurante con un extensísimo reconocimiento desde todos los sectores: de su fiel clientela, a los críticos gastronómicos y los más diversos medios especializados.
Actualmente dispone de tres salones independientes de 36, 30 y 20 comensales, dos patios típicamente castellanos y más de 1.000 metros cuadrados de jardines en los que celebrar todo tipo de eventos.
Defensores de la excelencia de la materia prima y de continuar con las recetas y técnicas de nuestro antepasados, combinadas con las más innovadoras tendencias, en la línea que define también al sello Raíz Culinaria, contribuye a preservar este rico patrimonio.
Así, Las Llaves ofrece una experiencia gastronómica que va más allá de su magnífica cocina, envolviendo a los comensales en una atmósfera muy especial que cautiva al visitante y le invita a regresar.
Productos de temporada
Enérgica delicadeza, colores potentes, sabores evocadores son el secreto de este negocio cuya carta cambia cada temporada, aunque hay especialidades que permanecen como los muslitos de codorniz con soja, y donde los productos propios de cada estación son los que determinan una carta exquisita.
Finalmente, una amplia selección de vinos para cada estación y postres caseros, como su famosa Pirámide de chocolate, cierran una propuesta que es toda una sinfonía de sabores.