Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Pena por el violento

24/11/2023

Tal vez sea por aquello de que la mejor defensa es el ataque, pero lo cierto es que sorprende el lenguaje que utilizan los líderes de la derecha contra el nuevo y legítimo gobierno de Pedro Sánchez. Resulta evidente que no es por desconocimiento del significado de las palabras utilizadas, sino por todo lo contrario. Hemos oído últimamente a destacados representantes del Partido Popular y de Vox calificar a Pedro Sánchez de dictador, compararlo con Hitler, y, consecuentemente, de haber instaurado una dictadura en España. Abascal habla de golpe de Estado, a sabiendas de que tal término define una actuación violenta a cargo de fuerzas militares y en el paroxismo de las protestas callejeras hemos visto a manifestantes rezando el rosario como recurso divino, el último piensan, para subvertir el orden democrático. Seguramente Dios no está por la labor.
Uno no sale de su asombro y puestos a interpretar, acaso elucubrar sin fundamento, piensa que se trata más bien de fomentar la confusión mental entre los partidarios para justificar como acción propia lo denunciado en los contrarios: dictadura, golpe de estado, gobierno ilegal tras unas elecciones democráticas… Caldo de cultivo que sin duda es el causante, inductor o inspirador, del manifiesto hecho público por medio centenar de militares justificando para sí el golpe de estado que denuncian en los otros. Inevitablemente esta acción, anecdótica y trasnochada, me ha hecho recordar aquellos 15 meses de mili. España vivía confusa, acababan de legalizar el Partido Comunista y los altos mandos militares a los que uno les llevaba el café cada mañana no se cortaban un pelo ante el soldado que entraba con la bandeja. Continuaban ajenos al intruso con sus diatribas contra el Gobierno y con la ensoñación del nuevo golpe de estado. Tal vez sienta más lástima que desprecio al pensar que aún existen personas instaladas en la nostalgia de sus privilegios. Han permanecido décadas en el armario del resquemor, el odio y la intolerancia. ¿Acaso cabe mayor pena?