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La experiencia piloto 'Rural Care' como alternativa a la atención residencial beneficia a 183 grandes dependientes en 42 pueblos de la comarca vallisoletana de Tierra de Campos

La consejera de Familia presenta en Valladolid los resultados del programa ‘Rural Care’. - Foto: Ical

El programa 'Rural Care' nació con un objetivo claro: mantener en sus domicilios –normalmente en municipios con poca población– a personas mayores y dependientes con unos servicios que permitieran no tener que trasladarlos a una residencia. El primer balance de esta experiencia piloto ha sido «muy positiva», incluso se ha llegado a más grandes dependientes de los que se planteaba al principio. Un ejemplo de que es «posible» y «viable» ofrecer una atención personalizada en el entorno donde viven las personas. 

El programa ha beneficiado a 183 personas mayores con gran dependencia en 42 núcleos de población de las zonas de Tierra de Campos Norte y Sur, en la provincia de Valladolid. Enmarcado en el plan 'A gusto en casa' y gracias a los fondos europeos, medio centenar de asistentes personales ha atendido desde octubre de 2020 a personas con dependencia, discapacidad o enfermedades crónicas, con intervenciones en hogares de riesgo alto por la avanzada edad de sus integrantes –el 73 por ciento de los atendidos tiene 80 años o más y la edad media es de 82, ya que solo el 7,5 por ciento tiene menos de 60 años– y por su elevado grado de dependencia –el 43,1 por ciento presenta un nivel dos o tres–. La iniciativa ha logrado su objetivo al permitir que los beneficiarios sigan residiendo en sus casas gracias a recibir los apoyos, servicios y prestaciones 'a la carta' en función de sus necesidades y deseos.

'Rural Care', que finalizará el mes próximo, ha estado promovido por la Gerencia regional de Servicios Sociales aunque Fundación Personas es la encargada de proveer los servicios, que han contribuido a una mejora física y mental de los usuarios, mayoritariamente mujeres. El programa ha logrado el objetivo de atender a personas de avanzada edad y residentes en el medio rural. 

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, aprovechó la presentación de los resultados del programa para destacar su «neta ruralidad», ya que ha supuesto ventajas en el ámbito de los cuidados pero también crear empleo, asentar población y fomentar la igualdad de oportunidades. No en vano, casi todos los asistentes profesionales contratados han sido mujeres que viven en las poblaciones donde se han prestado la atención.

Además, subrayó, según recogió la Agencia Ical, su flexibilidad y accesibilidad y una mejor relación coste-resultado que en los centros especializados. «Es un proyecto innovador diseñado por y para el medio rural de Castilla y León por que la tecnología, la digitalización y la innovación aplicada a los cuidados, además de facilitar la permanencia de las personas mayores, dependientes o con una enfermad crónica es una oportunidad para generar actividad económica y nuevos modelos de negocio y crear empleos que ayudan al asentamiento de la población en los pueblos y contribuir a la lucha contra la despoblación», declaró durante el acto en Valladolid.