De Covaleda a Lille

S. Recio
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Mario Sandúa ejerce como preparador físico en la élite del fútbol francés desde hace dos temporadas, allí se ha consolidado y logrado su primer título, la Copa de Campeones, ante el todopoderoso PSG

De Covaleda a Lille - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martínez

Solo hay un equipo que ha discutido la hegemonía del PSG en Francia en los últimos años y ese es el Lille. En el año 2021 conseguían las Ligue 1 y pocos meses después se hacían con la Copa de Campeones, un título que se puede comparar con la Supercopa en España. En la foto de ese último trofeo llama la atención un sonriente soriano que posa con la medalla, se trata de Mario Sandúa.

Natural de Covaleda, recalaba en el conjunto francés hace dos temporadas para ocupar un puesto en el staff como preparador físico. «Todo llegó gracias a mi etapa en Marbella», recuerda ahora. «Allí coincidí con Esteban Granero (ex del Real Madrid) y me puso en contacto con un compañero», detalla el de Pinares.

No dudó e hizo las maletas para dar el salto al fútbol profesional, un premio que llegó por estar en el momento y lugar adecuados, pero que a su vez reconocía una labor que había ejercido en el fútbol español en clubes como el Numancia, la Cultural Leonesa o el propio Marbella CF. 

Inicios. Mario Sandúa siempre había tenido en su cabeza el deporte. Lo ama desde la práctica y desde la teoría, por ese motivo cursó sus estudios universitarios en la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Lo hizo en León, pero nunca se desvinculó de Soria. «Decidí que quería hacer las prácticas en el Numancia», apunta.

El fútbol apareció para hacer ser su labor y en su propia provincia tenía la oportunidad de aprender en un equipo profesional que por entonces dirigía Jagoba Arrasate. «Desde el primer día el trato fue espectacular», reconoce. «Sergi Gómez estuvo conmigo y me convenció que podía seguir en esto», añade. «Desde ese momento busqué seguir en el fútbol y lo conseguí en León», sentencia.

Comenzó a trabajar en las categorías inferiores de la Cultural Leonesa y el destino volvió a jugar a su favor. «Empecé en el Juvenil A y a mitad de temporada el primer equipo se quedó sin preparador físico», puntualiza. En ese momento le dan la oportunidad de llevar la parcela en Segunda B y su labor convence a José Manuel Aira, entrenador por entonces, que decide contar con él en su siguiente proyecto.

Un Marbella CF ambicioso y con hambre buscaba llegar a Segunda División y Aira se lleva a Mario Sandúa para el ilusionante año. «Salió todo mal», lamenta tiempo después. Fue su peor momento, pero a su vez le lleva a Francia y al Lille. La élite del fútbol llamaba a su puerta el de Covaleda cogió la maleta y junto a su pareja dio un cambio de rumbo a su vida en un nuevo país.

La élite. Mario Sandúa llegaba a un Lille que en 2021 se había llevado el campeonato de liga. Lo hacía para formar parte de un departamento de preparación física que cuenta con cuatro componentes. «Mi labor principal consiste en el seguimiento GPS y todo lo que tiene que ver con la tecnología, y también el proceso de recuperación y trabajo individual», detalla el soriano. 

A las pocas semanas conseguía su primer título, la Copa de Campeones. «Era el primer partido oficial y fue espectacular», cuenta sonriente. «A partir de ahí viví una temporada en la que experimenté lo más alto del fútbol», comenta. Habla de la Champions League. «Ir a Stamford Bridge para enfrentarte al Chelsea es algo difícil de olvidar», apunta.

Sandúa ha completado su segunda temporada en el club y se ha consolidado de forma sólida en su trabajo. «No hay tanta diferencia a la hora de hacer tu labor, si tú te exiges, la presión es la misma», afirma. «Lo más nuevo es que cuentan con una capacidad económica que hace que se pueda trabajar con las mejores herramientas para garantizar la mejor preparación», asegura.

Con el verano por delante para descansar, el de Covaleda no pone fecha de caducidad a Francia. «Aquí he formado una familia y estamos adaptados», finaliza. El fútbol profesional es su modo de vida y Sandúa se siente como pez en el agua.