Para desesperación del PSOE, que desea pasar página con urgencia, no solo sigue la polémica respecto a la inclusión de miembros de ETA en las listas de Bildu, sino que el debate se intensifica cuando faltan solo diez días para las elecciones autonómicas y municipales.
Con Sánchez a la cabeza, y con los ministros y candidatos haciendo idénticas declaraciones (prueba de que han recibido las pertinentes consignas) los socialistas insisten en que un PP acorralado por encuestas desfavorables, han metido a ETA en la campaña para desprestigiar al PSOE; pero para desgracia de esos candidatos, es comentario unánime, e incluso así lo confiesan destacados socialistas, que es Bildu el responsable del desaguisado.
Creen sin embargo que el partido de Arnaldo Otegui no fue capaz de advertir las consecuencias que tendría para el gobierno, su socio, que Bildu contara con condenados etarras en sus listas. Solo les importaban los suyos, sus seguidores, que sabían perfectamente que no les castigarían retirándoles el voto sino que, por el contrario, verían como una heroicidad de los dirigentes de Bildu se atrevieran a dar visibilidad a terroristas que ya han cumplido su condena por formar parte de la banda terrorista. Algunos de ellos, por asesinato.
Para mayor preocupación de un Sánchez que busca con desesperación que la palabra ETA desaparezca de la campaña electoral, el debate sobre la ilegalización de Bildu hace imposible que eso suceda.
Vox y Ciudadanos han pedido la ilegalización de Bildu. En el caso de Ciudadanos con discrepancias entre Inés Arrimadas y su sucesora Patricia Guasp. La primera está a favor de la ilegalización, y la segunda prefiere no entrar en la polémica. En la derecha, Vox centra ahora su campaña en esa exigencia de ilegalización, que desde el PP pide también Isabel Ayuso. Pero la dirección de su partido, con Feijóo a la cabeza, no apoya esa iniciativa, porque los servicios jurídicos del PP han determinado que no se dan los motivos que recoge la ley de partidos políticos para proceder a la ilegalización. Argumento al que ha llegado también el informe que encargó el Fiscal General del Estado, porque Bildu no ha tomado decisiones que vayan contra las exigencias democráticas y además ninguno de sus miembros ha tenido actividad terrorista desde que hace años ETA anunció su disolución.
No es ningún secreto que esa disolución no la asumen todos los etarras, pero se mantienen inactivos y por tanto no dan motivo para proceder a la ilegalización del partido al que pertenecen.
Pero al PSOE le es indiferente que Bildu pueda ser o no ilegalizada. Lo que quiere es que acabe de una vez la polémica y no se mencione a Bildu. Que al presidente, a los ministros y a los candidatos no les pregunten más por Bildu, las listas de Bildu, los candidatos de Bildu y si los elegidos renunciarán o no a sus actas de concejales y parlamentarios.
Para indignación de Sánchez, hay asunto Bildu para rato.