Desde la Federación de Caza de Castilla y León y la delegación soriana apuntan que la media veda se presenta de forma «irregular» pero con mejores perspectivas que el año pasado, una de las peores. Las zonas de la comunidad que han conservado la humedad en el campo presentan mejores condiciones para la caza de la pieza estrella, que es la codorniz, y en el norte, con más frío y cosechas más tardías, los cazadores tendrán más oportunidades.
José Manzano, de la delegación soriana, considera que en junio cuando se empezó a cosechar «parecía que se venían bastantes codornices». «Mejor que el año pasado tiene que ser, sí o sí, porque fue frustrante porque los primeros calores de junio empujaron a todas las codornices, prácticamente, al norte de Europa y no se quedaron ni siquiera en España», recuerda, por lo que solo el pre-Pirineo y la cornisa cantábrica «tuvieron algo». Así que, para él, el problema no es solo lo que entra en España, porque viene a ser lo mismo, sino «la distribución dentro de la península si es que se quedan». Pero este año, según los datos de los cazadores, que son a la vez agricultores y cosechan, en la zona centro y sur de la provincia «parecía que salían bastantes». En la zona norte habría menos. «Ahora mismo la codorniz con las lluvias de junio tiene muchísima cobertura y habrá mejores resultados que en 2022 pasado, pero tampoco va a ser un año a destacar», incide.
La codorniz atrae a Soria a muchos cazadores de fuera, como La Rioja, Navarra, País Vasco, Madrid..., por lo que calcula que «podrá haber unos 5.000 cazadores el primer día y después, a medida de que vayan avanzando las fechas y a medida de que se cace en una zona con sequía y sin posibilidades la gente deja de salir, así de sencillo». «Salir al campo si no hay nada no tiene mucho sentido», indica. Pero las zonas con más frescura, cobertura y humedad seguirán siendo buenas y las de más al sur de la provincia no tanto. La ola de calor de esta semana «no está siendo nada buena para la codorniz, porque este calor incita a los animales a subir a tierras más frescas. La empuja a zonas más frescas y altura, al norte de la provincia, pero insisto en que la temporada va a ser mejor que el año pasado porque hay cobertura y las lluvias de junio han venido bien».
Otro tema al que hace referencia José Manzano es que la modernización de la agricultura en los últimos años implica que «la paja no dure casi nada en el campo» por lo que «se le quita toda la cobertura al animal» y «se le empuja a que se vaya». De ahí que pida que la retirada de la paja por parte de los profesionales del campo no sea tan inmediata, «porque en 24 horas se le cambia a la codorniz todo el hábitat, su medio natural, su refugio...», se pasa a cosechar y a recoger la paja y provoca que desaparezca. «Las hemos tenido, pero se nos van, ese es el problema», reitera.
La media veda no tiene nada que ver con lo que era hace décadas, «la caza era de otra manera». «Hoy en día al retirar la paja prácticamente el animal con buscar cuatro acequias y cuatro puntos ya vale, pero hace años cuando no se retiraba la paja en toda la temporada en cuatro hectáreas se echaba toda la mañana, porque se recorría hilo por hilo de paja al esconderse donde tenía cobertura. Pero al quedar el campo tan desangelado en la actualidad, para la caza de la codorniz hay que tener unos buenos perros que se metan hasta las acequias, mientras que antes eran pointers y bracos que hacían unas muestras espectaculares», detalla José Manzano.
sostenibilidad. El representante de la delegación subraya la relevancia del programa Coturnix, que es «el que más datos sobre la codorniz recoge». Los sobres para recoger las muestras biológicas y aportar todos los datos necesarios (ubicación, zona de cereal o de arbustos, meteorología...) los envían los cazadores y se analizan estadísticamente para poder reflejar la estructura de la población de la codorniz, «porque todas las especies tienen que ser un recurso sostenible». A través de esos datos se puede conocer si la estructura poblacional de la codorniz se corresponde para poder seguir cazándola, por lo que «se necesita el apoyo de todos los colaboradores y cazadores recogiendo datos».
La memoria de 2022 se acaba de dar a conocer. Carlos Sánchez, el director de investigación de la fundación Artemisan, que desarrolla el proyecto Coturnix, destaca que la principal conclusión del estudio es que
Coturnix, un proyecto de Mutua Sport con la colaboración de la Federación Española de Caza y la autonómicas y la Fundación Artemisan, pretende «mejorar el conocimiento sobre la especie de la codorniz, su distribución, su abundancia, su migración...» y «trabajar por una caza sostenible». «La idea es que la caza no la dañe, sino que incluso la beneficie. Y que seamos los propios cazadores los que generamos datos para decir, por ejemplo, este año hay buenas previsiones y vamos a cazar o si va la cosa más floja que seamos nosotros mismos los que pongamos los límites o nos adaptemos a lo que hay», concreta el experto, relacionado con Soria y donde suele cazar habitualmente.
El proyecto, como decía Manzano, cuenta con una participación muy importante de los cazadores, con más de 5.000 en toda España que han aportado en los últimos tres años más de 35.000 muestras biológicas. «Las alas recogidas en los sobres que nos envían es lo que a nosotros nos ayuda a interpretar y entender la situación» y Artemisan, a través de censos y estimaciones en el campo, puede saber dónde hay codornices, cuántas hay, cuándo llegan y cuándo se van... Para Carlos Sánchez, es un proyecto «de ciencia ciudadana» porque «gracias a los voluntarios que hay en el campo, aunque la fundación tenga científicos detrás, analizamos datos y, lo que es muy importante, colaboramos con las administraciones públicas para ir de la mano y trabajar en equipo por la especie, por la caza y por su conservación». El Observatorio Cinegético es otro de los proyectos relacionados, con la implicación también de los cazadores para tomar datos en distintas épocas del año y hacer censos de especies. Por una parte están los cazadores y por otro los científicos, los profesionales que hacen censos y análisis para apoyar la gestión de la especies cinegéticas.
Sobre el informe de 2022, en el que destaca el buen éxito reproductivo, Sánchez subraya que «depende de la parte de España en la que estés puede haber más o menos codornices». Por lo general, en la mitad norte se dieron más codornices que en la mitad sur; y «se está observando que cada vez hay más que se quedan a pasar el otoño y el invierno en España y antes tan solo se quedaban en algunas partes del suroeste, como Extremadura, en zonas que no hace mucho frío y estaban a gusto». En la actualidad, por los propios cambios de paisaje y el cambio climático, están aprovechando la situación y en Castilla y León y Aragón se ven más en el invierno.
Sobre la temporada que empieza el día 15, respecto a la anterior que fue «aceptable» porque fue un año de cría, sobre todo en la mitad norte hay codornices. «Hay que tener un poco de cautela porque estos animales se mueven y emigran mucho, recorren distancias de cientos de kilómetros, y si cambia el tiempo muy deprisa se pueden mover. Pero sí es cierto que, aunque abril y mayo fueron secos, en junio llovió mucho», matiza poniendo como ejemplo el de Soria.
PREVISIONES
Esas condiciones permiten que la próxima semana, cuando los cazadores salgan al campo, puedan ver codornices. El problema, insiste, es que cuando se hacen previsiones de especies migratorias, como zorzales, tórtolas o codorniz, se tiene el problema de que un día se vaya a un coto y se vean y al día siguiente se hayan ido, no es como una perdiz, un corzo o una liebre. Hay buenas perspectivas pero con cautela, resume el experto de Artemisan, quien anima a los cazadores a seguir participando en el proyecto Coturnix, enviando las alas o comunicando si cazan alguna con anilla, con información muy valiosa sobre la especie y sus movimientos.
El año pasado, con menos muestras recibidas al ser una temporada más floja, de las 8.700 alas analizadas, Soria aportó casi 500 (6% del total); y en años anteriores se enviaron cerca de 3.000 de 17.000. Más de un centenar de cazadores de la provincia aportan información, por lo que es «puntera».
La media veda se establece del 15 de agosto al 17 de septiembre para codorniz (25 ejemplares por cazador y día), urraca, corneja, conejo y zorro; además de paloma torcaz (sin cupo) del 25 de agosto al 17 de septiembre.