Compartir coche como alternativa en el medio rural soriano

Nuria Zaragoza
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La pandemia también altera las formas de viajar. Al reducirse las líneas de autobús, a los usuarios no les ha quedado más remedioque buscar alternativas, como BlaBlaCar

Compartir coche como alternativa en el medio rural soriano - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

La pandemia ha complicado, aún más, el transporte de viajeros por carretera desde Soria. Se ha perdido la conexión directa con Salamanca y con Barcelona, se han recortado frecuencias con Madrid, con Zaragoza, con Logroño, con Pamplona... 

En el medio rural, la situación aún se complica más. Las opciones de comunicación entre núcleos pequeños por transporte público ya eran limitadas antes la pandemia y se han recortado aún más en tiempos de COVID, de modo que cualquier conexión se convierte en una aventura. En este escenario, a los viajeros no les ha quedado remedio que buscarse alternativas para poder llevar a cabo los desplazamientos que el estado de alarma les permite (viajes labores, formativos, médicos...). Plataformas como BlaBlaCar se han convertido en una alternativa en auge y hoy en día esta red social que oferta la posibilidad de compartir vehículo suma ya cerca de 11.000 usuarios  en la provincia, con un crecimiento del 12% desde el año 2018. En síntesis, lo que hace esta iniciativa es poner en contacto a personas que quieren realizar un trayecto común el mismo día y a la misma hora, lo que supone ahorra costes, reducir las emisiones de CO2, realizar el viaje en compañía y, en el caso de Soria especialmente, multiplicar las opciones de conexión. 

Los usuarios, por lo general, viajan entre capitales de provincia pero la gran ventaja de la comunidad BlaBlaCar es que cuenta con un sistema inteligente que permite que hasta los pueblos más pequeños de España tengan su lugar en el mapa de rutas. Es gracias al denominado algoritmo de paradas inteligentes que se puso en marcha hace unos años y que permite que los usuarios soliciten a los conductores puntos de recogida por los que el viaje vaya a pasar. Así, aunque el trayecto se realice desde grandes centros urbanos, se pueda incluir en la ruta pequeñas poblaciones que estén en el trayecto, lo que multiplica exponencialmente las posibilidades de movilidad puerta a puerta en larga distancia. Muchas de ellas, además, son pequeñas localidades sin conexión directa a ninguna red de transporte. 

llegar a  núcleos pequeños. Es el caso de Gormaz, la población soriana más pequeña a la que ha llegado Blablacar. El municipio apenas suma una veintena de empadronados, según el INE, de modo que está, junto con Villamentero de Campos (Palencia, 18 habitantes) y Monasterio (Guadalajara, 14 habitantes), en el ‘podium’ de núcleos más pequeños a los que ha llegado esta plataforma de movilidad. Pero Gormaz no es un caso único. BlaBlaCar llegó el año pasado a 94 localidades de la provincia, a los pueblos cabecera de comarca pero, también, a poblaciones pequeñas como Carabantes, Ciria, Ausejo...

Elena Fernández Baquedano conoce bien este servicio. Desde hace unos meses es usuaria habitual de Blablacar y a menudo realiza paradas en núcleos de Soria. Ella es de Zaragoza y estudia en Salamanca y, teniendo en cuenta que en pandemia se ha suprimido el autobús que cubría la línea Barcelona-Soria-Salamanca que pasa por Zaragoza, «casi siempre» tiene peticiones desde Soria para viajar acompañada hasta Salamanca, o regresar desde allí.

«Como han quitado el autobús, siempre viajo acompañada y cojo a gente en Soria, en Valladolid o en Zaragoza. A mí no me importa desviarme un poco alguna vez y pasar por pueblos pequeños», asegura, consciente de que es también una opción de facilitar la conexión a personas que, en caso contrario, no lo tienen fácil. 

Ella comenzó a usar la plataforma en pandemia, cuando se vio  obligada a utilizar su coche porque se suprimió el autobús que siempre utilizaba sin previo aviso. Desde que la usó por primera vez ha repetido siempre, y espera seguir haciéndolo ya que «cubres los gastos y, a veces, incluso un poco más y es una recompensa». Pero, también, destaca, porque «así vas acompañada y, teniendo en cuenta que son muchas horas de viaje, se agradece». Generalmente el viaje son entre cinco horas  y media y seis horas -según las paradas que haga- y, admite, «se hace agotador, sobre todo en la parte de Soria que no hay autovías».

En tiempos de pandemia cree que este tipo de iniciativas ha crecido ya que, aunque viajas acompañado, supone compartir vehículo con menos gente que en un autobús. Pero, además, añade «nosotros siempre vamos todos con mascarilla y bajamos continuamente la ventanilla para ventilar. Incluso el día de ‘Filomena’ que nos pilló de viaje fuimos con las ventanillas abajo», recuerda. En su caso, además, limita el viaje a cuatro personas aunque la capacidad sea de cinco.