La degollación de San Juan en Quintanilla de Nuño Pedro

T.G. / J.M.I./ L.C.P.
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La iglesia se data en los siglos XIII-XIV, con reformas importantes en el XVII

La degollación de San Juan en Quintanilla de Nuño Pedro

Cómo es posible que, a estas alturas del siglo XXI, en España haya ciudadanos que no puedan conectarse por teléfono desde sus casas, que tengan que buscar un punto determinado en sus pueblos para poder contactar con seres queridos, con servicios, con sanidad, etc.? ¿Quiénes son los responsables de tal situación? ¿Acaso son los mismos que nos exigen una cita para atendernos o nos animan al control de las nuevas tecnologías? Pues bien, la situación descrita, tan anacrónica, sucede cada día en muchos pueblos de la provincia de Soria, y Quintanilla de Nuño Pedro es uno de ellos.

Hemos realizado este viaje, pasado el día de San Saturio, cuyas fiestas fueron tan calurosas como las de San Juan. Así pues, nos acompañó un día cálido hasta este pueblo de nombre tan medieval, y que cambió su nombre de Quintanilla Nuño Pedro para añadirle una 'de' actual. 

Estamos ante una de esas poblaciones, como tantas otras, venidas a menos en nuestro territorio. Perteneció a la Merindad de Santo Domingo de Silos y fue municipio con unos 70 habitantes; hoy está integrado en Espeja de San Marcelino y no llegan a veinte las almas que allí permanecen habitualmente.

Para llegar al lugar hay que utilizar la N-234 hasta San Leonardo, y allí desviarse a la izquierda para tomar la SO-934 hacia Peñaranda de Duero (Burgos), que nos llevará hasta la población.

Nos sorprendió que hubiera cinco o seis personas esperándonos, a las que se fueron añadiendo, poco a poco, unas diez más. Tanta afluencia daba idea de la preocupación con que los pobladores de este pueblo están viviendo el problema de su iglesia. Una iglesia que tiene goteras, ocasionadas por el desplazamiento de las tejas y el onduline de la cubierta, y en la que además el muro norte de la sacristía puede derrumbarse. Contrasta la situación de descuido de la iglesia con el cuidado que se ha puesto en las calles y demás edificios del pueblo, destacando, entre otras recuperaciones, el renacido rollo jurisdiccional.Tanta afluencia y tanto interés nos produjo cierto temor a que nuestra presencia creara falsas expectativas de solución. Nuestro poder no va más lejos que el de plasmar en estas hojas el problema y la angustia con la que se vive.

Elvira García nos explicó que se habían puesto en contacto con el Obispado y la Diputación de Soria y que les sufragan el 75% del coste de las reparaciones, pero el pueblo tiene que aportar el 25% restante. Ya han pagado a un arquitecto 1.000 euros para la redacción de una memoria en la que los gastos se calcularon en 50.000 €, pero como los precios se han disparado, ahora la cantidad se eleva hasta los 67.000 €, de los que el pueblo tiene que aportar, aproximadamente, 17.000 €. La parroquia, al frente de la cual está el párroco D. Rafael, sensible al problema, dispone de unos 5.000 € y el pueblo no posee recursos para sufragar el resto, así que se pensó como solución en el micro-mecenazgo a través de una campaña con Hispania Nostra o a través de la parroquia.

Todos nos acompañaron a ver los problemas de la iglesia. En su entrada podemos ver las pinturas creadas con emoción por Carlos del Val, uno de los habitantes del pueblo. En su interior, y exterior, nos hicimos idea de la gravedad del problema. Nos explicaron que tienen dos asociaciones desde las que tratan de buscar soluciones: la del Lagar y la del Común. De esta última el presidente es Ismael Díaz, que tras abandonar Barcelona, creó en el pueblo una quesería y, actualmente, desempeña el cargo de alguacil.

La iglesia de la Degollación de San Juan Bautista es una obra del siglo XIII-XIV, con reformas importantes en el XVII. Originalmente la parroquial contó con una nave recta de mampostería, cubierta con techumbre de madera, sillares en esquinas y vanos y una cabecera rectangular. Esta se encuentra cubierta con una sólida bóveda de cañón de buena sillería encalada sobre una sencilla imposta de listel y nacela, sin distinción de presbiterio y ábside. Precisamente esta cabecera recta ha dado pie a retrasar su construcción a periodos altomedievales, aunque nosotros lo consideramos como un arcaísmo más de la pervivencia de las cabeceras rectas en esta comarca. El arco de triunfo es un potente y austero arco de medio punto sin decoración y muy cerrado, que descansa sobre sus jambas, coronadas por una imposta de listel y nacela. En el muro meridional se puede ver cómo la nave es ligeramente más ancha que la cabecera. La cabecera se ilumina con una ventana adintelada, que se abrió con posterioridad, partiendo la bóveda. Al exterior y por debajo de esta se puede ver la pequeña aspillera original, que fue cegada cuando se recreció la altura del inmueble. En el muro meridional se abre la portada en un sencillo arco de medio punto, protegida por un portalillo moderno.

En un momento indeterminado, quizás del siglo XVII, se decidió ampliar la iglesia y para ello eliminaron el muro norte, levantando dos grandes arcos de medio punto, similares al triunfal, abriendo una nueva nave. En la cabecera abrieron una puerta que daría paso a la nueva sacristía. Al fondo de esta nave septentrional se sitúa el bautisterio, cerrado por una balaustrada de madera con la fecha de 1897. En éste se custodia una pila bautismal decorada con un bocel en la embocadura y gallones cóncavos, que también es obra de la primera construcción, ya de finales del XIII o principios del XIV. Esta nave, en la actualidad, corre peligro de derrumbe, para evitarlo los vecinos han posteado con puntales metálicos algunas de las vigas y con cubos recogen el agua de las goteras. El muro norte de la sacristía amenaza con venirse abajo, pues actualmente presenta un gran desplome y una potente grieta en la parte superior.

En el interior destacan: sus dos retablos, el gran pendón y la cruz procesional, así como la escultura de San Filareto, abogado de la vista. En la enjuta de los dos grades arcos de medio punto podemos ver el campanillo de rueda, al que se atribuyó una procedencia del antiguo Monasterio Jerónimo de Guijosa, en el que podemos leer una inscripción con el donante y el año de 1885. Esta es una pieza única en las iglesias sorianas y se toca en el momento de la Consagración.

La nave, como hemos señalado se recreció, con alero de teja, mientras que en la cabecera se conservó la cornisa de simple nacela sin canes, muy parecida a la de la vecina ermita de la Virgen de la Torre de Guijosa. Cuando se hizo la sacristía la cornisa de listel y nacela se recolocó en el muro septentrional.  A poniente, y también como resultado de la última reforma, se levanta una buena espadaña de sillería con dos troneras para campanas, rematada con frontón triangular con pináculos y cruz. Según cuentan los vecinos, en los últimos años y por efecto del clima, se producen pequeños desprendimientos de esquirlas. Siguiendo la nave septentrional y al exterior un pequeño muro de mampostería acoge la antigua huesera de Quintanilla.

Casi todos los varones que nos acompañaron son de fuera del pueblo, no así las mujeres. Pero unos y otros nos mostraron idéntica preocupación por su iglesia. Miguel, extremeño, es un ejemplo de ello. Casado con Elvira vivieron en Barcelona y ahora están afincados definitivamente en el pueblo. Prácticamente todos ellos han probado el sabor amargo de la migración y, en un momento dado, han decidido regresar, volver al pueblo de forma definitiva o temporal. Es el caso de Luis del Hoyo, que fue alcalde del pueblo, y Avelina Carazo, que pasan cuatro meses en Torremolinos y luego regresan a su querido pueblo.

No hay jóvenes entre nuestros acompañantes, y es que su sensibilidad es diferente. Su preocupación no es tanto la iglesia como las comunicaciones para que otros jóvenes acudan a trabajar allí, o visiten a sus abuelos sin necesidad de estar abocados a un aislamiento al que les condena la falta de cobertura.

El pueblo lucha por conservar su patrimonio religioso y para ello abrieron una cuenta en la oficina de Caja Rural de Soria de San Leonardo, a nombre de Parroquia de la Degollación de San Juan Bautista de Quintanilla de Nuño Pedro-Número de Cuenta: ES85 3017 0110 2423 9585 1716 en la que reciben las aportaciones de los amantes del patrimonio rural. Si alguien quiere ayudar es preciso incluir en Concepto: Arreglo de la Iglesia. Esta aportación tiene desgravación fiscal, siendo el párroco quien emitirá el justificante para ellas.

Oídos sus problemas e inquietudes, nos mostraron su espectacular Lagar, convertido en una gran sala-bar y museo etnográfico. Allí nos despidieron con tremenda amabilidad y con un apetitoso ágape acompañado por un excelente vino cosechero de Luis.

Antes de regresar a Soria nos detuvimos en Guijosa. Allí nos esperaba Lorena de Pablo, su madre y José Ramón García Esteban, teniente alcalde de Espeja de San Marcelino y alcalde pedáneo. Lorena, junto a los hermanos Rocío y David Redondo ha creado una empresa que gestiona varias cuentas en redes sociales, entre las que destaca Soria está de moda. Esta visita, sus gentes y su rico patrimonio, bien merece otro artículo en estas páginas semanales.