Jesús de Lózar

Jesús de Lózar


Reino Fungi

25/02/2023

Ni una. No había dejado ni una. Las había cogido todas y las había arrojado al patio. Nos habíamos pasado toda la mañana andando y recogiendo lo poco que encontramos en el pinarcillo de un pueblo sin monte. Dónde están las setas, mamá. Frunció el ceño y arrugando la nariz, hizo un gesto con el codo, fuese y no dijo nada. Evidentemente, mi madre no había leído a Plinio el Viejo que ya distingue en su Historia Natural los hongos comestibles de los venenosos. Acabar con el enemigo en Roma se hacía con setas, les debían gustar mucho. Hoy todavía hay gente que las confunde, se intoxica y acaba en el hospital. Ante la duda es mejor hacer lo de mi madre, tirarlas todas a la basura. Aunque para ella no había ninguna buena, todas eran malas. No iba de micóloga.
Aquí, sobre todo en las zonas de pinar, ha existido una tradición de recolección de setas desde al menos los años treinta del siglo pasado y quizás de tiempo atrás. En tiempos más recientes no era raro que se pidiera permiso para ir a setas y procurarse un ingreso extra. No sé si se sigue haciendo porque ahora hay mucha más competencia en el monte. Hay autónomos que se dedican a otra actividad principal pero que en la campaña se organizan para comprar a los recolectores y levantarse muy temprano para llevar su producto a Mercabarna.
Desde 1987 y hasta su cierre en 2012, el Departamento de Investigación Forestal de Valonsadero, situado a la izquierda en el desvío a Fuentetoba, ha realizado trabajos e impulsado todo lo relacionado con la micología y la  investigación, con Ana Hernández Fernández de Rojas, Luz Marina Fernández Toirán y Fernando Martínez Peña al frente. Ante las dudas y en ausencia de Plinio el Viejo, recurrías a este centro incluso los fines de semana que es cuando los aficionados vamos a setas.
En las navidades de 1995, en lugar de ir a Cauterets con la familia, terminé un Estudio sobre aprovechamientos micológicos de la comarca de Pinares y El Valle, donde planteábamos el impacto socio-económico, una estrategia de desarrollo para la valorización del hongo silvestre y la posibilidad de regular jurídicamente la extracción y recolección de hongos comestibles en montes públicos. Unos años fui a los Cursos de Verano que sobre micología organizaba la Universidad del País Vasco en el Palacio Miramar de San Sebastián. Un compañero de curso, vecino de Donosti, nos dio la noticia de que se acababa de producir un atentado en la ciudad. Me llamó la atención su tono si no de admiración de algo parecido por lo que debía entender una demostración de fuerza de ETA. Una bomba lapa. El día, 23 de julio de 1996. La víctima, Albino Alfredo Machado Pires, ex cocinero del cuartel de la policía en Sanse. 
En diciembre de 1993 se fundó la Asociación Micológica Navaleno y en abril de 2000  la Micológica Quintana, ambas integradas en FAMCAL, la Federación de Asociaciones Micológicas de Castilla y León. En Navaleno llevan desde ese año haciendo un concurso exposición de setas en el polideportivo. En la Micológica Quintana hacemos al menos dos salidas al año. El Centro de Investigación de Valonsadero organizó desde 1991 durante muchos años en el Palacio de la Audiencia, unas Jornadas sobre los hongos y el bosque, una referencia para los aficionados, con conferencias, prácticas, excursión, determinaciones de las especies, con la colaboración de Ayuntamiento y Diputación. Se organizan exposiciones y jornadas de todo tipo, incluidas claro las gastronómicas, por empresarios, Ayuntamientos, Diputación y últimamente Montes de Socios. 
Hoy Soria, gracias a la colaboración de todos, al trabajo de muchos durante mucho tiempo, aunque haya cosas que mejorar, hoy es un referente nacional en micología. Lo que hace treinta años era un recurso sin explotar hoy es una realidad. Y que salgan los marzuelos.