Museos más vivos que nunca

S.Almoguera
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Soria es una de las provincias castellanas y leonesas participantes en este proyecto auspiciado por los grupos de acción local que ofrece una alternativa al cierre por falta de personal o medios económicos

Museos más vivos que nunca - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Su nombre trasciende lo literal. Es más bien una metáfora. La despoblación, la falta de medios económicos o de personal ya no son un obstáculo para que los centros museísticos de pequeñas localidades permanezcan cerrados. Los museos están vivos. Muy vivos, en realidad. En la provincia de Soria 16 centros forman parte de este proyecto pionero que nació ligado a los grupos de acción local (en Soria a través de Adema, Proynerso y Tierras Sorianas del Cid) y que tiene ramificaciones en otras provincias castellanas y leonesas como Burgos, Valladolid, León o Palencia, así como en Galicia e incluso en la República Checa.  

Fue en 2020, en plena pandemia, cuando se puso en marcha esta nueva forma de entender la museografía que permite y garantiza la visita de los centros participantes los 365 días del año con una amplia flexibilidad horaria. Sólo es necesario reservar la entrada a través de la página web del proyecto (www.museosvivos.com) y registrarse. A partir de ahí, un código, tecleado en la puerta  del museo, permite el acceso e iniciar un recorrido autónomo por la instalación.

Las nuevas tecnologías, en este sentido, se alían para posibilitar que  interesantes centros museísticos o de interpretación sigan ejerciendo de atractivos turísticos y culturales de sus respectivas zonas, independientemente de los medios que las localidades tengan para atenderlos. Comodidad y sencillez para el visitante son la base de esta iniciativa que, una vez superada la pandemia de covid-19, está experimentando un importante auge en el número de visitas. A cierre de junio de 2022,  los 64 museos vivos que conforman el proyecto habían recibido 22.000 visitantes. Los sorianos, 5.598 personas.

En Soria, destaca Miguel Fernández, responsable del programa en España, destaca especialmente la «fuerte afluencia» de público en los museos vivos sorianos del Sur de la provincia, como el Centro Arqueológico de Miño y el de Medinaceli, que recibió el 42% del total registrado en la provincia, 2.354 visitantes. «Es una zona muy turística», insiste Fernández. Aunque incluso en los museos de Tierras Altas (suman ya 1.793 visitantes) también se registra «bastante regularidad».

Los dos centros de la comarca de Medinaceli han experimentado ya durante el pasado mes de junio un crecimiento notable en la afluencia de público. «En un fin de semana, pueden recibir de 30 a 40 reservas y entre 120 y 130 personas», puntualiza Miguel Fernández, responsable del programa en España.

para todos los gustos. En este sentido, la oferta es tan variada como interesante e incluye desde el Museo de la Cerámica de Quintana Redonda, pasando por el centro de Castros y Pelendones de Castilfrío de la Sierra, el documentación de la Escuela y Eclesiástico de Castillejo de Robledo o el Espacio Cultural villa Romana de los Quintanares. 

Pero las propuestas se extienden  también al Museo de Augustóbriga en Muro o el Museo Gustavo Adolfo Bécquer de Noviercas o incluso al horno tradicional en Las Aldehuelas, el museo del lagar en Alcubilla de Avellaneda o incluso el Museo Etnográfico de Sarnago. 

Desde la Asociación de Amigos de Sarnago esta iniciativa ha supuesto amoldar su museo «a los nuevos tiempos», un simpático contrasentido porque el centro está dedicado a la etnografía y el retrato de la antigua vida en la localidad. Antes, insiste el presidente de la agrupación, José María Carrascosa, sólo era posible visitarlo «cuando había alguien» que se encargaba de su apertura. Ahora, sin embargo, es tan sencillo como sacar la entrada a través de internet y acceder a través de una clave. «No sabemos cuántas visitas tenemos, pero sí que notamos que suele haber gente», indica Carrascosa. En este sentido, insiste, objetivo cumplido.

Fueron el Ayuntamiento de San Pedro Manrique, la Mancomunidad de Tierras Altas y Proynerso quienes animaron a Amigos de Sarnago a sumarse a esta iniciativa que sólo en Tierras Altas cuenta con nueve museos entre los que se incluyen también los de Muro y Noviercas. Es, insiste el responsable de Museo Vivos, la comarca soriana que mayor número de centros museísticos aporta a esta iniciativa. Para la Asociación de Amigos de Sarnago que este museo esté disponible para la visita es importante dentro del proyecto turístico rural sostenible que espera sacar adelante con fondos europeos Next Generation junto a las localidades de Burgui (Navarra) y Urriés (Zaragoza). El museo etnográfico es una de las piedras angulares de los recursos turísticos que se quieren potenciar desde este proyecto.

Y, en este sentido, las nuevas tecnologías, a las que la gente se ha habituado durante la pandemia, pueden ser una de las herramientas sobre las que seguir mejorando la visita al centro museístico. «Queremos poner algún código QR con un audio o un vídeo que permita explicar algunas piezas», señala José María Carrascosa.

Frente a lo que pueda parecer, insiste Miguel Fernández, acondicionar tecnológicamente un centro como museo vivo no supone un gran desembolso económico. «Uno de tamaño medio que tenga tres o cuatro salas, incluyendo la instalación de las cámaras de vigilancia y la plataforma web supone unos 5.000 euros», explica el responsable del proyecto. La cantidad incluye la cobertura integral de mantenimiento durante cinco años. «A partir de ahí, implica unos costes de alrededor de 200 euros anuales», agrega. No obstante, los precios varían en función del tamaño de las instalaciones. La inversión, compensa, dado que permite ahorros de personal, aunque, insiste Fernández, el sistema es perfectamente compatible con guías o personas que se encarguen de la apertura de los centros museísticos en determinadas épocas del año. La filosofía del sistema es sumar, indica el responsable de Museos Vivos.

sin llave. Para el alcalde de Miño de Medinaceli, José Minguez, todo son ventajas. De hecho, asegura, «es de lo mejor que se ha puesto en marcha». En su caso, señala con simpatía, «ya no tengo que ir con la llave. Así que de maravilla». «En estos pueblos pequeños», insiste, el primer edil es el que tiene que encargarse de todas las gestiones. «Empezabas a comer o te ibas a echar la siesta o justo cuando te habías ido al supermercado a Medina te buscaban para que abrieras el museo», señala. 

Desde que se implantó este servicio telemático, afirma, ya no se entera cuando vienen a visitarlo. El sistema es muy sencillo, insiste, y permite que la gente también vaya a su ritmo, sin preocuparse por no llegar a tiempo a los horarios de apertura.

De hecho, insiste Fernández, es también una de las cosas que más valoran los visitantes de un programa en el que el 'boca a boca' está siendo básico para el crecimiento actual del número de visitas. «De hecho, hay gente que se organiza rutas y van visitando diferentes centros» sin miedo a que no les de tiempo a verlos todos, destaca. Aquí son los propios visitantes los que planifican el horario de visita.

más adhesiones. Aunque el proyecto nació pensando en esas pequeñas localidades que no tienen suficientes ingresos para destinar personal permanente a la apertura de los centros museísticos, cada vez hay más interés en poblaciones que incluso superan los 5.000 habitantes para adaptar sus recursos museográficos a esta iniciativa. «Nos están pidiendo información para establecer Museos Vivos y desahogar el servicio de visitas guiadas», añade Fernández. Muchos municipios grandes están viendo esta iniciativa como una oportunidad para optimizar y multiplicar la oferta de sus recursos turísticos. 

También localidades que no están integrados en grupos de acción local están viendo en este sistema un impulso para mejorar sus servicios turísticos, como en el caso de un castillo de Palencia, de propiedad municipal, que va a integrarse a título individual. El proyecto Museos Vivos, asimismo, también espera ampliarse a otras provincias de Castilla y León como Zamora, Ávila o Salamanca donde no operan estos grupos de trabajo.

De hecho, Museos Vivos está lejos de 'tocar techo'. Si las dos primeras fases estuvieron dirigidas a dar solución a todos aquellos centros museísticos que habitualmente se encontraban cerrados por falta de personal o recursos económicos, «ahora entramos en una tercera» que espera extenderse hacia el mundo eclesiástico y su vasto y rico patrimonio histórico-artístico de iglesias y ermitas. Miguel Fernández confirma que ya ha habido conversaciones en este sentido y que se trabaja en ello. «Espero que a lo largo de este año 2022 se llegue a algún tipo de acuerdo y que en 2023 podamos incorporarlos», avanza.