Operación Yolanda

Pilar Cernuda
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La estrategia de Moncloa para tener opciones de gobernar después de las generales consiste en potenciar a Díaz y su plataforma Sumar

La líder comunista ha pedido donaciones por ‘crowdfunding’ de 50 a 200 euros para la campaña electoral nacional - Foto: EFE

No es seguro que Yolanda Díaz esté al tanto de que es la protagonista de una operación política que se diseñó hace unos meses en la Moncloa. Tampoco que los promotores la llamaran exactamente operación. Pero sí es seguro que el lanzamiento de la vicepresidenta segunda del Gobierno al estrellato se gestó en Moncloa, se estudió en Moncloa y se promovió desde Moncloa. 

La razón, a nadie se le escapa: para que Pedro Sánchez pueda mantenerse en la Presidencia es vital que la izquierda del PSOE consiga un número considerable de votos y escaños que permitan alcanzar la mayoría necesaria para superar una moción de investidura. Es de dominio público que Podemos se ha convertido en un partido antipático, que su declive se incrementa con el tiempo, que su dirección está formada por un grupo de mujeres muy sectarias, radicales, que imponen leyes que provocan un gran rechazo y, por tanto, había que neutralizar a Podemos.

Formación o partido con un candidato o candidata que fuera bien visto por la extrema izquierda, pero también por la que en tiempos votó a Sánchez, pero que hoy siente una profunda animadversión hacia presidente de Gobierno. 

Animadversión que el presidente conoce y que entiende que necesitaría mucho tiempo para neutralizar. No dispone de ese tiempo, porque las elecciones, en principio, se celebrarán en diciembre. Sánchez sigue empeñado en aprovechar electoralmente la Presidencia rotatoria europea. Podría cambiar de idea y adelantar las elecciones generales si el resultado de las autonómicas y municipales de mayo lo aconsejaran pero, en principio, quiere mantener el calendario.

Yolanda no fue informada de que era protagonista de una estrategia que tenía como objeto potenciar su figura en detrimento de la dirección femenina de Podemos, Ione Belarra, Irene Montero, Lilith Verstrynge y Ángela Rodríguez Pam, con Pablo Iglesias manejando los hilos desde fuera. Es más, desde hacía meses su relación con el presidente no fue especialmente cercana, tampoco cálida, hasta el punto de que la opinión generalizada era que al madrileño le importaba muy poco Sumar. 

Se trataba de un partido que no podría ir muy lejos, porque carecía de infraestructura, de dinero, de sedes, de terminales mediáticas e, incluso, de apoyos de cierto interés.

Yolanda no se mostraba suficientemente activa y su patrimonio externo se reducía a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y a la madrileña, Mónica García, del partido de Errejón. La expresidenta de Valencia, Mónica Oltra, había caído en desgracia tras verse obligada a dimitir por las acusaciones a su marido de abusos a menores tuteladas por la Generalitat, y los intentos de captar a la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, habían fracasado. 

Errejón -que también había tentado a Carmena- no se mostraba muy entusiasta con la gallega a pesar del apoyo de Mónica García, pero todo cambió cuando los sondeos empezaron a recoger que Yolanda Díaz era una de las políticas con mayor porcentaje de conocimiento por parte de los ciudadanos, y que su grado de aceptación estaba muy por encima de la media, por encima del propio Sánchez.

¿Tuvo algo que ver el CIS en esa situación? Está asumido, aceptado, que José Félix Tezanos ha hecho grandes favores a Pedro Sánchez a través del centro que dirige. Cambió la fórmula de trabajo que se había mantenido durante años y promovió, además, la publicación de barómetros mensuales, un eficaz instrumento para que el Gobierno pudiera no solo disponer de datos demoscópicos sobre el interés de la opinión pública sobre determinados asuntos, sino que también recogían cómo iba la aceptación de los partidos del Ejecutivo. Sondeos que, previa cocina, aunque Tezanos lo ha negado siempre, diferían de los que publicaban la casi totalidad de las empresas especializadas, que unánimemente indicaban que el PSOE y Podemos estaban claramente en baja. 

Tezanos ha sido visitante habitual de Moncloa y, en los últimos años, ha sido comentario que en sus encuentros con Sánchez ha ejercido de sociólogo -que lo es, de los buenos- para sugerirle iniciativas que pudieran potenciar su imagen como político y jefe de Gobierno, y lograr así la remontada necesaria para luchar contra los sondeos. Personas que conocen bien al presidente afirman que Tezanos tiene mucho que ver con la operación de impulsar a la líder comunista en detrimento de Podemos, que se había convertido en un problema no menor para el líder socialista. 

Apoyo presidencial

La moción de censura de Vox fue clave para esa operación. Sánchez ofreció a la vicepresidenta la propuesta de intervenir para defender a fondo la política laboral del Ejecutivo, aunque en ningún momento vinculó esa intervención con el apoyo presidencial a Sumar. 

Para Díaz fue un orgullo y aunque su discurso no tuvo la profundidad que esperaban sus defensores, sí llamó la atención. Más que por lo que dijo, porque se visualizó que Sánchez había elegido: Yolanda mejor que Irene; Sumar mejor que Podemos. La suerte estaba echada y a ella solo le quedaba preparar su gran acto de presentación.

El líder del PSOE aspiraba a unas negociaciones entre Podemos y Sumar que concluyeran con un gran acuerdo por el que las formaciones situadas a la izquierda del PSOE concurrieran con listas únicas a las generales, pero con el transcurso de las semanas comprendió que ese acuerdo era difícil que saliera adelante. Como había que optar, optó por Sumar. 

Lo urgente es esperar, solía decir el político Pío Cabanillas. No queda otra opción. Esperar la reacción de Podemos y si acepta iniciar negociaciones con Yolanda rebajando las exigencias iniciales. Esperar el resultado del crowdfunding que ha puesto en marcha Yolanda Díaz y contar así con los fondos necesarios para emprender una campaña electoral nacional. Ha pedido donaciones de 50 a 200 euros y desde Sumar afirman que la primera respuesta ha sido muy positiva. Habrá que esperar también a ver si el líder del Gabinete se quedará quieto si, como cree Yolanda Díaz, se le acercarán antiguos votantes del PSOE que no piensan votarle. 

Y esperar, sobre todo, a los resultados del 28 de mayo. Si a Podemos no le va bien, Yolanda desfilará glamourosa por la alfombra roja que le ha tendido Pedro Sánchez, dispuesta a aportar a un futuro ejecutivo de coalición -si salen las cuentas- más escaños que los que consiguieron los morados en las últimas generales.