El calendario laboral de Castilla y León para 2024 vuelve a emerger como un foco de conflicto en el seno del Gobierno de coalición regional. Si ya el del presente ejercicio estuvo salpicado de polémica –se presentaron hasta tres propuestas diferentes– por la incorporación por primera vez del 25 de julio, día de Santiago, como no laboral en la Comunidad, el calendario que regula los festivos autonómicos del próximo año nace con contradicciones dentro de la propia Junta de Castilla y León. «La propuesta de fijar el 9 de diciembre es interesante», aseguraba el portavoz del Ejecutivo y consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, que se sumaba así a las tesis planteadas horas antes por los sindicatos, y que son contrarias a la propuesta elevada por la Consejería de Empleo, en manos de Vox. Un plan, el de Empleo, que propone el 23 de abril, fiesta de la comunidad autónoma y el 25 de julio, día de Santiago Apóstol como las dos jornadas festivas de carácter autonómico para el 2024.
CCOO y UGT rechazaron la inclusión de nuevo del 25 de julio como no laborable en la Comunidad, y pidieron que se cambie por el 9 de diciembre, y crear así un puente de cuatro días, desde el viernes 6 de diciembre, Día de la Constitución Española, hasta el lunes siguiente. Algo que respaldó Fernández Carriedo durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, donde aseguró que es «interesante» esta propuesta. En cualquier caso, evitó pronosticar que festivo será el que se celebre finalmente y se limitó a asegurar que la Junta tendrá una «única propuesta» que será la que apruebe el Consejo de Gobierno. De momento, garantizó que el 23 de abril del próximo año, Día de la Comunidad, volverá a ser festivo en Castilla y León al ser lunes, por lo que indicó que el Ejecutivo ya tiene decidido uno de los dos festivos de 2024 que le corresponde fijar dentro del calendario laboral.
Sobre el otro festivo, Fernández Carriedo aseguró que cuando tomen en la Junta la decisión «más adecuada la comunicarán» y añadió que en ese proceso escucharán «todas las opiniones, consideraciones y alternativas», entre ellas las de los sindicatos y la patronal, pero también atenderán otros intereses comerciales, turísticos y del conjunto de los ciudadanos, según informa la Agencia Ical.
En cualquier caso, ante las críticas ya manifestadas por los agentes sociales y económicos, respondió que «siempre es opinable cualquier decisión» e insistió en que analizarán «qué decisiones son las más adecuadas». De hecho, la UGT Castilla y León defendió que con su propuesta buscan «favorecer la economía y la conciliación familiar en las puertas de la campaña navideña». El sindicato consideró que el festivo del 25 de julio «queda desaprovechado sin ningún beneficio para los trabajadores y las trabajadoras» mientras que, con su propuesta, buscan la «utilidad» del día no laborable.
Comisiones Obreras defendió en esta línea que declarar festivo el 9 de diciembre favorece la competitividad y la productividad de las empresas, a lo que añadieron el ahorro de costes que supone por no parar la producción a mitad de semana como ocurrirá, advierten, si se celebra el jueves 25 de julio. También apelaron a la conciliación familiar y añadieron que la propuesta de los sindicatos contribuiría «de manera eficaz» a la economía general y a la de Castilla y León, especialmente, «porque potencia el turismo de interior en invierno».
Ambas centrales sindicales recordaron que este año la Junta de Castilla y León decidió no trasladar la fiesta de la Comunidad, 23 de abril, que cayó en domingo, al día siguiente y estableció el 25 de julio como no laborable ante la protesta de los sindicatos que lo consideraron «un ataque de la extrema derecha a la fiesta de Villalar por cuestiones ideológicas».
El Consejo Regional de Trabajo de Castilla y León, del que forman parte la Administración autonómica, los sindicatos, la patronal y la Inspección de Trabajo, tiene un carácter consultivo aunque, según señalaron desde Comisiones Obreras en un comunicado, «siempre ha sido un órgano de debate y consenso», hasta la llegada de Vox al que reprocharon que haya roto la unanimidad en los calendarios de las fiestas laborales.
Ahora, precisaron desde la UGT por su parte, la mesa política recogerá las propuestas y aportaciones de sindicatos y patronal, a la espera de decidir el calendario definitivo, por lo que se ha mostrado «prudente» a la espera de la realidad y de un acuerdo total y definitivo por parte de la Administración autonómica.