Enviudó muy joven. Se casó a los 26 y a los 35 su marido se le murió de repente. Con tres criaturas, la mayor de seis años, el segundo de tres y el más pequeño con cinco días. Terminó en Santiago lo que había dejado a medias, se puso al frente de la farmacia y salió adelante. 
Me regaló como madrina una medalla de oro por la comunión, que perdí bañándome en el río. Nunca lucí otro abalorio. Sustituía en los veranos al mancebo, por más señas republicano, recogía en el coche de línea las medicinas del pedido, servía gasolina en el surtidor y cuando la clientela lo permitía, arrellanado en el sillón de cuero de mi tío, leía a Ellery Queen, Dashiell Hammet y Raymond Chandler en Mystery Magazine. 
Guardo un recuerdo imborrable. Fue a visitarme en Madrid al Colegio Mayor de Cadarso 18. Cerré de golpe la puerta de hierro del ascensor, llevándome el dedo corazón, perdiendo la uña, de lo que conservo la huella. 
Una viajera empedernida. Laponia, 4.300 km en una Renault Espace, a Rusia tres veces en el Transiberiano, Italia al dedillo, India varias veces, Israel, Yemen, Jordania, Brasil, Canadá, Katmandú, Colombia, Sierra Leona, Francia, Reino Unido, China, Yugoslavia, Argelia, Túnez, Marruecos. Con sus hijos o sus amistades. Dos veces al año, viajando a conciencia y siempre conduciendo ella. La persona más viajera que he conocido. Un ejemplo de disfrutar de la vida. 
Un año me llamó por Navidad para encargar foie de Malvasía. En esa época no existía la venta directa al consumidor ni distribuidores o puntos de venta en su zona. Le puse en contacto con Antonio Castilla, el Director Comercial, al que todos los años la farmacéutica disfrutona le pudo hacer su pedido de foie. 
Esteban Casado Iglesia, un veterinario inquieto y empresario innovador, que catorce años antes había montado GEPISA en Garray, fundó Canard, S.A. en Abejar en 1989 para la crianza, sacrificio, despiece, elaboración y comercialización de productos derivados del pato de raza Mulard, criados según criterios tradicionales, alimentados con maíz en parques al aire libre, completando toda la cadena de valor. 
España es el cuarto productor mundial de foiegras, detrás de Francia, Bulgaria y Hungría, con una producción de 600 t en cien granjas donde se crían más de un millón de patos. Se ubican en el norte ya que estos animales requieren temperaturas bajas para criarse adecuadamente. El frío de Soria es una ventaja. 
Nuestro país exporta a 48 países por valor de unos 5 millones de euros, el 10% de la producción, destacando destinos como Francia y Japón. Es el segundo consumidor de foie del mundo, unas 3.150 t. Queda recorrido por cubrir. La interprofesional sectorial es Interpalm (www.elfoiegras.es) y agrupa 26 granjas, seis mataderos y nueve plantas de transformación.  Un sector que genera 1.200 puestos de trabajo directos y 5.000 indirectos, contribuye a la dinamización económica, ayuda al desarrollo rural y a la lucha contra la despoblación. Canard, S.A., por ejemplo, ha pasado de facturar 613 mil euros y mantener siete empleos en 1994 a tener una cifra de negocio de 4,173 millones en 2021 y una plantilla de 31 puestos de trabajo en un municipio de 273 habitantes. 
Foie gras entero y semicocido, bloc de foie gras, parfait de foie, paté de foie y de canard al oporto, foie fresco, mousse de foie, confits de pato, rillettes de canard, jamón de pato, magret, pato fresco. Las delicias del pato. Manjares para disfrutar.