Fernando González Ferreras

PREDICANDO EN EL DESIERTO

Fernando González Ferreras

Catedrático


Jornada de reflexión

22/07/2023

La jornada de reflexión es el día previo a las votaciones, día en el que los partidos políticos y los medios de comunicación no pueden hacer propaganda electoral ni difundir encuestas. Este sábado los ciudadanos no pueden realizar acciones que puedan influir en el voto de otros o alterar el orden público. El incumplimiento de estas normas puede acarrear sanciones económicas, penales o administrativas.
Yo tengo muchas dudas acerca de la utilidad de la jornada de reflexión y de las campañas electorales clásicas. En España la jornada está regulada por la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral General) que prohíbe la difusión de propaganda (a pesar de que los carteles de los partidos siguen presentes en las calles), la publicación de encuestas (aunque se publican desde Andorra cambiando los logotipos de los partidos por frutas con los colores de cada uno) y la realización de actos de campaña al igual que el día de las votaciones (aunque en la prensa digital se pueden seguir viendo mensajes electorales). El silencio informativo es imposible en este mundo digital. Esta jornada no existe en muchos países aunque estos hayan promulgado normas para garantizar la neutralidad. En otros, como Estados Unidos o Inglaterra se puede hacer campaña hasta en la puerta de los colegios electorales. En las elecciones de 2019 el PSOE prometió que, si ganaba, abordaría una reforma electoral para eliminar normas obsoletas, pero todo sigue igual.
Los que la defienden argumentan que es una oportunidad de pensar libremente, sin presiones o influencia de los medios de comunicación, pero los detractores señalan que es una medida obsoleta y que es muy dudoso que tenga un efecto real sobre los resultados. El CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) difundió la semana pasada una encuesta que afirma que el 12,3 % de los españoles decide su voto en las últimas horas, incluso que el 6,4% lo decide en la jornada de reflexión y otro 5,9% en el mismo momento de votar. Soy muy escéptico con estos datos. También señala que el 22,9% decide su voto en los 15 días de campaña electoral. ¿15 días? Si llevamos meses de campaña cuya única diferencia con la oficial es que no pueden pedir el voto o pegar carteles.
No se distingue el CIS por sus aciertos. Si ya tienen decidido su voto los miles que ya han votado por correo, los que han decidido que van a votar a SU partido haga lo que haga, los que han decidido que van a votar «a la contra» (les importa más que no ganen otros), los que han decidido votar en blanco (que suele ser un porcentaje muy parecido elección tras elección) o abstenerse, me pregunto si quedará alguien que no haya reflexionado.
Percibo bastante cansancio. En estos últimos meses hemos tenido dos campañas electorales con sobreabundancia de programas televisivos y radiofónicos sobre las elecciones, de páginas y de tertulias y tertulianos que han intentado convencernos de las bondades de quien les paga. ¿Podremos desintoxicarnos de todo lo que hemos padecido en esta campaña y atender a la razón y no sólo a la emoción a la hora de votar?
A mediados del siglo XX, comenzó a publicarse en Estados Unidos una columna de consejos con el seudónimo Ann Landers. Entre sus frases quiero destacar una aplicable a la votación de este domingo: «Dios nos dio dos extremos opuestos. Uno para sentarnos y otro para pensar. El éxito dependerá de cuál de los dos utilicemos». De la elección depende el futuro de España.