Silvia Garrote

JALÓN POR LA VEGA

Silvia Garrote

Periodista


Pie a tierra

10/12/2023

Leí recientemente una columna de mi admirado escritor y director David Trueba. Me parece una persona muy inteligente que hace reflexiones muy lógicas y cuerdas. En esta ocasión hablaba de la política local, absolutamente contagiada de esta apocalíptica grandilocuencia que estamos viviendo desde las últimas elecciones en España. No sé ustedes, pero yo empiezo a estar cansada de los mensajes en clave nacional cada vez que se tratan problemas de nuestra comunidad autónoma o de nuestros ayuntamientos. Creo que es una cortina de humo estupenda para ocultar ineficacias, falta de ideas y ausencia de gestión, cuando no se aprovecha para ir colando medidas ideológicas que cruzan líneas inimaginables hasta ahora. En conclusión, a muchos y muchas les viene muy bien este gran ¿debate? ¿debacle? nacional de pactos, amnistías y contrapartidas -como si nunca se hubieran hecho en España- y así de tapadillo se deja de gobernar o se gobierna por encima de sus posibilidades. ¿Que en esta Comunidad no se levanta cabeza en tema poblacional? Es culpa de la amnistía. ¿Que se pierden trabajadores y empresas a favor de otras comunidades? Culpa de la amnistía. ¿Que se ha perdido el consenso y el diálogo social en Castilla y León? Adivinen. ¿Que no hay forma de que la vivienda se coma una parte muy importante del sueldo? Ya saben por qué. ¿Que la cesta de la compra se está poniendo imposible? Pues eso. ¿Que lograr una plaza asistencial o ayuda a domicilio se está poniendo prohibitivo? Al lío. ¿Que los autónomos y pequeñas empresas lo tienen cada vez más complicado, las ayudas apenas les llegan y están ahogados por la burocracia? ¿Que carecemos de los servicios sanitarios adecuados? ¿Que hay un enorme problema relacionado con los jóvenes y la salud mental? Así hasta el infinito.
No digo que las decisiones del Gobierno no calen hasta el resto de las administraciones, para eso votamos cada cuatro años, pero no puede ser que todo el debate regional y local se centre en lo mismo. Tenemos muchos problemas muy tangibles y del día a día que hay que resolver. Si descendemos a lo local, ya ni les cuento. Ahí lo que nos atañe tiene que ver con el urbanismo, con la limpieza de las calles, el transporte urbano, la cultura, el acceso al deporte, la posibilidad de conciliar, la vivienda, la carga impositiva, la atracción de empresas, el empleo, los servicios médicos, la seguridad y un sinfín de temas que sí nos afectan directamente. 
Y si descendemos aún más, para los que vivimos en los pueblos, además de los problemas de ámbito común, nos encontramos con muchas barreras de transporte, de falta de oportunidades, de aislamiento, de conexión digital, de inseguridad y un largo etcétera. Este tema tiene un capítulo aparte que desarrollaré próximamente, porque esto de vender que hay que repoblar las zonas rurales y las facilidades que existen… merece, cuando menos, un artículo exclusivo.
En muchas ocasiones he defendido, y sigo haciéndolo, que gestionar lo público, y también lo privado, depende del presupuesto, pero no en exclusiva. Hay cientos de ejemplos de buen hacer gracias a una excelente organización, buenas ideas, coordinación, implicación y voluntad. Quizá sea mucho pedir, pero un pie a tierra nos vendría muy bien. Por salud mental y pragmatismo, básicamente.