Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Precios

14/03/2024

Mucho se están "currando" los bancos centrales las herramientas de que disponen para reducir la inflación pero no parece que alcancen la meta. El euribor hizo un quiebro a finales de año pero regresó a las andadas. Las cifras han bajado desde los extremos escandalosos de hace unos meses, pero no se logra lo suficiente como para que bajen los tipos de interés. Los créditos siguen siendo caros, las empresas se resienten de esos costes y el medio plazo amenaza recrudecerse.

Miedo me da la Semana Santa. Los hoteles ya están subiendo precios y el el amontonamiento del consumo seguramente hará de este periodo nuevamente un tiempo caro. Algo nos pasa con los precios que no acabamos de solventar el problema que supone para la gente. Parece que sólo las recesiones son capaces de dominarlos y es vitamina de caballo para el oxígeno de las sociedades, que es gastar y comprar.

Los expertos hablan de los fuertes impuestos que padecemos y sin duda algo hay, porque cada vez que nos juntamos a comer la cuadrilla o a tomar unas cañas invitamos al estado sin querer pero sin poder evitarlo en forma de IVA. Seguros sociales, impuestos municipales, cargos y recargos… Algo influirá en los precios sin duda.

Pero las mismas empresas tienen que empezar a plantearse que el precio es un ratio que significa mucho y que conviene ponerle a trabajar para que dé más por algo menos. Optimizar, mejorar procesos, modernizarse, habilitar soluciones imaginativas. Son formas de poder contener costos que luego puedan ser repercutidos en los precios.

El petróleo no está caro, al menos mucho menos caro de lo que llegó a costar en tiempos de crisis peores. Y si aún así somos incapaces de contener los precios, imaginense lo que ocurrirá si el oro negro vuelve por donde solía.

Los precios siguen causando dolores de cabeza  y su efecto pernicioso se extiende por toda la economía. Una conciencia global de lo bueno que es contenerlos sería pedagógico. Que a veces creemos que lo bueno es lo contrario.