{Periodista} 
Se preveían especialmente tranquilas estas vacaciones de verano. Igual demasiado si se tiene en cuenta que no hay programados unos Juegos Olímpicos, un Mundial o una Eurocopa. Estas competiciones son sinónimo de playa, de olor a aftersun y de paseos con helado después de cenar. Su soniquete de fondo, que se cuela por esas ventanas abiertas en busca de una cotizadísima ráfaga de aire por debajo de los 30 grados, es una de las bandas sonoras del verano. Todo iba bien. La gente comenzaba a preparar sus viajes estivales, si no los tenían ya reservados y pagados. En Soria, nos hemos llevado la mayor de las alegrías en lo que a Alcaldía se refiere. La ciudad entera quería que este asunto se resolviera antes de que terminara mayo, como así ha sido. La felicidad inundó por completo la ciudad de Soria cuando Javier y María Elena aceptaron el reto de hacerse con el bastón de mando de Santa Catalina, completando así la representación de las 12 Cuadrillas. 
Como digo, todo iba bien hasta que el presidente del Gobierno anunció el lunes que el próximo 23 de julio todos los españoles debemos acudir, otra vez, a las urnas. Un recorrido que ya tenemos memorizado y automatizado. Esta decisión llega tras la estrepitosa debacle electoral que el PSOE ha sufrido durante el 28M. De manera inmediata, Ferraz no ha dudado en poner la maquinaria en marcha y, como ha hecho con tantos temas durante los últimos cinco años de legislatura, trata de maquillar el relato. Se escudan en que, con los números en la mano, 'sólo' perdieron 400.000 votos. Y es verdad. Pero olvidan cuantificar el trasvase de voto que han sufrido durante los últimos comicios municipales y autonómicos. El bloque de centroderecha ha logrado robarle casi 3.000.000 de votos al de la izquierda, siendo el PSOE el principal damnificado. Ante semejante tsunami, Sánchez se ha visto obligado a adelantar las elecciones como medida provisional para evitar ser devorado por los, hasta ahora mudos, barones socialistas. Este verano, que se preveía especialmente tranquilo, será especialmente ajetreado. 
Antes, con la llegada de la televisión a los hogares, las familias españolas seguían con mucha atención las series que emitía Televisión Española durante las vacaciones estivales. Al día siguiente, ésta copaban todos los temas de conversación. Uno de los ejemplos más claros es el de la serie Verano Azul. Por generación, sólo sé que había un tal Piraña, que iban en bici a todos lados, que la cabecera tenía una melodía de lo más pegadiza y que, sin haber visto ni un minuto, sé que un tal Chanquete no llegaba a comerse los polvorones. Como en los viejos tiempos, España vivirá de nuevo un verano a la antigua. Todos los españoles veremos en directo la misma serie, la de la campaña electoral. Como dice el periodista Antonio Agredano, es muy probable que el serial de este verano termine, también, con la 'muerte' de uno de los protagonistas. Toca prepararse para vivir nuestro particular Verano Azul.