Alberto Palacios Lázaro

Alberto Palacios Lázaro


Menudo PANORAMA

22/10/2023

El Ayuntamiento de Soria sube un 3,5% el IBI y el impuesto de vehículos. Saltó la noticia, no sé si la sorpresa, al inicio de semana. Desde entonces, las reacciones en contra, toda ellas injustas, se han desatado. Como cuando una botella de vino cae al suelo, el tinto reguero de críticas y enfados se ha extendido a nivel local, y sin freno, por todas las redes sociales. Y qué quieren que les diga. No se puede ser más injusto. ¿Cómo puede tener el soriano medio el valor de protestar ante un nuevo impuestazo del Ayuntamiento? ¿Acaso no disfruta él también de las verbenas? «Se planean con escasos dos días de antelación, sin rendir cuentas a la oposición y fechada un jueves laborable», dirán los críticos. Ni caso. ¿Acaso a estos sorianos molestos no les sube la bilirrubina, a ritmo de bachata, cada vez que se hace una verbena en Soria por algo o alguien? Si no podemos ser más fieles. Tenemos henchido de adoración a San Querer. Y el solitario San Saturio también se lleva su ración a cada comienzo de octubre. Es verdad que se hace, también, una procesión. Pero, no sé. No es lo mismo. A la marcha Jerusalem -brillantemente interpretada por la Banda Municipal, como siempre y como con todo lo que se propone, fuera ironías-, le falta algo que sí te lo da una buena discomóvil. Por eso hacemos tantas. Faltaba más.  ¡Qué injustas las críticas! ¿De verdad se atreve usted a poner el grito en el cielo porque le suban un 3,5% más el IBI? En algo habrá que ganar, digo yo. Para una cosa en la que despuntamos, no vengan ustedes a chafar la verbena. Sólo saben poner palos en la rueda. «No me hables de ruedas. Contento estoy con los adoquines», me comentaba el otro día un amigo autónomo. Así no hay manera. Todo les parece mal. Y cuando digo todo, es todo. Que en una fotografía aparezca un diputado nacional por Soria (hay dos, seguro que aciertan de cuál se trata) jaleando a ese Óscar Puente que enfangó al parlamentarismo español durante una mañana, les parece mal. Que próximos, y cómo de próximos, al actual Gobierno municipal llevaran durante los presanjuanes una pegatina en la que se leía: ¿La Diputación pa´ quién? La Diputación pá mí también les parece mal. Ni que se lo estuvieran tomando a pitorreo. Ni que alguien albergara la esperanza de que el Constitucional, aquella dichosa mañana, se levantara con el pie izquierdo. Ven, todo les parece mal. Y no lleven el tema al ámbito nacional. Esta panda de desagradecidos gruñones no ven nada bueno en ningún lado. Ya es complicado alinearse siempre en el lado equivocado. Ellos sabrán. Que se quejen, que protesten. Los amperios de la próxima verbena ensordecerán todo. Es una suerte. Menudo PANORAMA.
A todo ésto. No lo sé con certeza. Pero doy por hecho que los de la pegatina ¿La Diputación pá quién? ya han encontrado la respuesta. Sobre todo, porque no hicieron una verbena para celebrarlo.