Alberto Palacios Lázaro

Alberto Palacios Lázaro


Los silencios

20/05/2023

Nos encontramos inmersos en la enésima campaña electoral. La hemos adoptado como una rutina más. Mucho tienen que ver los últimos cinco años en los que, desde Moncloa, sólo nos han llegado eslóganes, sesiones de fotos en aviones y el 'making of' de un documental que se ha grabado en el complejo presidencial. Estos 15 días de campaña electoral son una gran oportunidad para conocer los proyectos de los partidos políticos. De veras lo pienso. Esa es la magia de la campaña. Nos enseña lo que hay, sin filtros. Los globos, la megafonía y las banderolas no logran tapar las enormes costuras que saltan a la vista cuando se pone a algún candidato al trasluz de la campaña. Es un gran momento para conocer los proyectos políticos tanto escuchando lo que dicen como confirmando lo que callan. Hay silencios absolutamente ensordecedores. Silencios que parten el alma. Silencios que pesan como una losa. Durante esta campaña, he notado en Soria dos enormes y oceánicos silencios. El primero tiene que ver con la ausencia, la mejor de sus definiciones. 
No alcanzo a comprender que, para los que Soria es su razón de ser y su único motivo por el que estar en política, renuncien al Ayuntamiento. ¿Dónde puedes ayudar más a Soria que en Soria? Desde luego, parece que no a 200 kilómetros. Es como si Ciudadanos, que nació con el objetivo de aunar a los constitucionalistas catalanes frente al separatismo, renunciara a Barcelona. Incomprensible. El ruido de los bombos y las palmas se disipan según avanza el calendario. Decía que encontraba hasta dos grandes silencios. El primero creo que YA ha quedado claro. El segundo es mucho más doloroso, y no por ello menos previsible. Hay una estrategia, muy consolidada, de mandar sin pisar charcos. Y lo entiendo, porque les funciona hablar lo menos posible de temas que pasen más allá del blanquirrojo cartel que anuncia la ciudad. Eso sí, hay asuntos que no pueden faltar: Un par de verbenas fuera del calendario 'oficial', desde mayo la agenda la marca San Juan y poca cosa más. Adoquines, quizá. No hay que molestar con otros temas, no vaya a ser. Por eso, un silencio del tamaño del Pico Frentes corre por las calles de Soria. ¿Qué hay de Emiliano Revilla? ¿Qué hay de la Casa Cuartel de Ágreda? ¿Qué hay de las decenas de familias que siempre han vivido cerca del cuartel de la Guardia Civil y de ese nudo que se les ponía en la garganta por las noches, durante los años de plomo, cada vez que oían fuera un frenazo brusco o algún ruido fuera de lo normal? ¿Qué hay de esas -pocas, pero demasiadas a la vez- familias de Soria que recibieron protocolos para detectar explosivos en el coche cuando ETA planeaba sobre el mapa de Soria? Cada rincón de España ha sufrido las secuelas etarras. No es un tema de Madrid, es un tema de todos. Pero ni una condena, ni un sólo reproche al jefe de la tribu. Los silencios. Cuánto dicen los silencios.